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Título de trama
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Espacio libre
[Privado|Caliel] The sweet Angel and the girl of the night Miér Ago 06, 2014 9:22 amJulia V.[Akasha]
Julia V.[Akasha]
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¿Que es eso?
Deseo. Ese era el punto clave de la vida de Julia el dejarse llevar por su deseo y que sus instintos la dominasen en una noche de puro placer. Aun que también habían excepciones, noches en las cuales su único placer era el de tocar el violín a la luz de la luna. Ella y su violín, su violín y ella, era lo único que le importaba, dejando a un lado el éxtasis provocado por la sangre y saboreando cada nota, cada sonido.
Por esa misma razón ese día dejó su coche aparcado frente al parque que solía frecuentar y se encamino a un lugar de este poco frecuentado, un lugar donde solo ella podría escuchar.Caminó por el cesped sin cuidado alguno de lo que sus pies pisaban hasta llegar a dicho lugar aislado, un lugar iluminado únicamente por la luna y dejó el estuche del violín en el suelo con una delicadeza extrema, abrió este y una foto de quien fué una vez el único hombre en si vida eterna junto avella con una amplia y juvenil sonrisa aparecio en la parte de arriba cogió su instrumento y se lo colocó con cuidado en el hombro, cono si de porcelana se tratase. Las notas comenzaron a fluir cuado julia empezó el baile de movimientos de sus brazos. Notas tristes pero al mismo tiempo hermosas, los años de tan delicada practica habian echo de Julia una violinista incomparable, sus pies comenzaron a moverse al dulce ritmo de la cancion y su cuerpo comenzó a seguir el ritmo de la melodia raudo y hermoso simplemente amando la cancion como solola vampiresa sabia.
Por esa misma razón ese día dejó su coche aparcado frente al parque que solía frecuentar y se encamino a un lugar de este poco frecuentado, un lugar donde solo ella podría escuchar.Caminó por el cesped sin cuidado alguno de lo que sus pies pisaban hasta llegar a dicho lugar aislado, un lugar iluminado únicamente por la luna y dejó el estuche del violín en el suelo con una delicadeza extrema, abrió este y una foto de quien fué una vez el único hombre en si vida eterna junto avella con una amplia y juvenil sonrisa aparecio en la parte de arriba cogió su instrumento y se lo colocó con cuidado en el hombro, cono si de porcelana se tratase. Las notas comenzaron a fluir cuado julia empezó el baile de movimientos de sus brazos. Notas tristes pero al mismo tiempo hermosas, los años de tan delicada practica habian echo de Julia una violinista incomparable, sus pies comenzaron a moverse al dulce ritmo de la cancion y su cuerpo comenzó a seguir el ritmo de la melodia raudo y hermoso simplemente amando la cancion como solola vampiresa sabia.
Ajena a todo lo que le rodeaba la vampiresa continuó amando la música para el griego que la observaba desde el cielo, al menos eso quería pensar ella, que cuando tocaba, el iba a verla, una pequeña sonrisa se plasmó en sus labios y sus ojos se cerraron aumentando la pasión de su canción, la hija de la noche estaba bailando para su noche, tocando para sus estrellas y sintiendo para su luna.
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Depende del día
Cansada y algo confundida caminaba por aquel parque, el verde de los árboles le era por completo indiferente, no tenía tiempo para deleitarse en la belleza de la naturaleza, los asuntos celestiales la mantenían ocupada, nuevamente se había detectado movimiento del mal en esas zonas y aquella era su responsabilidad, no podía fallar, aquello simplemente no era una opción. Estaba tan agotada que sintió la necesidad de sentarse, pero el lugar estaba lleno de humanos y para ser completamente honesta no sentía ganas de estar cerca de ellos en ese momento. Tenía suficiente con su misión, pero además de eso debía cumplir con el trabajo que le habían asignado a su contenedor, una vez que un zéphiro toma un cuerpo no puede simplemente separarlo de su vida, de ser así se levantarían demasiadas sospechas, de tal forma que pasaba gran parte del día encerrada en una empresa revisando las finanzas, gastando tiempo y energía en cosas menores y sin la más mínima importancia.
