00mes
Lorem ipsum dolor sit amet consectetur adipiscing elit bibendum, velit tincidunt vivamus congue senectus praesent class dictum vulputate
00mes
Lorem ipsum dolor sit amet consectetur adipiscing elit bibendum, velit tincidunt vivamus congue senectus praesent class dictum vulputate
00mes
Lorem ipsum dolor
00mes
Lorem ipsum dolor sit amet consectetur adipiscing elit bibendum
Título de trama
Lorem ipsum dolor sit amet consectetur adipiscing elit bibendum, velit tincidunt vivamus congue senectus praesent class dictum vulputate, vehicula nullam tortor sodales montes nulla aenean. Vehicula gravida tempor litora neque nisi diam eget cursus curabitur duis habitasse, congue lacus penatibus dapibus turpis ligula aliquet sociis torquent. Vivamus parturient sapien platea facilisis metus dictum justo quis, sagittis commodo litora per vestibulum fusce himenaeos.
Espacio libre
[Privado|Caliel] The sweet Angel and the girl of the night Miér Ago 06, 2014 9:22 amJulia V.[Akasha]
Laya [Selene]
Sarafan Lunar
P.B :
Lee Hyori
Localización :
En el bosque
Mensajes :
31
Fecha de inscripción :
11/05/2014
Humor :
Depende del ciclo lunar
"Dame la libertad o dame la muerte" ¿Cómo olvidar aquellas inmortales palabras? ¿Cómo ignorar el sentimiento que se escondía tras ellas? Imposible, más aún si consideramos que esa simple frase era la que ataba por completo su destino, un esclavo de la libertad, irónico y algo incoherente, pero aquella era la única forma de vida que conocía, la única que quería, estar amarrado de cadenas a una manada que no te tolera, a hermanos que no te aman, esa no podía ser su vida, esa no iba a ser su vida, al menos esa fue la explicación que su mente ideó para justificar la forma en la que huyó de su antigua manada, pero solo un lobo sabe que nunca se puede huir de la manada, la manada no es una simple agrupación de animales, no es una estúpida reunión de amigos, la manada es todo, la manada es el único lugar en el mundo donde no es necesario esconder lo que somos, la manada es el corazón que late por debajo de tu pecho y es esa voz que viva en tu mente grita que te ama, que te apoya y que estará a tu lado pase lo que pase, pero por alguna razón se había permitido olvidar ese importante detalle, por alguna razón había dejado que la escusa fuese mas importante que la razón, pero ya no más, era finalmente la hora de regresar y bajar la cabeza ante una nueva realidad, ahora la responsable de la manada era ella ya que en Brujas no quedaban más lobos antiguos, debía encontrar y guiar a los cachorros.
Sus ideas ya estaban completamente claras, ya solo quedaba poner los pies en marcha, pero había pasado tanto tiempo viviendo en lo natural que la forma humana era algo que estaba lejos de acomodarle, caminar en la piel del ser humano era incómodo y cambiar de forma era tan doloroso que prefirió viajar tal cual se encontraba, en piel de lobo, en cuatro patas. Sin dejar pasar ni un segundo más se puso en carrera sin hacer mano de una sola habilidad, solo necesitaba la velocidad que su cuerpo de animal podía darle, no era la primera ni la última vez que atravesaría una gran distancia corriendo en lo que el consideraba su verdadero cuerpo, pero sin lugar a dudas era la primera vez que correría con tantas ganas, ya no podía esperar a estar con los suyos, aún recordaba a sus hermanos pidiéndole que no se fuera, debió haber escuchado aquellas peticiones, sabía que esas palabras estaban cargadas de amor, pero segada por la ira decidió ensordecer sus oídos y dejar que sus pies la llevaran donde soplaban vientos nuevos, pero los lycans no se esconden y sabía perfectamente que tarde o temprano debía encontrarse con su verdad, su única verdad.
Sin si quiera darse cuenta ingresó a la ciudad, la gente comenzó a mirar con horror a aquel gran lobo que corría despavorido por las calles, había pasado tanto tiempo que ya no recordaba como llegar al bosque, la última vez que estuvo en Brujas todo era un gran bosque de verdes vientos, ahora el concreto se había apoderado de la ciudad y los humanos pululaban por las calles, aún a esas horas de la madrugada se podían ver muchos hombre y mujeres, debía ser más prudente, debía recordar que Gaia los instaba a proteger la naturaleza lycan, por esto decidió esconderse entre las sombras y aunque aún corría ya casi nadie podía percibirlo. Estaba en plena carrera cuando un dulce aroma llegó a su nariz, un aroma tan dulce como el de las flores en primavera, concentrada en aquello paró sus patas y comenzó a observar a su al rededor, pero no se veía nadie, seguramente aquel aroma venía de otro lugar, lentamente buscó hasta que logró rastrear la fuente,una persona de cabellos negros como el ébano, no podía dejar de observarle, sin darse cuenta comenzó a seguirle el paso, pero sin notarlo pisó una lata de cerveza "Demonios" pensó para si, sería descubierta, podía huir, pero por alguna razón no lo hizo.
Sus ideas ya estaban completamente claras, ya solo quedaba poner los pies en marcha, pero había pasado tanto tiempo viviendo en lo natural que la forma humana era algo que estaba lejos de acomodarle, caminar en la piel del ser humano era incómodo y cambiar de forma era tan doloroso que prefirió viajar tal cual se encontraba, en piel de lobo, en cuatro patas. Sin dejar pasar ni un segundo más se puso en carrera sin hacer mano de una sola habilidad, solo necesitaba la velocidad que su cuerpo de animal podía darle, no era la primera ni la última vez que atravesaría una gran distancia corriendo en lo que el consideraba su verdadero cuerpo, pero sin lugar a dudas era la primera vez que correría con tantas ganas, ya no podía esperar a estar con los suyos, aún recordaba a sus hermanos pidiéndole que no se fuera, debió haber escuchado aquellas peticiones, sabía que esas palabras estaban cargadas de amor, pero segada por la ira decidió ensordecer sus oídos y dejar que sus pies la llevaran donde soplaban vientos nuevos, pero los lycans no se esconden y sabía perfectamente que tarde o temprano debía encontrarse con su verdad, su única verdad.
