[Evento/Privado] Que sea, lo que el Diablo quiera.

Esas habían sido las indicaciones, claras y concisas que recibió la mañana hace cuatro días. Él y los demás se prepararon y estaban dispuestos a asumir la cacería con fiereza... y un poco de diversión.

Era de noche ya, cuando miro al cielo y vio las estrellas. Sus hermanos cazadores estaban ahora postrados en otros lugares del bosque y esperaba que todo saliera de acuerdo al plan que con cuidado habían elaborado. El rubio cabello se meció con el viento, que le sorprendió con una mano sobre el tronco el árbol mientras terminaba de atar esa trampa.

Alguna extraña magia gobernaba sobre el bosque, alguna misteriosa y tal vez malévola criatura obraba artilugios que distaban de ser divinos. Jace estaba educado en la orden de los cazadores, era recto y fiel, aunque bastante engreído entre los suyos. Tenía lo que necesitaba en los bolsillos, y en la funda que colgaba en su espalda, aunque pensaba que no llegaría a usarla.

Por fin el último nudo fue realizado y entonces comenzó a andar en línea recta, siguiendo el curso del rio, en el que ya había dispuesto algunas más. Las runas talladas en su cuerpo le daban protección, no tenía idea de qué tipo de criaturas se encontraría en ese lugar, pero al menos, pensó, esa noche seria divertida, y en caso de que todo se tornara peligroso, tenía una forma de encontrar a Ariadne y a Gakuto.

Más adelante pudo observar dos figuras masculinas, ambos estaban fumando, lo que provocó una sonrisa ladeada en su rostro “así que ya llegaron…” fue lo que pensó, aun no se revelaría, no hasta saber o determinar las capacidades de esos dos hombres.

La noche ha encontrado a los tres hombres en el camino del rio en el bosque. Un cazador y dos presas… ¿serán de esa forma? En las sombras alguien más los observa, cauteloso, esperando al veredicto de lo que resultara esa noche… ¿quién rescatara al menos una hoja de su trébol?

Nota: las habilidades que poseen se verán reducidas a las habilidades de raza y básicas, el desarrollo de la trama se verá beneficiado con su imaginación e inventiva más que por el uso desmedido de poderes y habilidades.

Ahora todos poseen 60 puntos de energía (ataque y vida) Cuídenlos bien.
El primer dado de trébol será tirado cuando el próximo turno de Jace termine.
¿quien lleva el trébol?

Tienen 72 horas para responder.
Inicia la primera ronda de batalla.

-El escuchar su respuesta le sorprendió un poco, pensaba que sabía ello... Bueno, en sí, debía saberlo. Emitió un leve suspiro y continuó caminando al lado del chico. Introdujo la diestra en su faltriquera y de esta retiro un pequeño trebol... Le observo con detenimiento y pensó en incinerar este, sin embargo ello acabaría con la diversión. Se coloco al lado del chico y le observo.- Tu... No eres un humano normal ¿Cierto? -Pregunta con cierto tono de interés y elevo aquella pequeña hoja para que el chico la viese.- Te esfuerzas mucho por serlo ¿No? Bueno... ¿Ves esto? Debemos salir de aquí con al menos una sola hoja. -No dice mas caminando aun con el.-

-Observaba a su alrededor, no había nadie, sin embargo ello le parecía sospechoso, caminaban solo a través de rocas, pequeños riachuelos y césped. Acaso era eso lo se planeaba en aquel lugar.- Oye... ¿Lo sientes también? -Pregunta por lo bajo encontrándose alerta, no sabía que era lo pasaría... Pero tampoco iba a exagerar con sus habilidades, después de todo se encontraba ahí para divertirse un rato. Antes, solo trabajaba con Lilith, era la única en quien confiaba, sin embargo cuando el despertó y no se encontraba, tuvo que aprender a trabajar con otros equipos... Un trabajo difícil pero lo logro al final. Y ahora se encontraba en una situación parecida, donde esta vez debía trabajar con el chico.-

No iba a adelantarse a los hechos, primero debía estar seguro antes de realizar algún movimiento, y no iba a gastar sus habilidades pudiendo sentir las presencias... Ahora solo quedaba ver, ¿Quien era la persona que se encontraba cerca de ellos? Pensó por un momento en todas las posibilidades, todo cazador observa a su presa antes de atacar, analiza sus movimientos y en el momentos menos oportuno realizaba su movimiento. Eso fue lo que pensó Lucifer en aquel instante.- Puedes estar alerta... No me gusta que me observen mucho. -Comentó por lo bajo y llevo aquel trébol a su bolsillo nuevamente.- ¿No hay problema con que lo lleve, no? -Le pregunta al chico, desviando su mirada a diestra y siniestra, pero siempre manteniendo un rango de distancia entre ambos. Ambos debían ser cautelosos, quizás aquella persona tendría mayor libertad para moverse, y conocimiento del área. Para no entrar en desventaja, pudo hacer uso de una de sus habilidades, esta consistía en grabar un mapa mental de todo su entorno, animales, plantas, rasgos naturales de la región, e incluso la localización de cualquier intruso en un radio no mayor a 80km, pues muchas habilidades estaban restringidas. Teniendo en mente toda la información del lugar, se adelanto al chico y dibujo una tenue sonrisa.- Vamos por aquí. -Señalo a su diestra y dio un giro esperando a que el chico le siguiera, quería evitar peleas innecesarias, aunque estaba casi seguro que los seguirían nuevamente.-

Jace miraba a los dos sujetos mientras estaba recargado en el árbol. Si bien era alguien llamativo, su sangre celestial le impedía ser visto como si nada, se fundía con el entorno, como aquellas visiones que solo se pueden percibir con el rabillo del ojo y que de repente ya no se encuentran allí. Si, esos dos sujetos eran algo sobrenatural, durante los años había aprendido a distinguirlos, por la forma de vestir, de hablar, y sobre todo, el olor…

A peligro.

No tenía idea de quienes eran, pero sabía que podían llegar a ser peligrosos. Pudo ver como uno de ellos tomaba algo de su chaqueta, algo diminuto, pero que pudo reconocer un poco… era un trébol. Eso significaba que “EL” estaba cerca, tal vez orquestando toda aquella charada. ¿Qué esperaba lograr con eso?... bueno, en realidad no importaba, tenía pensado sacudirlos un poco para probar que tan peligrosos podían llegar a ser.

Más adelante estaba una trampa, que se accionaria con el cambio de peso sobre ella, haciendo que dos grandes troncos cayeran rápidamente de los costados, con el único objetivo se aplastar lo que se encontrara en medio de estos. Pobre de aquel que no reaccionara rápido, mas cabía mencionar que estaba protegida por runas, lo que hacía que fuera bastante difícil de reconocer hasta estar ya muy cerca.

Con pasos suaves, con la espada en manos, caminaba siguiéndoles con atención, siempre alerta de lo que pudiese suceder.