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Caliel

Caliel
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Lun Mayo 12, 2014 9:10 pm
El sonido de las aguas mientras corrían por los canales de la ciudad la ayudaba a calmarse, sus manos aún no se sentían completamente suyas, como si alguien más las estuviera manejando, era normal, había tomado un cuerpo completamente diferente a los que acostumbraba, a pesar de que tenía una buena resistencia física y un bajo porcentaje de grasa corporal no se comparaba con los fuertes músculos que estaba acostumbrado a usar, guerreros, soldados, policías, incluso entrenadores físicos, pero nunca una chica, menos una así de delgada y pequeña. Llevó las manos a su rostro, ese rostro que ahora le pertenecía.- Es solo un cuerpo, solo un cuerpo. -Se dijo a si mismo Caliel, por alguna razón había sido el designio del Creador que tomara a Rainie, pero aún no sabía el porqué, solo sabía que tenía que continuar cumpliendo con la misión que le había sido encomendada, no había tiempo para perder, los zéphiros se dispersaban por todo el globo terráqueo, las fuerzas del mal estaban atacando diferentes puntos, pero de alguna forma los más crueles se habían asentado en Brujas, como era de esperarse Dios envió a sus más fuertes soldados a la batalla y Caliel no se podía quedar fuera.

Caliel era un zéphiro que llevaba a cuestas cantidades increíbles de sangre, había sido culpable de tantas muertes que ya había perdido la cuenta y vaya que amaba su trabajo, siempre había sido de la idea de que si Dios les deja ellos deben cumplir la misión, sin importar el precio, sin importar la forma, siempre es mejor que muera 1 y salvar a miles que salvar a 1 y condenar a miles, era precisamente por ese pensamiento que la mayoría de los demás záphiros le evitaban, algunos incluso le temían, era de esperarse, incluso los griegos habían contemplado la forma en la que trabajaba, el nombre Ares aún se le hacía familiar, dado que fue ese el nombre que le otorgaron cuando lo convirtieron en el dios de la guerra a través de historias, era ridículo, el único dios era el Creador, pero aún así le había hecho reír.

De momento el sonido del agua se hizo más fuerte, como si estuviese hablándole, se acercó a escuchar y por un momento creyó escuchar una voz, aunque lo más seguro es que fuese solo su imaginación, había pasado tanto tiempo en la tierra que era obvio que su mente estuviera algo cansada.- ¿Qué hago aquí Padre? ¿A qué me has enviado? -Preguntó mientras se abrazaba a si misma, el viento había comenzado a golpear con algo de violencia y el frío se hacía presente.
JongJin [Kraken]

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Jue Mayo 15, 2014 11:01 pm
La mente divagaba entre el humano y el leviatan, como en otras ocasiones solía sucederle. Los recuerdos de la problemática niñez de Jin llegaba a veces como flashes intermitentes que no le permitían al leviatan mantener el control sobre su contenedor por mucho tiempo, y todo era porque después de todo, no quería eliminar al chico por completo, le quería, le estimaba lo suficiente como para no destruir toda la esencia que en un principio había sido lo que le atrajo de él. Ese día, como otros, se hallaba sumido en sus pensamientos junto a uno de los canales que en otros tiempos le habían servido de hogar, y que ahora se convertían en una atracción turística. Los humanos creían tener el control y se proclamaban dueños de todo, cuando en realidad no tenían más que lo que llevaban encima, y hasta eso lo tomaban sin pedir permiso.

Dios se equivocó al crearlos…

Su rostro permanecía inexpresivo, como usualmente pasaba con él, y no prestaba atención a aquellos que pasaban a su alrededor. El color oscuro de las aguas le tenía hipnotizado a tal grado de casi cambiar su forma humana en ese lugar sin importarle absolutamente nada, pero entonces Jin le recordaba que de hacer eso, ellos ya no podrían estar juntos pues seguramente Calipso le obligaría a destruir al humano.