Sin si quiera darse cuenta ingresó a la ciudad, la gente comenzó a mirar con horror a aquel gran lobo que corría despavorido por las calles, había pasado tanto tiempo que ya no recordaba como llegar al bosque, la última vez que estuvo en Brujas todo era un gran bosque de verdes vientos, ahora el concreto se había apoderado de la ciudad y los humanos pululaban por las calles, aún a esas horas de la madrugada se podían ver muchos hombre y mujeres, debía ser más prudente, debía recordar que Gaia los instaba a proteger la naturaleza lycan, por esto decidió esconderse entre las sombras y aunque aún corría ya casi nadie podía percibirlo. Estaba en plena carrera cuando un dulce aroma llegó a su nariz, un aroma tan dulce como el de las flores en primavera, concentrada en aquello paró sus patas y comenzó a observar a su al rededor, pero no se veía nadie, seguramente aquel aroma venía de otro lugar, lentamente buscó hasta que logró rastrear la fuente,una persona de cabellos negros como el ébano, no podía dejar de observarle, sin darse cuenta comenzó a seguirle el paso, pero sin notarlo pisó una lata de cerveza "Demonios" pensó para si, sería descubierta, podía huir, pero por alguna razón no lo hizo.
JongWoon
P.B :
JongWoon
Sexo :
Localización :
Brujas
Mensajes :
146
Fecha de inscripción :
29/11/2012
Edad :
40
Humor :
sadico, seco, serio
Los sueños a veces nos dan más de lo que podemos imaginar…
JongWoon tenía ya varios días sin alimentarse, y es que la última vez que lo había hecho, el sueño había sido tan perfecto y horroroso, que la energía aún se podía sentir por todo su cuerpo. Estaba de pie frente a la calle, con las manos en los bolsillos y el cabello moviéndose con el viento que parecía que esa noche soplaría incluso más fuerte. La ciudad de Brujas era un lugar perfecto para alguien como él, pues los mitos y leyendas que se contaban hacían que los humanos tuvieran miedo y sin embargo, no se asustaran sobremanera cuando alguien no podía despertar de un sueño. JongWoon tenía la habilidad de alargar los sueños de los humanos, y no humanos también con tal de satisfacer sus necesidades, y así lograr sobrevivir durante más de 70 años desde que emprendió la aventura de cruzar la frontera de Oneiros y se había instalado en alguna región de Europa, viajando después por todo el mundo en busca de más variedad de sueños.
Su mente estaba fragmentada pues ya no contaba con la protección de Oneiros, y a veces los sueños que le servían de alimento se escapaban y entonces otra personalidad se apoderaba de él. Pero esa noche, no, esa noche era el quien caminaba por las antiguas calles de Brujas, entre los canales, las tiendas iluminadas a medias y los hermosos edificios que eran una de las principales razones por las que se aun permanecía en esa ciudad. Le gustaba lo viejo, lo antiguo y la sensación de confort que podía encontrar en ellos.
Estaba por cruzar la calle cuando tras de el escucho un ruido que no pertenecía a la rutina, pudo ver cómo la gente se alejaba horrorizada, y entonces se volvió hacia el origen del terror, y vio a un hermoso lobo. Pronto se encontró solo con la bestia frente a frente, aunque no entendía el horror que los humanos sentían, pues el encontraba aquel encuentro como algo fascinante.
Como los lobos que ellos sueñan a veces…
JongWoon tenía ya varios días sin alimentarse, y es que la última vez que lo había hecho, el sueño había sido tan perfecto y horroroso, que la energía aún se podía sentir por todo su cuerpo. Estaba de pie frente a la calle, con las manos en los bolsillos y el cabello moviéndose con el viento que parecía que esa noche soplaría incluso más fuerte. La ciudad de Brujas era un lugar perfecto para alguien como él, pues los mitos y leyendas que se contaban hacían que los humanos tuvieran miedo y sin embargo, no se asustaran sobremanera cuando alguien no podía despertar de un sueño. JongWoon tenía la habilidad de alargar los sueños de los humanos, y no humanos también con tal de satisfacer sus necesidades, y así lograr sobrevivir durante más de 70 años desde que emprendió la aventura de cruzar la frontera de Oneiros y se había instalado en alguna región de Europa, viajando después por todo el mundo en busca de más variedad de sueños.
Su mente estaba fragmentada pues ya no contaba con la protección de Oneiros, y a veces los sueños que le servían de alimento se escapaban y entonces otra personalidad se apoderaba de él. Pero esa noche, no, esa noche era el quien caminaba por las antiguas calles de Brujas, entre los canales, las tiendas iluminadas a medias y los hermosos edificios que eran una de las principales razones por las que se aun permanecía en esa ciudad. Le gustaba lo viejo, lo antiguo y la sensación de confort que podía encontrar en ellos.
Estaba por cruzar la calle cuando tras de el escucho un ruido que no pertenecía a la rutina, pudo ver cómo la gente se alejaba horrorizada, y entonces se volvió hacia el origen del terror, y vio a un hermoso lobo. Pronto se encontró solo con la bestia frente a frente, aunque no entendía el horror que los humanos sentían, pues el encontraba aquel encuentro como algo fascinante.
