Querida Eunha...

Sé que seguramente has estado preocupada por mi y lamento eso. Fue muy descortés de mi parte haberme ido de Seúl de aquella forma, pero es que ya no podía más. Durante los cinco años pasados mi vida ha sido realmente, extraña. Lo sé, seguramente pensarás que hablo de la muerte de MinRae, pero no es sobre eso de lo que hablo. Hace cinco años, tú perdiste a tu hermana y yo a la única persona que he amado y a mis padres. Pero he logrado superarlo, he aceptado que no fue mi culpa... he dejado ir el deseo de morir con ellos, créeme cuando te digo que fueron años horribles... y de no ser por... por el secreto que voy a revelarte, posiblemente hubiera muerto de tristeza. Cuando leas esto, probablemente pienses que estoy loco, pero es la verdad y es un secreto que estoy seguro que puedes guardar por mi.

Yo no sobreviví al accidente de barco por casualidad, de los 30 pasajeros, solamente yo y tu sobrevivimos... ¿Lo recuerdas?, ese día estábamos todos muy felices de poder viajar a Jejun... ese día se revelaría la exposición de esculturas que hice... "El nuevo genio de la escultura coreana"... así me llamaban en los periódicos. Pero nadie se pudo imaginar que pasaría lo que ocurrió... nadie pudo imaginar que el barco en el que íbamos sufriría ese desperfecto y que las turbinas terminarían explotando e incendiándose... nadie imaginaría... que ese día solamente sobrevivimos tu y yo.

Pero he ahí el secreto... yo te salve... y a mi, me salvó algo increíble. Cuando el  barco se incendiaba, mi madre me beso y apartó de la mano de MinRae, le dijo a mi padre que me empujara fuera del barco, que yo debía sobrevivir pues era más especial que cualquiera ahí. A pesar de mis gritos, de lo desesperado que estaba por no separarme de ellos... mi padre me arrojo al mar, con la esperanza de sobrevivir. Lo más increíble, vino después... estaba por desmayarme, pero mis ojos fijaron su mirada en un objeto brillante, un destello morado muy intenso que venía de unas piedras, de lo que parecía ser un coral. Pensé que sería la cosa más hermosa que había visto nunca y que sería una buena ultima imagen, antes de morir.

Fue entonces cuando sucedió... la piedra parecía moverse y de ella, vi claramente como una criatura parecía salir y dirigirse hacia mi. Pude ver claramente como una especia de dragón marino brotaba de la piedra y me rodeaba. Por unos segundos me pareció escuchar una voz, era como si esa criatura me dijera que ahora eramos uno, pero no existía ninguna voz, pues solo estaba yo. No recuerdo mucho más, pero sentí como ese ser se hacía parta de mi cuerpo y esa piedra morada... podía sentirla brillar dentro de mi. Luego escuche tu voz y supe que podía alcanzarte. No sé que pasó después, pero creo que te salve y nos atraje hacia la orilla.

Los días que pasamos en el hospital, me sirvieron para entender y los días y años que siguieron, para aceptar. Yo ya no soy el mismo, dentro de mi existe ese otro ser que nos salvó... No sé si haber sobrevivido fue lo mejor, pero... ahora estamos vivos. Fue justamente por eso que me fui así de la ciudad... mi trabajo es reconocido y tendré una exposición en una ciudad extranjera. ¿Estas feliz por mi verdad?... pero... no se aun si regresaré, puede que me tome un tiempo para estar aquí.

Sabes, creo que también puede ayudarte a ti... a veces creo que verme te hace mal.

Lo que acabo de contarte, seguramente parece una locura y aunque puede que no me creas, tenía que decírtelo. No hay nadie en este mundo que pueda suplir el lugar de tu hermana en mi vida o en la tuya, pero ambos debemos luchar para continuar. Amiga mía, por favor, debes esforzarte... debes intentar recuperar el habla. Estos cinco años de tu silencio han sido suficientes. Si odiarme te ayudará a recuperarte, esta bien, ódiame... yo siempre estaré cuidando de ti. Aunque sea para gritarme, debes volver hablar.

No volverás a saber de mi, desde ahora, dejemos todo en el pasado y sigamos adelante. Hasta nunca.

Atte: Suhoon
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La noche que la paciente Kim Eunha recibió una carta por parte del chico que siempre la visitaba en el pabellón psiquiátrico, un avión despegó rumbo a una ciudad de Bélgica. En él, iba Lee Suhoon, un joven talentoso que comenzaba a despegar como un genio de la escultura y pintura. La paciente leyó la carta y luego la rompió, lloró toda la noche. Suhoon supo después que Kim Eunha había salido del hospital días después de que él llegó a Bruja, su nuevo hogar y donde aprendería nuevas técnicas., la chica volvió hablar. El joven coreano decidió que guardaría todos sus recuerdos en una cajita de madera y no volvería  hablar de ellos. Esa noche, terminó una de sus obras nuevas, una imagen en la que podía verse a una mujer caminando por la orilla del mar. El nombre del cuadro es "despedida".

De eso han pasado ya un año y el joven escultor esta completamente feliz y adaptado a su nueva ciudad. Sin embargo, aun resulta curioso que guste de ir muy de noche a un pequeño largo a las afueras de la ciudad. Aunque siempre tiene cuidado de que no lo vayan a descubrir, pues sabe que no es como todos los demás... dentro de él, esta dormido el ser que le salvó la vida y le dio la oportunidad de volver a comenzar.

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