Su oscura cabellera jugaba al viento, sus ojos se cerraron cuando sintió este acariciar su rostro y sus manos se posaron en la fría piedra, haciéndole recordar por momentos el hermoso frio de la profundidad del mar, la oscuridad donde apenas y uno puede ver pero de la que te acostumbras al poco tiempo.

Kraken…

La voz del niño en su interior llamo, y le hizo volver el rostro hacia un costado, donde una bella jovencita se acercaba a observar el agua así como él lo hacía. Con la mirada serena, como siempre, le analizo, y aunque su naturaleza le hizo saber que no se trataba de un humano, Kraken no conocía en su totalidad el origen de aquella joven como tal vez Calipso pudiera haber logrado.
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Vie Mayo 16, 2014 7:08 am
De un momento para otro todo pareció quedar en completo silencio, ya no habían voces, tampoco personas a su al rededor, las luces comenzaban a desvanecerse hasta que al fin solo quedaban los rayos de la luna plasmados en el agua. Sin saber muy bien el porqué comenzó a caminar hasta uno de los muelles en los que se aparcaban las lanchas que paseaban a los turistas, corrió tan rápido como sus pies se lo permitían, al punto que su anaranjado cabello quedó todo alborotado aunque poco y nada se percató de aquello.

Cuando por fin llegó al muelle camino hacia la orilla, justo ese límite entre la madera y el agua, se agachó quedando de rodillas y llevó su mano derecha a hundirse en el frío líquido transparente, cerró sus ojos por un par de segundos permitiéndose sentir, de alguna forma esperaba que el agua le hablara claramente, ya estaba cansada de esperar, no había nada que no pudiera hacer si su padre se lo pedía, pero no estaba pidiendo nada, el creador ni siquiera estaba hablando, solo habían humanos día tras días, vidas humanas, realidades humanas, vicios y oscuridad humana ¿Por qué debía seguir fingiendo? ¿Por qué no podía simplemente arrancar el mal desde su raíz?- ¿Es esta mi lección? -Preguntó con una suave y melodiosa voz al tiempo que abría sus ojos y retiraba su mano de las aguas.- ¿Debo esperar en silencio hasta que todo simplemente se acabe? -Se puso de pie y apoyó su mano húmeda contra su pantalón negro hasta que estuvo seca, no sabía que hacer, solo necesitaba una señal, cualquier señal.

Dios no estaba de humor para mostrar aquello que ya se encontraba frente a los ojos del ángel.

Poco a poco se reincorporó a la realidad, el ciento continuaba soplando y para su sorpresa una que otra pareja paseaba por el lugar, pero estaban tan concentrados en sus asuntos que nadie parecía haberse percatado de ella. Se acomodó el cabello y luego de dar un profundo respiro comenzó a caminar de vuelta a la calle, estaba agotada de aquel lugar, de todo cuanto la rodeaba, de la soledad de su misión. Sus pasos la condujeron a una especie de tienda de abarrotes, cogió un paquete de cigarrillos y justo cuando estaba por pagar notó que la sueña del local profesaba la religión católica, en el muro un enorme cuadro del María y Jesús la observaban, dejó ir una pequeña risa y pagó la cajetilla, salió del lugar y miró al cielo.- ¿Qué? Sabías perfectamente que era propensa a los vicios. -Dijo al tiempo que tomaba un cigarrillo de la cajetilla y lo colocaba entre sus labios, dejó la cajetilla en el bolsillo de su chaqueta y sacó el encendedor, mas cuando intentó prender el cilindro de tabaco notó que el encendedor no tenía combustible.
JongJin [Kraken]

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Dom Mayo 18, 2014 3:50 pm
Era una especie de melancolía que no lograba entender por completo, lo que al observa a la señorita que se alejaba, podía sentir. Kraken se hallaba en una especie de estado anímico similar a una depresión, si es que su raza podía sufrir algo parecido. Desde la última vez que había visto a un leviatán ya habían transcurrido alrededor de 100 años, y en el cuerpo de JongJin, ahora todo se podía apreciar de una forma distinta. Su atención se fijaba en el agua, en la chica que ahora caminaba hacia uno de los muelles, y el siguió discretamente, perdiéndose entre las personas que circulaban, hasta que estas desaparecieron y se quedó de pie a unos metros de donde ella se encontraba. El agua era su elemento, no tenia secretos para él, y podía percibir en ella un cierto grado de complicidad para con la criatura que vagaba sobre las maderas del muelle.