Como los lobos que ellos sueñan a veces…
Laya [Selene]
Sarafan Lunar
P.B :
Lee Hyori
Localización :
En el bosque
Mensajes :
31
Fecha de inscripción :
11/05/2014
Humor :
Depende del ciclo lunar
La loba se quedó muy quieta observando a aquel hombre, pudo notar como las demás personas comenzaban a desaparecer por completo, la calle se encontraba vacía fuera de ellos, pero por algún motivo no podía sentir en él el miedo que había sentido en los demás, algo le hacía diferente, pero ¿Qué? Necesitaba descubrirlo. Con su mirada fija en los oscuros ojos ajenos comenzó a avanzar hacia él, no iba a hacerle daño ni nada por el estilo, tan solo quería poder verlo más de cerca, poder analizar los matices dentro de aquellos orbes. Caminó hasta quedar a solo unos pasos de él y luego se sentó en el suelo, la reacción de aquel humano era increíble, humedeció su nariz con la lengua para poder olerlo mejor, tal vez estaba dejando algo de lado, tal vez no se trataba de un humano, pero su olor le decía que si lo era.
La escena parecía sacara de la más extraña de las películas independientes, no había ni una sola alma fuera de ellos dos, las personas habían corrido con mucha rapidez y al parecer nadie más se había atrevido a aceptar la compañía de aquel lobo de pelaje negro y ojos dorados "¿Quién eres y por qué no corres? ¿Por qué no estás asustado?" pensó para si Laya mientras analizaba las facciones de aquel hombre. De haber estado en la piel humana habría mostrado una sonrisa o algo parecido, no importaba cuanto más mirara a aquel hombre, no lograba comprender su actuar, pero era una sorpresa grata.
"Ven" Pensó al momento de ponerse en cuatro patas nuevamente y luego comenzar a caminar, no habían muchas probabilidades de que él la comprendiera, pero valía la pena hacer el esfuerzo, mientras caminaba volteó a mirarle como invitándolo a seguirla, estaba segura de que en poco tiempo aquel lugar volvería a estar repleto, pero los humanos ahora no vendían a mano desnuda y a decir verdad no tenía ganas de enfrentarse a nadie. Comenzó a caminar cada vez más rápido hasta que llegó a un callejón que se encontraba detrás de un albergue para mendigos y vagabundos, como era de esperarse habían cajas por todo el lugar y dentro de alguna de esas cajas había ropa, vieja, usada, pero ropa al fin y al cabo. Escondió su cuerpo entre los cartones y rápidamente comenzó a cambiar, su pelaje, su cola, sus garras, sus patas, su hocico, todo fue cambiando de una forma brusca y en extremo dolorosa, sus huesos sonaban con fuerza mientras se rompían para acomodarse, luego de un par de minutos estaba en el cuerpo humano, tomó una camisa de mangas largas que encontró a mano, la camisa era tan grande que le llegaba hasta la rodilla, luego de adecuarla en su cuerpo se puso de pie y con la mirada buscó a aquel hombre, aunque tal ves él no la había seguido.
La escena parecía sacara de la más extraña de las películas independientes, no había ni una sola alma fuera de ellos dos, las personas habían corrido con mucha rapidez y al parecer nadie más se había atrevido a aceptar la compañía de aquel lobo de pelaje negro y ojos dorados "¿Quién eres y por qué no corres? ¿Por qué no estás asustado?" pensó para si Laya mientras analizaba las facciones de aquel hombre. De haber estado en la piel humana habría mostrado una sonrisa o algo parecido, no importaba cuanto más mirara a aquel hombre, no lograba comprender su actuar, pero era una sorpresa grata.
"Ven" Pensó al momento de ponerse en cuatro patas nuevamente y luego comenzar a caminar, no habían muchas probabilidades de que él la comprendiera, pero valía la pena hacer el esfuerzo, mientras caminaba volteó a mirarle como invitándolo a seguirla, estaba segura de que en poco tiempo aquel lugar volvería a estar repleto, pero los humanos ahora no vendían a mano desnuda y a decir verdad no tenía ganas de enfrentarse a nadie. Comenzó a caminar cada vez más rápido hasta que llegó a un callejón que se encontraba detrás de un albergue para mendigos y vagabundos, como era de esperarse habían cajas por todo el lugar y dentro de alguna de esas cajas había ropa, vieja, usada, pero ropa al fin y al cabo. Escondió su cuerpo entre los cartones y rápidamente comenzó a cambiar, su pelaje, su cola, sus garras, sus patas, su hocico, todo fue cambiando de una forma brusca y en extremo dolorosa, sus huesos sonaban con fuerza mientras se rompían para acomodarse, luego de un par de minutos estaba en el cuerpo humano, tomó una camisa de mangas largas que encontró a mano, la camisa era tan grande que le llegaba hasta la rodilla, luego de adecuarla en su cuerpo se puso de pie y con la mirada buscó a aquel hombre, aunque tal ves él no la había seguido.
JongWoon
P.B :
JongWoon
Sexo :
Localización :
Brujas
Mensajes :
146
Fecha de inscripción :
29/11/2012
Edad :
40
Humor :
sadico, seco, serio
La gente había desaparecido por completo, y la loba estaba sentada frente a él. En la noche era cuando JongWoon siempre deambulaba por las zonas concurridas, detectando a los soñadores más fuertes, para luego seguirles a sus hogares y alimentarse de la energía que desprendían en sus sueños, de todo lo que envolvía a esa pequeña muerte. Sin embargo, ahora él había sido encontrado, pudo mirar en los ojos de la bestia y la encontró hermosa, fuerte, y orgullosa ¿Qué era? Un lobo común y corriente era más que por supuesto que no.