Siguió caminando hasta que un hermoso sonido llamó su atención, más y más sus pasos comenzaron a acelerarse, conocía aquel sondo, lo había escuchado de algunos de los mejores maestros que los seres humanos jamás podrían volver a igualar, sin querer una sonrisa se formó en sus labios cuando recordó a su difunto amigo Nicollo Paganini, ese hombre si que sabía tocar un violín como si contra una triste historia de amor entre el sol y la luna, entre lo que se tiene y lo que se desea con el corazón. Siguiendo el sonido pudo ver a lo lejos a una hermosa mujer de cabellos oscuros como la noche, sus ojos, no alcanzaba a verlos, pero lo que si vio fue como su cuerpo parecía moverse con tal delicadeza que casi parecía una ninfa del agua.
Cuando ya se encontraba a una distancia corta tomó asiento en una de las bancas y se quedó allí como si estuviese hipnotizada observando la performance de la violinista.- Fría como el hielo. -Susurró al momento de observar con atención el rostro de aquella mujer, era hermosa sin duda, pero el tiempo parecía haberse detenido en su rostro, no tenía marca alguna en su piel, ni lineas de expresión, ni las manchas comunes de la edad, a simple vista parecía que llevaba mucho tiempo sin poder ver la luz de un día caluroso de verano.
Siguió caminando hasta que un hermoso sonido llamó su atención, más y más sus pasos comenzaron a acelerarse, conocía aquel sondo, lo había escuchado de algunos de los mejores maestros que los seres humanos jamás podrían volver a igualar, sin querer una sonrisa se formó en sus labios cuando recordó a su difunto amigo Nicollo Paganini, ese hombre si que sabía tocar un violín como si contra una triste historia de amor entre el sol y la luna, entre lo que se tiene y lo que se desea con el corazón. Siguiendo el sonido pudo ver a lo lejos a una hermosa mujer de cabellos oscuros como la noche, sus ojos, no alcanzaba a verlos, pero lo que si vio fue como su cuerpo parecía moverse con tal delicadeza que casi parecía una ninfa del agua.
Cuando ya se encontraba a una distancia corta tomó asiento en una de las bancas y se quedó allí como si estuviese hipnotizada observando la performance de la violinista.- Fría como el hielo. -Susurró al momento de observar con atención el rostro de aquella mujer, era hermosa sin duda, pero el tiempo parecía haberse detenido en su rostro, no tenía marca alguna en su piel, ni lineas de expresión, ni las manchas comunes de la edad, a simple vista parecía que llevaba mucho tiempo sin poder ver la luz de un día caluroso de verano.
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Julia estaba realmente embelesada con el sonido que las cuerdas del instrumento producían para su luna y sus estrellas, pudo escuchar el palpitar de un corazón muy cerca, muy cerca de ella. Sin embargo por una vez su muerto corazón le dijo que no se detuviese, que continuase con aquella balada triste y a la misma vez apasionada, mientras alargaba la última nota, suave de forma lenta, sin prisas abrió a penas sus ojos, rojos como si de sangre se tratase clavados en el suelo mientras su sonrisa se borraba de su rostro y su rostro denotaba tristeza, el susurro escuchado con anterioridad parecía provenir de una chica joven. Clavó sus orbes al cielo de nuevo aún sin comentar nada y sin mirarla, sin declarar como era su rostro, al menos aún no simplemente dijo.-Espero lo hayas disfrutado por que... eres la única que a escuchado mi música, normalmente habría rehuido pero no se por que cuando escuché tu corazón no quise hacerlo... ¿Tu lo sabes?-Dijo para al fin clavar sus orbes rojos en el rostro de la joven, Julia no era de las que ocultaban su naturaleza, hasta el momento nada era lo suficiente mente fuerte como para hacerle frente o darle preocupaciones.
Debía admitir que se sorprendió ante un rostro tan sumamente hermoso, tan delicado y a la misma vez tan fuerte, su curiosidad la impulsaba a querer saber quien era la chica que su corazón no quiso evitar.-Me gustaría saber al menos, el nombre de mi joven espectadora pero claro, sería injusto que te lo pidiese sin decirte antes el mío.Mi nombre es Julia. -Dijo dejando que sus labios se curvaran en una suave sonrisa para luego comenzar a guardar a su compañera de sentimientos en su estuche, dejó una suave caricia en la fotografía que dicho estuche portaba, en el rostro de su joven griego para de nuevo olvidarle o intentar olvidarle un día más.