Cuando ella comenzó a caminar de regreso a la calle, Kraken se recargo en la pared más cercana, dejando que el oscuro cabello cayera sobre su rostro, volviéndose invisible como bien había aprendido a hacer desde la infancia del humano que le servía de contenedor, con una mano en un bolsillo y la otra sosteniendo un cigarrillo, espero a que ella pasara de largo.

Se sentía intrigado.

Poco después, sus pasos lo llevaron detrás de ella, a una distancia prudente para que no se notara mucho. La gente entonces comenzó a aparecer de nuevo, como una plaga que lo rodeaba y que intentaban alejarlo de la chica, pero sus pasos se volvieron más firmes y por un momento deseo poder caminar con sus múltiples piernas para ir más rápido. La perdió de vista, el cigarrillo cayó de sus dedos al suelo y lo piso con la suela del zapato, apagándolo de inmediato, manteniéndose de pie en ese lugar, pues sabía que ella no podía encontrarse lejos.

En cuestión de dos o tres minutos, volvió a aparecer, con la sorpresa de compartir el mismo vicio que el había desarrollado al convivir con humanos. Una muy tenue sonrisa se asomó en sus labios al ver como quería accionar el encendedor y este no reaccionaba, así que con tranquilidad de acercó hasta ella, tomo su propio encendedor y le ofreció el fuego a la chica.
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Mar Mayo 20, 2014 1:37 am
Sujetó el cigarrillo para poder dejar escapar una risa inocente y para nada fingida, al parecer el Creador hoy estaba con un particular sentido del humor.- Ser omnisciente no es excusa para ser amargado. -Susurró al tiempo que pensaba en ir a comprar un encendedor, mas cuando alzó la vista se encontró con una leve llama que un extraño le ofrecía, se volvió a colocar el cilindro de tabaco entre sus rojos labios y se acercó hasta encenderlo, dio una profunda calada y luego quitando el cigarrillo de los labios soltó el humo en el extremo encendido de forma lenta, como si quisiera avivar la llama.- Muchas gracias, no esperaba encontrar un caballero en Brujas. -Su voz era tan delicada que casi asimilaba al sonido de un riachuelo, más sus ojos estaban llenos de vida y ahora mantenía fija su visión en aquel que la había ayudado.

Llevó el cigarrillo nuevamente a sus labios para así continuar fumando, la verdad es que hasta el momento no había tenido un muy buen día, pero Caliel era la clase de ángel que tenía la capacidad de encontrar señales incluso en el acto más aleatorio, es por eso que no dejaría pasar esta oportunidad, no habían casualidades en el mundo que el Creador permitiera, si estaba allí frente a aquel extraño se debía a una razón, a una que por el momento desconocía.- Mi nombre es Caliel, mucho gusto. -Sabía que era una costumbre muy humana nombrar a los niños con nombres de zephiros, es por eso que jamás reparó en utilizar el verdadero nombre de su contenedor, después de todo las pasibilidades de que alguien pudiese descubrir lo que era solo por haber dado su nombre eran casi nulas, aunque siempre dejaba espacio para la duda.

El viento comenzaba a hacerse cada vez más frío, como si de alguna forma el clima estuviese molesto por algo, pero fuera de desordenar su cabello no le preocupaba par nada, podía ver como a algunos de los humanos presentes les hacía problema y aquello le sacó una pequeña sonrisa, en especial una humana que luchaba porque su vestido no fuese levantado por la ventisca. Suspiró de forma corta y sonrió a aquel hombre.- ¿Estas ocupado? -Preguntó son perder la sonrisa de sus labios.- ¿Me acompañas a hacer algo interesante? -Para cualquier humano la personalidad de Caliel podía parecer algo atrevida y sin mucho tacto y es que los guerreros solo saben de guerras, el contacto de los frágiles códigos sociales era algo que realmente no le preocupaba mucho, además desde que se acercó al muelle había visto como las personas se subían a una especie de botes, después de todo Brujas era conocida como "La Venecia del norte" y realmente quería ir, pero veía que todo el mundo se subía en pareja, así no daban ganas de ir sola.
JongJin [Kraken]