Pareces un sueño…
La cabeza del oneroi se giró hacia un lado, mirándole aun fijamente, cuando a lo lejos se pudo escuchar los sonidos de la policía, las voces que de nuevo volvían acompañando a los humanos y arruinaban por completo el encuentro entre esos dos seres. El lobo hizo un gesto, algo que pudo interpretar como una invitación a seguirle, ¿y cómo no hacerlo? Le tenía totalmente intrigado, quería saber de quién o qué se trataba, ¿podría abrazarlo? Su pelaje se veía suave y cuando este se echó a andar, JongWoon lo siguió, alejándose de la multitud que pronto aparecería, posiblemente tratando de capturar al lobo.
Lo seguía como un niño humano sigue a su cachorro por las calles en plena oscuridad, con esa inocencia retorcida que
poseía. Le vio desaparecer en un callejón, y se detuvo antes de entrar, pues le vio esconderse entre unas cajas. Las sombras no tenían secretos para él, y solo alcanzó a desviar la mirada cuando de entre las cajas, una hermosa visión emergió…
Largas piernas…
Entonces dio un paso atrás, asegurándose de que nadie los había seguido por la calle, y una vez que dio todo por seguro, una sonrisa se plantó en su rostro y tendió la mano hacia la mujer lobo - ¿eres un sueño?...
Pareces un sueño…
La cabeza del oneroi se giró hacia un lado, mirándole aun fijamente, cuando a lo lejos se pudo escuchar los sonidos de la policía, las voces que de nuevo volvían acompañando a los humanos y arruinaban por completo el encuentro entre esos dos seres. El lobo hizo un gesto, algo que pudo interpretar como una invitación a seguirle, ¿y cómo no hacerlo? Le tenía totalmente intrigado, quería saber de quién o qué se trataba, ¿podría abrazarlo? Su pelaje se veía suave y cuando este se echó a andar, JongWoon lo siguió, alejándose de la multitud que pronto aparecería, posiblemente tratando de capturar al lobo.
Lo seguía como un niño humano sigue a su cachorro por las calles en plena oscuridad, con esa inocencia retorcida que
poseía. Le vio desaparecer en un callejón, y se detuvo antes de entrar, pues le vio esconderse entre unas cajas. Las sombras no tenían secretos para él, y solo alcanzó a desviar la mirada cuando de entre las cajas, una hermosa visión emergió…
Largas piernas…
Entonces dio un paso atrás, asegurándose de que nadie los había seguido por la calle, y una vez que dio todo por seguro, una sonrisa se plantó en su rostro y tendió la mano hacia la mujer lobo - ¿eres un sueño?...
Laya [Selene]
Sarafan Lunar
P.B :
Lee Hyori
Localización :
En el bosque
Mensajes :
31
Fecha de inscripción :
11/05/2014
Humor :
Depende del ciclo lunar
Sacudió su cabello con la mano derecha esperando remover algún rastro de su transformación, pero aunque su cuerpo estuviese en movimiento su merada se mantenía explorando a aquel hombre, su rostro como un recuerdo parecía haberlo repetido en una vida pasada, un momento en la umbra lejos de la realidad del plano terrenal, sus ojos oscuros y profundos parecían esconder secretos prohibidos para cualquiera que se atreviera a observarlos. Laya siempre había creído que en ente mundo todas las criaturas pueden ser calificadas en dos grupos, cazadores y presas, sin duda alguna se encontraba frente a un cazador.
Mordió el extremo derecho de su labio inferior al tiempo que sus pies descalzos avanzaban hasta el cazador, la pregunta que él había planteado era casi demasiado tentadora como para ser respondida de una forma simple.- Soy la mejor clase de sueño. -Dijo extendiendo una de sus manos para sujetar la mano que le ofrecía.- Soy una pesadilla. -Su voz era suave y algo aterciopelada debido a su origen, sus movimientos eran cuidadosos típicos de un animal en asecho, mas sus ojos, esas oscuras perlas, eran casi una oda a la tranquilidad y se mantenían del mismo tono tanto en su forma humana como en su forma animal.
- ¿Quién eres? -Preguntó con una sonrisa, rara vez Laya cambiaba de forma frente a un desconocido, pero no había sido capaz de controlarse, era un animal extremadamente curioso y aquel hombre había despertado toda clase de curiosidad, no solo por como se veía, había algo en el que lo hacía similar, como si Laya supiera que se encontraba frente a otro animal.- Hueles a sangre que no es tuya ¿Lo sabía? -Los humanos estimaban que un lobo puede oler la sangre incluso después de haberla removido con potentes químicos, lo que no sabían es que los lycan, hermanos de los lobos, pueden oler la sangre incluso luego de días de haber estado expuestos a dicho líquido carmesí.- Puedes llamarme Laya. -Inclinó su cabeza levemente hacia la izquierda, su chocolate cabello cual cascada se precipitó en la misma dirección.
Mordió el extremo derecho de su labio inferior al tiempo que sus pies descalzos avanzaban hasta el cazador, la pregunta que él había planteado era casi demasiado tentadora como para ser respondida de una forma simple.- Soy la mejor clase de sueño. -Dijo extendiendo una de sus manos para sujetar la mano que le ofrecía.- Soy una pesadilla. -Su voz era suave y algo aterciopelada debido a su origen, sus movimientos eran cuidadosos típicos de un animal en asecho, mas sus ojos, esas oscuras perlas, eran casi una oda a la tranquilidad y se mantenían del mismo tono tanto en su forma humana como en su forma animal.