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Sáb Mayo 24, 2014 6:18 pm
La voz de la chica, cuando mencionó su nombre, sonó muy dulce a sus oídos y se relajó en su totalidad, como si algo en la chica le resultara… pacifico. JongJin guardó el encendedor y la observó con atención. Era bella, sin duda, como pocas humanas le llegaban a parecer, por lo que en un momento dudo sobre el origen de la chica que ahora le miraba. Tal vez un caballero no ofrecería fuego a una dama si esta quería encender un cigarrillo y en lugar de eso, le quitaría el vicio y diría que eso no era de damas, pero Jin era un ser venido de entre la oscuridad y el frio de los océanos, y si la chica quería fumar, él la acompañaría.

Con cuidado movió el cabello que caía sobre sus propios ojos para tener contacto visual con ella, y sonrió de una forma muy suave – me llamo JongJin, tienes un nombre hermoso – los nombres celestiales eran algo que en el presente la gente ocupaba normalmente, y viéndola a ella, parecía encajar a la perfección con su rostro, su cuerpo y la esencia que sentía en ella.

Kraken no era especialmente receptivo, muchas cosas podían pasarle por alto ya que poco se interesaba por los demás, pero ella tenía algo, tal vez la forma en que había contemplado el agua, y como esta se sentía alrededor de ella… - ¿algo interesante? – Miró en dirección de donde habían venido y entonces vio en el muelle los botes, y lo entendió – vamos entonces – ofreció su mano a Caliel, y espero por ella para caminar a su lado.

Los canales de Brujas siempre habían sido hermosos, aunque ahora muchos permanecían en un estado de continua suciedad, la verdad es que a veces pensaba que había sido un error permitir que los humanos se asentaran en la zona, pero en momentos como el que vivía en el presente, su opinión podía llegar a cambiar.
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Sáb Mayo 24, 2014 10:41 pm
A penas escuchó la respuesta de aquel hombre su rostro se iluminó en una sonrisa de alegría, estaba curiosa por lo que sería aquel paseo, siempre se había sentido cómoda en el agua, no solo en aquel cuerpo, sino en todos los que había utilizado con anterioridad, el agua era ese espacio donde nada se podía fingir porque la transparencia no daba espacio para ocultar, amaba eso, pero más que nada amaba esa canción que había en las hondas, una canción que hasta el momento creía que nadie más que ella podía escuchar, casi pensaba que era producto de su imaginación.

- Gracias JongJin, te prometo que será divertido. -Dijo al momento de tomar la mano del chico, mas al instante sintió una extraña clase de frio, ese que se siente solo cuando te sumerges muy dentro del mar, cuando nadas hasta que la presión del agua comienza a hacer que tu cuerpo se sienta pesado en vez de liviano, dirigió su mirada fija a JongJin, pero la sensación se desvaneció cadi tan rápido como llegó. Comenzó a caminar mientras llevaba el cigarrillo a sus labios de vez en cuando, quería terminarlo antes de subir en aquellos botes.- Quiero ver el agua más de cerca, nunca antes había notado aquellos paseos en bote y realmente me calma cuando estoy rodeada de agua ¿Suena extraño? -Las palabras simplemente fluían de sus labios sin filtro alguno, su voz se mantenía cual canción en medio del ruido, mas sus ojos se habían suavizado por completo, casi parecía una niña pequeña que hablaba sobre algo que realmente amaba, aquella expresión era algo extraño en Caliel.

Apresuró sus pasos hasta llegar a una especie de fila que los humanos hacían, al parecer el zéphiro no era el único ser que quería estar en el agua.- Creo que tendremos que esperar un poco para subir. -Murmuró mirando como su cigarrillo ya estaba en sus últimos tiempos, dio una calada más y luego lo apagó bajo su zapato.- Hagamos algo para conocernos más mientras esperamos. -Las parejas de humanos al rededor estaban también de la mano, pero en un modo mucho más intimo, aunque Caliel no notaba aquello, por más tiempo que llevara en la tierra no lograba comprender a la perfección los comportamientos apropiados según situación.
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Dom Jun 01, 2014 12:25 pm
Los paseos en los canales de la ciudad eran famosos, las construcciones de la zona eran hermosas y por ese lado, debía reconocer que los humanos tenían talentos que por momentos le hacían apreciarlos. La ciudad era llamada “la Venecia del norte” pero Kraken sabía que era mucho más, debajo de la piedra, existía un paraíso que solo los leviatanes podían conocer, la ciudad había sido un error, él siempre lo había pensado, y solo buscaba la aprobación de Calipso para destruirla por completo, regresando el control a los que siempre debieron tenerlo: su propia raza.

Pero en esos momentos, estaba dispuesto a dar un paseo como todo humano por su elemento, el agua, en compañía de esa dulce mujer. Sus ojos, oscuros como el fondo del mar, miraban de un lado a otro y se volvían a posar en la delgada figura femenina, en su cabello naranja que se movía al capricho del viento que comenzaba a soplar, pues aunque los canales estaban bajo el nivel de los edificios, siempre se sentía una fresca corriente cuando te acercabas a los muelles. Entonces les tocó esperar, más en ningún momento soltó la mano de Caliel, se sentía suave y de alguna forma pensaba que podía quedarse sosteniéndola hasta que ella la retirara, ¿Qué pensaría la chica si supiera lo que él era en realidad?...

Las parejas y familias que se encontraban alrededor de ellos hacían el ambiente más íntimo, como si todos formaran un escudo de carne en medio del cual se hallaban ellos dos – ¿te gusta el agua? He vivido aquí el tiempo suficiente para ver como los canales se van deteriorando… - comentó en un tono algo aburrido, siempre que hablaba de los canales lo hacía de esa forma, porque no quería enojarse, pues eso significaba el cambio a su forma natural… y no podía darse el lujo de hacer eso frente a los humanos – antes, hace mucho tiempo, incluso se podía nadar en ellos, ¿sabes? Ahora no, están sucios…
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Jue Jun 12, 2014 4:54 am
- El agua... -Hizo una pequeña pausa mirando directo a las aguas, no era muy fácil explicar que después de una batalla cuando su cuerpo quedaba empapado en sangre lo único que calmaba a Caliel era sumergir su cuerpo en las aguas como si de alguna forma el líquido pudiera llevarse consigo todos los malos momentos, los dolorosos recuerdos, el peso de su espada, el peso de su mente. Sin que se diera cuenta su rostro comenzó a cambiar, su mirada se volvió completamente fría como si cualquier clase de emoción hubiera muerto y el contenedor hubiese quedado completamente vacío, mas respiró profundo y dirigió su mirada a su acompañante dibujando una sonrisa.- ...el agua me conoce, es por eso que cuando me encuentro cerca no tengo que fingir, no hay secretos que puedan ocultarse tras la transparencia. -A penas pronunció aquellas palabras la vida comenzó a regresar a sus ojos de forma paulatina, sin querer apretó un poco más fuerte la mano de aquel joven como si por unos breves segundos hubiese sentido miedo.

La fila comenzaba a moverse, pero algo que había dicho el joven le había quedado rondando en la mente.- ¿Cómo crees que se siente el agua? -Preguntó al tiempo que se acercaba un poco más al chico sin soltar su mano, era casi como si le estuviera preguntando un secreto, su voz era baja y sus ojos no se despegaban de los ojos contrarios, su rostro reflejaba la extrema inocencia de aquel que aún habiendo pasado miles de años en la tierra seguía siendo como un niño.- Nadie puede entrar y saludarla ahora que está sucia... -Ese sentimiento de completa soledad era algo con lo que Caliel podía relacionarse muy bien, aún recordaba cuando sus hermanos zephiros comenzaron a alejarse de ella poco a poco, Caliel simplemente era diferente, no era como ellos un ser lleno de amor y de luz, era un guerrero, un sanguinario y en su esencia misma se encontraba una parte que no era amor.- ...y ella simplemente está allí sin que nadie pueda abrazarla. -Por un momento miró la mano con la que ahora sujetaba a Jin, esa era la misma mano que había sumergido con anterioridad en el agua.