- ¿Quién eres? -Preguntó con una sonrisa, rara vez Laya cambiaba de forma frente a un desconocido, pero no había sido capaz de controlarse, era un animal extremadamente curioso y aquel hombre había despertado toda clase de curiosidad, no solo por como se veía, había algo en el que lo hacía similar, como si Laya supiera que se encontraba frente a otro animal.- Hueles a sangre que no es tuya ¿Lo sabía? -Los humanos estimaban que un lobo puede oler la sangre incluso después de haberla removido con potentes químicos, lo que no sabían es que los lycan, hermanos de los lobos, pueden oler la sangre incluso luego de días de haber estado expuestos a dicho líquido carmesí.- Puedes llamarme Laya. -Inclinó su cabeza levemente hacia la izquierda, su chocolate cabello cual cascada se precipitó en la misma dirección.
JongWoon
P.B :
JongWoon
Sexo :
Localización :
Brujas
Mensajes :
146
Fecha de inscripción :
29/11/2012
Edad :
40
Humor :
sadico, seco, serio
Las estrellas parecían volar cuando ella mecía su cabello de aquella forma, JongWoon no podía si no mirarla atentamente, como quien aprecia una obra de arte tan sublime que apartar los ojos de ella era como un pecado de eso de los que hablan los católicos. JongWoon venia de un mundo muy lejano, que todos conocían pero del que nadie estaba plenamente consciente.
Ella estiró su mano y entonces tomo la de él y todo pareció detenerse en ese momento. Nunca había tomado a nadie de la mano, era siempre el solo por el mundo, puesto que los oneroi que alguna vez considero hermanos le habían vuelto la espalda al despreciar el tipo de sueños que le causaban placer. Pero no era su culpa, pues era en esos sueños donde podía sentir, donde podía ser de nuevo uno como antes…
Soy una pesadilla
Él negó con la cabeza suavemente sin alejarse ni soltarla, solo se mantuvo quieto, apreciando todo lo que en ese momento llegaba a sus sentidos. No era emoción, ya que no podía experimentarlas fuera de los sueños… ¿o sí? – No eres una pesadilla… al menos no para mi… - susurró despacio y entonces se acercó para olerla más de cerca – conozco las pesadillas… - sus ojos se clavaron en los contrarios, en ellos podía ver fuerza, una fuerza indomable de la naturaleza, y si, ella también olia a sangre, ¿era por eso que le reconocía? – Soy una sombra… - la vio hacer ese gesto que rebosaba de curiosidad, su cabello castaño nuevamente despidió estrellas al caer a un costado y el no pudo evitarlo, tuvo que estirar la otra mano y pasar sus dedos entre las hebras tan finas que conformaban la cascada de estrellas – Laya…
Desde hace mucho tiempo no sentía curiosidad por alguien que no fuera un soñador, por alguien que caminaba fuera del oneiros, pero esa noche, parecía que Mist quería jugarle una buena pasada, pues la hermosa mujer lobo de nombre Laya había capturado toda la atención del tejedor de sueños.
Llámame Yesung, asi me han dicho por mucho tiempo – una sonrisa, reflejo de los gestos que observaba en ella, se plasmó en su rostro, quería pasar la noche a su lado, como dos predadores que hacían una pareja mortal: el cazador en el mundo físico, y el cazador en el mundo de los sueños – ven… camina conmigo, si?
Ella estiró su mano y entonces tomo la de él y todo pareció detenerse en ese momento. Nunca había tomado a nadie de la mano, era siempre el solo por el mundo, puesto que los oneroi que alguna vez considero hermanos le habían vuelto la espalda al despreciar el tipo de sueños que le causaban placer. Pero no era su culpa, pues era en esos sueños donde podía sentir, donde podía ser de nuevo uno como antes…
Soy una pesadilla
Él negó con la cabeza suavemente sin alejarse ni soltarla, solo se mantuvo quieto, apreciando todo lo que en ese momento llegaba a sus sentidos. No era emoción, ya que no podía experimentarlas fuera de los sueños… ¿o sí? – No eres una pesadilla… al menos no para mi… - susurró despacio y entonces se acercó para olerla más de cerca – conozco las pesadillas… - sus ojos se clavaron en los contrarios, en ellos podía ver fuerza, una fuerza indomable de la naturaleza, y si, ella también olia a sangre, ¿era por eso que le reconocía? – Soy una sombra… - la vio hacer ese gesto que rebosaba de curiosidad, su cabello castaño nuevamente despidió estrellas al caer a un costado y el no pudo evitarlo, tuvo que estirar la otra mano y pasar sus dedos entre las hebras tan finas que conformaban la cascada de estrellas – Laya…
Desde hace mucho tiempo no sentía curiosidad por alguien que no fuera un soñador, por alguien que caminaba fuera del oneiros, pero esa noche, parecía que Mist quería jugarle una buena pasada, pues la hermosa mujer lobo de nombre Laya había capturado toda la atención del tejedor de sueños.
Llámame Yesung, asi me han dicho por mucho tiempo – una sonrisa, reflejo de los gestos que observaba en ella, se plasmó en su rostro, quería pasar la noche a su lado, como dos predadores que hacían una pareja mortal: el cazador en el mundo físico, y el cazador en el mundo de los sueños – ven… camina conmigo, si?
Laya [Selene]
Sarafan Lunar
P.B :
Lee Hyori
Localización :
En el bosque
Mensajes :
31
Fecha de inscripción :
11/05/2014
Humor :
Depende del ciclo lunar
Las palabras de aquel que se identificaba a si mismo como Sombra la hicieron sonreír de forma leve, a penas una curva en sus labios, pero había algo más, algo en su tacto algo áspero que contrastaba con el terciopelo de su voz, como si quien le estuviera hablando y quien la estaba tocando fuesen entes completamente diferentes e independientes. Había escuchado leyendas de las manadas de los danzantes de la espiral negra que hablaban de las energías oscuras que se arrastraban a un plano mucho más profundo que la umbra la forma en la que estas energías entraban al mundo y desataban el caos, "Caos" pensó para si, esa era la palabra que describía de mejor manera los oscuros orbes ajenos.