Última edición por Caliel el Jue Jun 26, 2014 4:07 pm, editado 1 vez
JongJin [Kraken]

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Vie Jun 20, 2014 9:27 pm
Existía una mezcla de sensaciones que Kraken no podía explicarse, ni aun con sus cientos de años viviendo, y todo se debía a la chica con la que se hacía compañía. Tenía tanto tiempo sin sentir esa empatía con alguien que no fuera JongJin, que por un momento se sintió abrumado, como con deseos de tirarse al canal y revelarse allí mismo. Pero se contuvo.

Parecía que Caliel ahora tenía un gran peso encima, por lo que en los pocos segundos que este estado duró, su mano jamás soltó la contraria, pues bien sabía lo que era sentirse perdido por momentos. Aunque Kraken era un anciano en realidad,  a veces podía ser como un pequeño, curioso e inocente. La edad y el tiempo para el carecía de la misma intensidad que tenía para los humanos.

...el agua me conoce, es por eso que cuando me encuentro cerca no tengo que fingir, no hay secretos que puedan ocultarse tras la transparencia

Sus ojos se entrecerraron al escuchar a Caliel, y pudo sentir el agua recorrer todo su cuerpo, casi dejando libre a la bestia que había asesinado durante todo su tiempo de vida, a miles de humanos en el mar. Pero se obligó a volver a la realidad, mirando a la chica con sus ojos casi inexpresivos, pero atentos – el agua es primordial, ella nunca te dará la espalda si sabes darle en retribución lo que merece… - otros humanos pasaron a la góndola, y delante de ellos ya no quedaba nadie más, solo debían esperar un momento y entonces sería su turno.

Sus dedos se entrelazaron con suavidad en los femeninos, atrayéndola hacia su cuerpo y posando una mano sobre su espalda. ¿Quién era ella? La forma en que hablaba del agua y lo que los humanos hacían con ella era casi como echar sal a la herida que nunca había cerrado del todo. Lo sabía, el agua sufría, sola, tan cerca de todos pero sin nadie que pudiera entenderla, lo sabía porque cada vez que se internaba en los canales podía verlo, suciedad por todos lados, aunque los humanos intentaran remediar lo que con los años había sucedido, no se podía.

Yo puedo abrazarla… y lo hago siempre que puedo… - entonces la rodeo con sus brazos y con cuidado depositó un beso en su mejilla, prolongando el contacto unos segundos – y ella es feliz cuando lo hago.
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Jue Jun 26, 2014 4:05 pm
El suave rubor de sus mejillas se incrementó al tiempo que Jin abrazó su cuerpo, Caliel era un zephiro en esencia solitario, no había mucha cercanía entre el y los demás zephiros, siempre había estado por su cuenta de modo que cualquier clase de conexión o gesto afectivo le eran extraños, mas no desagradables, siempre había visto como los humanos se abrazaban y se acariciaban, pero pensaba que eso era algo que solo los humanos hacían, los zephiros incluso en el cuerpo de un humano le seguían pareciendo entes carentes de la emoción básica que lleva a la expresión de afecto, entonces ¿Por qué estaba tan nerviosa? ¿Era acaso que el cuerpo de Rainie estaba en un estado de nerviosismo? Debía ser eso, Caliel era un guerrero y los guerreros tienen nervios de acero ¿No?

Cuando Jin procedió a darle aquel beso en la mejilla sintió que sus rodillas perdían fuerza, como si no pudieran con el peso de su cuerpo y lentamente se apoyó sobre en cuerpo contrario, como si reposara sobre el pecho ajeno.- Nadie debería estar solo, nunca. -Susurró en un tono tan inocente que sus palabras pudieron haber sido confundidas con el pensamiento de una niña pequeña cuyos adres se marchaban a trabajar, aunque aquello podía servir de perfecta analogía para la vida del zephiro, Caliel contaba solo con Dios, su padre, nadie más en el mundo la había comprendido, a nadie más le importaba comprenderla, un zephiro bañado en sangre y muerte no era precisamente la compañía que los demás buscaban, por lo mismo se había acostumbrado a caminar por el mundo como si no fuera parte de él, un simple espectador que a través de diferentes ojos miraba el paso de las estaciones, de las décadas, de los milenios, siempre al margen de la historia, siempre solo.

- A veces pienso que el agua no me rechaza porque sabe lo que soy, nadie más intenta comprender eso, es como un secreto entre el agua y yo. -Dijo casi sin darse cuenta de que en vez de pensar estaba hablando, antes de que pudiera notar las palabras que habían salido de su boca escuchó al encargado de las góndolas informándoles que ya era su turno.
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Dom Jun 29, 2014 1:31 am
Había poesía entre las palabras de la chica, que, mientras sostenía entre sus brazos, abría heridas con la melancolía en sus palabras más allá de lo que Kraken podía soportar. Sus ojos no podían apartarse de los contrarios, y de esa forma podía sentirse extrañamente absorbido por ella, por lo que representaba aun sin saberlo a conciencia.

Un alma tan vieja como el mismo.

La sostuvo con fuerza cuando sintió como las piernas contrarias temblaban y ladeo la cabeza – te encuentras bien? – preguntó, obviamente intrigado por esa reacción. En su cuerpo original, Kraken no tenía labios, no podía besar y experimentar el contacto de esa forma como lo experimentaba en ese momento, y se sentía demasiado bien, la delicada figura femenina entre sus brazos era… bastante difícil de soltar.

Finalmente llegó su turno de subir a las góndolas y hasta ese momento apenas se separó de ella, como si llevaran toda la vida de conocerse, y la guió con calma hasta el transporte que los llevaría por los bellos canales. Una vez dentro, espero a que ella se sentara primero, como había visto que los hombres hacían con las mujeres, y luego tomo asiento, metiendo los dedos al agua y sonriendo muy levemente al hacerlo.

- Ven, acaríciala… - estiró la mano seca hasta la chica y la invitó a pasarse frente a el, para poder tocar ambos el agua –
El tiempo parecía haberse detenido en esa ciudad de Europa, todo era tan exquisito como la primera vez que había llegado allí, hacía ya más de 200 años, en esa época le había gustado tanto que cuando tuvo oportunidad, regresó e hizo de Brujas su hogar.

Allí estaba la contradicción nuevamente…

Pero parecía que por fin tenia alguien con quien compartir sus pensamientos…
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Lun Jun 30, 2014 3:38 am
Cuando al fin fue su turno se sintió inmensamente entusiasmada, como si de una niña pequeña se tratara, definitivamente las emociones que habían quedado impregnadas de Rainie en aquel contenedor aún afectaban levemente a Caliel, como si intentara mezclar su esencia con la de la chica, pero aquello no era posible, cuando un zephiro entra al cuerpo de un humano todo lo que es en esencia el humano se duerme, descansa hasta que el zephiro termina su misión, pero de alguna forma sentía emociones que nunca antes había experimentado, después de todo era la primera vez que Caliel decidía utilizar un contenedor femenino, como macho había sentido ira, a tiempos confusión y una extraña necesidad de violencia que siempre lograba suprimir en público y dejar libre en el campo de batalla, pero todos los procesos de un contenedor femenino le eran desconocidos y a tiempos excesivamente confusos como aquel intenso rubor en sus mejillas que no parecía desaparecer incluso después de que Jin la dejó ir.