La forma en la que aquel hombre pronunció su nombre logró que el animal dentro de Laya se pudiera alerta como si estuviera frente a una bestia igual de feroz, mas por alguna razón no sentía miedo. Tomar la mano de aquel extraño solo podía ser comparado con esa sensación que se produce en el cuerpo justo al saltar de un acantilado. Cuando el extraño la invitó a caminar no lo dudó ni por un segundo, no asintió ni con su cabeza ni con sus palabras, simplemente comenzó a caminar a su lado, algo en su voz hacía imposible negarse a lo que pedía.- ¿Por mucho tiempo? -La voz de la loba era como una brisa nocturna, no había en ella nada que no fuera armonioso y a la vez salvaje.- ¿Hay alguna otra forma de llamarte o solo Yesung? -Probablemente sus dudas podían ser algo incómodas, pero era un simple producto de la curiosidad.
Sus pies descalzos pisaban el suelo con un cuidado especial, como si pidiera permiso a la tierra para posicionarse sobre ella, Laya era un animal sigiloso y el hecho de ser una hembra la ayudaba para mantener un equilibrio especial entre la bestia y el hombre. El viento frío de Brujas no era algo que le molestara en lo absoluto, su piel era naturalmente más cálida que la del humano promedio y aunque no tuviese nada más que esa camisa larga cubriendo su cuerpo no estaba incómoda, aunque bien sabía que si alguien la veía podría parecerle por lo menos curioso, aún así Yesung no había hecho comentario alguno sobre su condición, él era diferente a los humanos promedio, seguramente porque no era parte de los humanos promedio.
- Creo que no estaremos solos mucho tiempo... -Sus agudos sentidos le avisaban de una gran cantidad de hombres que comenzaban a salir a las calles, al parecer ya se estaban agrupando para darle caza al lobo, pero el lobo estaba ocupado.
La forma en la que aquel hombre pronunció su nombre logró que el animal dentro de Laya se pudiera alerta como si estuviera frente a una bestia igual de feroz, mas por alguna razón no sentía miedo. Tomar la mano de aquel extraño solo podía ser comparado con esa sensación que se produce en el cuerpo justo al saltar de un acantilado. Cuando el extraño la invitó a caminar no lo dudó ni por un segundo, no asintió ni con su cabeza ni con sus palabras, simplemente comenzó a caminar a su lado, algo en su voz hacía imposible negarse a lo que pedía.- ¿Por mucho tiempo? -La voz de la loba era como una brisa nocturna, no había en ella nada que no fuera armonioso y a la vez salvaje.- ¿Hay alguna otra forma de llamarte o solo Yesung? -Probablemente sus dudas podían ser algo incómodas, pero era un simple producto de la curiosidad.
Sus pies descalzos pisaban el suelo con un cuidado especial, como si pidiera permiso a la tierra para posicionarse sobre ella, Laya era un animal sigiloso y el hecho de ser una hembra la ayudaba para mantener un equilibrio especial entre la bestia y el hombre. El viento frío de Brujas no era algo que le molestara en lo absoluto, su piel era naturalmente más cálida que la del humano promedio y aunque no tuviese nada más que esa camisa larga cubriendo su cuerpo no estaba incómoda, aunque bien sabía que si alguien la veía podría parecerle por lo menos curioso, aún así Yesung no había hecho comentario alguno sobre su condición, él era diferente a los humanos promedio, seguramente porque no era parte de los humanos promedio.
- Creo que no estaremos solos mucho tiempo... -Sus agudos sentidos le avisaban de una gran cantidad de hombres que comenzaban a salir a las calles, al parecer ya se estaban agrupando para darle caza al lobo, pero el lobo estaba ocupado.
JongWoon
P.B :
JongWoon
Sexo :
Localización :
Brujas
Mensajes :
146
Fecha de inscripción :
29/11/2012
Edad :
40
Humor :
sadico, seco, serio
Parecía que nunca había conocido alguien como la loba, era simplemente una visión, mas corrosiva que cualquiera que hubiera encontrado en los sueños más románticos, o los más eróticos, capaz de arrancarle la poca cordura que su ser albergaba. Pero si debía perder la razón, que mejor que de la mano de ella, que con solo unas miradas, unas palabras, había despertado la curiosidad en un ser que solo se sentía atraído hacia los sueños.
Los delgados y delicados dedos de la mujer contrastaban en demasía con la bestia y lo que le hacía todavía más especial era encontrar que esas dos criaturas eran la misma. JongWoon tenía una sonrisa oculta, detrás de los ojos, detrás de la firmeza de su mirada… estaba sonriendo pues ella era perfecta – sí, demasiado tiempo – su mano tomó entonces con firmeza la contraria y comenzó a caminar con ella.
Bien podría revelarle su verdadero nombre, pero incluso el parecía olvidarlo por momentos, tenía tanto tiempo viviendo como
Yesung que al final era ese su nombre, con el que los que le conocían y tenían el placer de recordarle, podían llamarlo - ¿quieres llamarme de otra forma? ¿Cómo? – entonces le volvió a mirar, sus ojos tan negros como la noche y las pesadillas que formaban parte de su ser ahora, escudriñaron a la hermosa mujer que solo vestía una camisa que apenas y cubría su zona intima, la figura perfecta de la fémina era seductora, y no lo podía negar, sin embargo, en ese momento, algo más llamaba su atención: los sueños que en la noche podía albergar la bella mujer.
Su atención fue interrumpida por las palabras que ella dedicó, mirando entonces hacia atrás, donde pudo escuchar voces y murmullos, que pronto fueron elevándose a medida que las personas se acercaban hacia ellos, parecía que los rodearían y entonces todo aquello se tornó más agradable. Con los brazos envolvió a la mujer y entonces una intensa oscuridad los cubrió. Nadie los vería, al menos que él lo decidiera de esa forma.
Los delgados y delicados dedos de la mujer contrastaban en demasía con la bestia y lo que le hacía todavía más especial era encontrar que esas dos criaturas eran la misma. JongWoon tenía una sonrisa oculta, detrás de los ojos, detrás de la firmeza de su mirada… estaba sonriendo pues ella era perfecta – sí, demasiado tiempo – su mano tomó entonces con firmeza la contraria y comenzó a caminar con ella.
Bien podría revelarle su verdadero nombre, pero incluso el parecía olvidarlo por momentos, tenía tanto tiempo viviendo como
Yesung que al final era ese su nombre, con el que los que le conocían y tenían el placer de recordarle, podían llamarlo - ¿quieres llamarme de otra forma? ¿Cómo? – entonces le volvió a mirar, sus ojos tan negros como la noche y las pesadillas que formaban parte de su ser ahora, escudriñaron a la hermosa mujer que solo vestía una camisa que apenas y cubría su zona intima, la figura perfecta de la fémina era seductora, y no lo podía negar, sin embargo, en ese momento, algo más llamaba su atención: los sueños que en la noche podía albergar la bella mujer.
Su atención fue interrumpida por las palabras que ella dedicó, mirando entonces hacia atrás, donde pudo escuchar voces y murmullos, que pronto fueron elevándose a medida que las personas se acercaban hacia ellos, parecía que los rodearían y entonces todo aquello se tornó más agradable. Con los brazos envolvió a la mujer y entonces una intensa oscuridad los cubrió. Nadie los vería, al menos que él lo decidiera de esa forma.
Laya [Selene]
Sarafan Lunar
P.B :
Lee Hyori
Localización :
En el bosque
Mensajes :
31
Fecha de inscripción :
11/05/2014
Humor :
Depende del ciclo lunar
No podía apartar su vista de la mirada ajena como un animal no puede apartar los ojos de su presa, pero esta persecución no era como ninguna otra, podía observar y analizar uno a uno los movimientos de su acompañante y cada vez que las lineas de expresión de aquel rostro cambiaban parecía ser un paisaje completamente diferente, era un campo minado en el que cualquier paso en falso podía ser mortal, aquel ser que caminaba junto a ella no era cualquier criatura, podía sentirlo en sus venas, la sangre de Laya parecía correr más rápido mientras su ya elevada temperatura alcanzaba un ponto exacto de equilibrio con la bestia que dormía en su interior, sus ojos con un brillo de oro parecían mirar solo a Yesung.
Pudo notar los movimientos de aquel hombre, pudo anticiparlos e incluso pudo seguirlos con su vista, pero se dejó atrapar como una mariposa que va directo hacia la llama. Un ligero suspiro se liberó desde su boca al tiempo que sus manos se sujetaban de los hombros ajenos con un poco de fuerza.
La oscuridad se alzó al rededor de ellos como un manto que los escondía de aquellos hombres que no eran más que una insignificante molestia, una raya en el agua, por decirlo de alguna forma, pero no tenía tiempo de pensar en ellos, no le eran importantes, ahora mismo podía sentir aquel aroma a muerte impregnando su cabello contagiándose de la esencia que parecía escapar por los poros ajenos, pero era más que eso, la oscuridad que los rodeaba parecía ser parte de aquel hombre, como si fueran uno solo. Por instinto y siguiendo los movimientos del cuerpo contrario llevó sus labios hasta uno de los oídos ajenos.-Si vamos a jugar al escondite deberíamos buscar uno en aún más estrecho. -Las voces ajenas a la oscuridad que los rodeaba parecían moverse rápido, al parecer estaban completamente convencidos de que podían cazar al lobo, aquello solo la incitaba a querer jugar con ellos, pero tal vez otra noche, ahora mismo no tenía ánimo de estar cerca de aquellos pseudo-cazadores.
- Me pregunto si tienes un lugar en el que pueda descansar por un momento, tal vez con la mente más tranquila pueda encontrar la forma apropiada para llamarte. -Su voz parecía suave terciopelo y al mismo tiempo había en ella tintes de sangre, como una suave tela que es usada para asfixiar, dependiendo de la ocasión sus palabras podían ser delicadas o letales.
Pudo notar los movimientos de aquel hombre, pudo anticiparlos e incluso pudo seguirlos con su vista, pero se dejó atrapar como una mariposa que va directo hacia la llama. Un ligero suspiro se liberó desde su boca al tiempo que sus manos se sujetaban de los hombros ajenos con un poco de fuerza.
La oscuridad se alzó al rededor de ellos como un manto que los escondía de aquellos hombres que no eran más que una insignificante molestia, una raya en el agua, por decirlo de alguna forma, pero no tenía tiempo de pensar en ellos, no le eran importantes, ahora mismo podía sentir aquel aroma a muerte impregnando su cabello contagiándose de la esencia que parecía escapar por los poros ajenos, pero era más que eso, la oscuridad que los rodeaba parecía ser parte de aquel hombre, como si fueran uno solo. Por instinto y siguiendo los movimientos del cuerpo contrario llevó sus labios hasta uno de los oídos ajenos.-Si vamos a jugar al escondite deberíamos buscar uno en aún más estrecho. -Las voces ajenas a la oscuridad que los rodeaba parecían moverse rápido, al parecer estaban completamente convencidos de que podían cazar al lobo, aquello solo la incitaba a querer jugar con ellos, pero tal vez otra noche, ahora mismo no tenía ánimo de estar cerca de aquellos pseudo-cazadores.