Al subirse a la góndola se demoró unos segundos en entender el protocolo, ahora Caliel era la chica, debía sentarse primero, tomó asiento rápidamente y luego de unos segundos más la góndola comenzó a moverse, el frío que se desprendía del agua parecía acariciar su piel y el viento jugaba con su anaranjado cabello, todo era hermoso y de momento las palabras de su acompañante la hicieron sonreír de forma amplia.- Te ves diferente cuando estás en contacto con el agua. -De alguna forma aquel hombre parecía más feliz, como si hubiese llegado a casa luego de un viaje, aquello logró que Caliel mantuviera su sonrisa al tomar aquella mano y sentarse frente a él.- Gracias. -Fue todo cuanto pudo susurrar al tiempo que introducía los dedos de su mano libre en el agua sintiendo aquel helado líquido jugar con su piel, por un leve instante se permitió cerrar los ojos y recordar algunas de las ocasiones en las que luego de largas batallas había limpiado sus diferentes contenedores en el mar, en lugares a los que ningún otro zephiro seguía sus pasos, lugares en los que solo se encontraba el agua y Caliel.- Dime algo de ti Jin ¿Es el agua tan buena contigo como es conmigo? -De alguna forma ese pensamiento se convirtió en una frase que simplemente escapó de los labios de Caliel, al instante abrió los ojos y miró a su acompañante.- Lo lamento mucho, debes pensar que es una pregunta muy extraña, no tienes que contestar si no lo deseas. -Su permanente sonrisa acompañada de una melodiosa y algo tímida voz parecían casi la perfecta contradicción con la naturaleza de Caliel, pero al mismo tiempo eran solo una d las muchas caras que jamás se había permitido mostrar a nadie.
JongJin [Kraken]

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...
Miér Jul 23, 2014 9:14 pm
Sin duda alguna lo que la chica frente a él irradiaba era pureza, de alguna forma extraña y misteriosa para el leviatán, pero pureza de la que solo podías encontrar en un pequeño recién nacido, en un hombre que pelea con todo por lo que más ama… y ella podía ver a través de el, podía ver como Kraken estaba escondido dentro del cuerpo de Jin, como la oscuridad de sus orbes provenía de lo más profundo del mar. Se encontraba a si mismo frente a una hermosa criatura que estaba provocando a la bestia, sin intención, con sus sonrisas y ese jubilo puro.

Nunca, en todo su tiempo de vida, había experimentado algo como eso. La sonrisa y la forma en que Caliel se movía, eran simplemente fascinantes. La pureza nunca había tenido un significado real hasta ese momento, cuando al verla supo que ella era diferente, única. En silencio se acomodó frente a ella, con un brazo recargado en la orilla de la góndola, y mientras esta avanzaba por el canal, su mirada se perdía entre la chica y su hogar.

Te ves diferente cuando estás en contacto con el agua

Su mirada entonces se fijó en ella, como si con esas palabras pudiera ver la verdad que con tanto afán escondía desde hace miles de años. Que era un asesino despiadado y cruel, que gustaba de jugar… y que estaba solo. Siempre estaba solo entre los demás, puesto que los octopus no eran la variante más común de los leviatanes. ¿podía ser que ella sabía quién era él? Tal vez. Sus ojos, tranquilos, la observaban, mientras vagaban por los canales en compañía del barquero pero que bien parecía no estar allí. Era como si el agua, el canal, la barca y Caliel conformaran otra realidad, en la que Kraken estaba bien, estaba completo y se sentía mejor que nunca, pues era ella quien hacía que todo fuera así.

Cuando escucho sus palabras, nuevamente su atención se fijó en ella, y sintió una punzada en la mitad del pecho, como si alguien quitara la costra que apenas se formaba sobre una herida muy vieja, sin embargo era un dolor dulce, agradable, porque recordar la pureza de antaño, era algo increíble - el agua es buena conmigo siempre, me abraza y calma todo mi ser - se inclinó hacia ella y tomo su mano con la propia, entrelazando los dedos con los contrarios - es una dama gentil que a veces se cabrea, pero siempre vuelve a la calma en cuestión de minutos - la observó y entonces sus ojos se volvieron orbes negros, tan oscuros como el frio del profundo océano, aunque solo duró unos segundos, luego apartó la mirada hacia el agua - ella me ha visto nacer…
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