- Me pregunto si tienes un lugar en el que pueda descansar por un momento, tal vez con la mente más tranquila pueda encontrar la forma apropiada para llamarte. -Su voz parecía suave terciopelo y al mismo tiempo había en ella tintes de sangre, como una suave tela que es usada para asfixiar, dependiendo de la ocasión sus palabras podían ser delicadas o letales.
JongWoon
P.B :
JongWoon
Sexo :
Localización :
Brujas
Mensajes :
146
Fecha de inscripción :
29/11/2012
Edad :
40
Humor :
sadico, seco, serio
La cercanía que existía entre los dos era demasiada, mientras la envolvía con sus brazos y dejaba que la oscuridad los cubriera para evadir a los humanos, podía sentir el cálido aliento femenino, el calor que de su cuerpo emanaba y que por momentos parecía abrasar su piel. El sedoso cabello de la mujer acariciaba parte de sus manos, que la sostenían por los brazos y a veces acariciaban también sus mejillas. La punta de su nariz rozaba el rostro de la mujer bestia, su piel era suave, y toda ella desprendía un olor a bosque, a muerte y tierra que hacían todo tan embriagante, como una droga o estimulante para el oneroi. Sus dedos se aferraban a los delgados brazos, mientras la gente que buscaba al lobo pasaban de largo, ignorándoles por completo, gracias a la oscuridad que les rodeaba. Su cuerpo sufrió un estremecimiento, de aquellos que en escasas ocasiones sentía, y que normalmente aparecían cuando se alimentaba de los sueños más perversos y oscuros, cuando ella se acercó hasta su oído y susurró. Una corriente eléctrica subió por su espina dorsal al roce del cálido aliento con su piel, sus manos se aferraron en torno a la delicada figura, y sus ojos la buscaron en la oscuridad, fijándose en los contrarios en cuanto los tuvo al alcance.
Sus palabras acariciaban su piel, como los amantes humanos hacen con las manos, ella lo hacía con la voz, con la simple presencia inmaculada de la bestia. La sugerencia de un lugar intimo le hizo recordar la pequeña casa que habitaba de vez en cuando, cuando recordaba que su cuerpo en el mundo humano necesitaba descansar de vez en cuando. Las voces de los humanos se hicieron más difusas, hasta que desaparecieron, pero no le soltó. Podría llevarla caminando, de todas formas no quedaba tan lejos de donde estaban, y porque perder la oportunidad de caminar al lado de ella. Normalmente las noches le traian sueños, alimento para su cuerpo, el sustento de cada respiro y cada paso que daba en el mundo, pero esa noche, el sustento habia llegado en la forma de ella. Misteriosa, hermosa y con olor a muerte.
Yesung adoraba pocas cosas en el mundo humano, pero ella bien podía convertirse en su diosa, salvaje y natural, y estaba seguro que a su lado, los sueños nunca faltarían.
De la mano salieron de la oscuridad, con la naturalidad de quienes caminan en la noche por la ciudad, iluminada por viejas farolas, que también brindaban una atmosfera intima, los canales con los destellos de las casas, las personas que iban y venían, algunos aun murmuraban sobre el lobo, pero a Yesung poco le importaba, era como si el mundo hiciera silencio y en ese silencio, solo el latir del corazón ajeno era lo que marcaba un ritmo, acelerado, cálido y enigmático.
Aunque pareciera impropio, no podía dejar de mirar sus piernas cada vez que volvía la mirada hacia ella, bien podría convertirse en esclavo de ellas, de toda ella.
Sus palabras acariciaban su piel, como los amantes humanos hacen con las manos, ella lo hacía con la voz, con la simple presencia inmaculada de la bestia. La sugerencia de un lugar intimo le hizo recordar la pequeña casa que habitaba de vez en cuando, cuando recordaba que su cuerpo en el mundo humano necesitaba descansar de vez en cuando. Las voces de los humanos se hicieron más difusas, hasta que desaparecieron, pero no le soltó. Podría llevarla caminando, de todas formas no quedaba tan lejos de donde estaban, y porque perder la oportunidad de caminar al lado de ella. Normalmente las noches le traian sueños, alimento para su cuerpo, el sustento de cada respiro y cada paso que daba en el mundo, pero esa noche, el sustento habia llegado en la forma de ella. Misteriosa, hermosa y con olor a muerte.
Yesung adoraba pocas cosas en el mundo humano, pero ella bien podía convertirse en su diosa, salvaje y natural, y estaba seguro que a su lado, los sueños nunca faltarían.
De la mano salieron de la oscuridad, con la naturalidad de quienes caminan en la noche por la ciudad, iluminada por viejas farolas, que también brindaban una atmosfera intima, los canales con los destellos de las casas, las personas que iban y venían, algunos aun murmuraban sobre el lobo, pero a Yesung poco le importaba, era como si el mundo hiciera silencio y en ese silencio, solo el latir del corazón ajeno era lo que marcaba un ritmo, acelerado, cálido y enigmático.
Aunque pareciera impropio, no podía dejar de mirar sus piernas cada vez que volvía la mirada hacia ella, bien podría convertirse en esclavo de ellas, de toda ella.
Temas similares
» [privado/Lucifer] shot in the dark
» [Libre] I see you in the dark
» Razas en Dark City
» [Privado/Jun.K] we meet before?
» And Just With That, We Have Started [PRIVADO]
» [Libre] I see you in the dark
» Razas en Dark City
» [Privado/Jun.K] we meet before?
» And Just With That, We Have Started [PRIVADO]
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.