Debía admitir que se sorprendió ante un rostro tan sumamente hermoso, tan delicado y a la misma vez tan fuerte, su curiosidad la impulsaba a querer saber quien era la chica que su corazón no quiso evitar.-Me gustaría saber al menos, el nombre de mi joven espectadora pero claro, sería injusto que te lo pidiese sin decirte antes el mío.Mi nombre es Julia. -Dijo dejando que sus labios se curvaran en una suave sonrisa para luego comenzar a guardar a su compañera de sentimientos en su estuche, dejó una suave caricia en la fotografía que dicho estuche portaba, en el rostro de su joven griego para de nuevo olvidarle o intentar olvidarle un día más.
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Depende del día
La pieza de música estaba llegando a su fin, podía notarlo, podía sentirlo, ya había escuchado muchos otros lamentos entre cuerdas como para reconocer el momento exacto en que las lágrimas de aquel instrumento se detenían y cual magdalena secaban con el dorso de una mano el final de la melodía. Escuchó la voz de aquella mujer sin dejar de observarla ni por un minuto, su longeva existencia le había enseñado que solo aquellos que poseen alguna clase de oscuridad llegan a ascender a los campos de la mente necesarios como para transmitir sentimientos a través de un violín. Ahora mismo se encontraba en un completo estado de alerta, sobre todo porque aquella tonada había estado tan cargada de emociones que solo le quedaba concluir que la persona que tenía en frente no solo conocía su propia oscuridad sino que caminaba de la mano con ella, que no temía a esa umbra inherente en el ser, que el miedo estaba más allá de los ocultos rincones de su subconsciente.- No lo sé. -Contestó la primera pregunta planteada por aquella extraña con una voz firme y algo punzante que perfectamente podía ser comparada con un trozo de vidrio, Caliel era un guerrero, por lo mismo la sutileza y la delicadeza eran características que no poseía en lo absoluto.
Al ver los ojos color carmín de la mujer no pudo evitar dar unos leves pasos para acercarse, solo unas delicadas pisadas hasta quedar poco más de un metro de distancia. Escuchó aquella presentación y con su rostro completamente serios se inclinó en reverencia.- Caliel, mi nombre es Caliel. -Su voz había tomado un tono algo más amigable al tiempo que sus ojos dejaban de ser punzantes dagas, ahora solo quería poder establecer frente a que clase de criatura se encontraba, porque si de algo estaba segura era de que ella no podía ser un humano común y corriente.- Fue una hermosa pieza la que tocaste ¿Te importaría decirme de que se trata? Un amigo me dijo una vez que las hermosas melodías, todas las que valía la pena escuchar contaban una historia. -Sonrió de una forma amable, aunque con aquel rostro dulce y inocente que el contenedor poseía casi parecía la sonrisa de una niña pequeña.
Al ver los ojos color carmín de la mujer no pudo evitar dar unos leves pasos para acercarse, solo unas delicadas pisadas hasta quedar poco más de un metro de distancia. Escuchó aquella presentación y con su rostro completamente serios se inclinó en reverencia.- Caliel, mi nombre es Caliel. -Su voz había tomado un tono algo más amigable al tiempo que sus ojos dejaban de ser punzantes dagas, ahora solo quería poder establecer frente a que clase de criatura se encontraba, porque si de algo estaba segura era de que ella no podía ser un humano común y corriente.- Fue una hermosa pieza la que tocaste ¿Te importaría decirme de que se trata? Un amigo me dijo una vez que las hermosas melodías, todas las que valía la pena escuchar contaban una historia. -Sonrió de una forma amable, aunque con aquel rostro dulce y inocente que el contenedor poseía casi parecía la sonrisa de una niña pequeña.
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Una respuesta que la vampiresa esperaba y que no requiso ser respondida, la voz de la chica era de una muy joven a los oídos de la vampiresa, la cual tenía tantos años que ya apenas los recordaba, pudo ante su mirada ver a la joven seria mientras se presentaba y sus labios se curvaron de nuevo en una sonrisa.- Un nombre hermoso y extraño, en mis años nunca lo había oído y eso la hace más especial aún ¿Sabe? - Especial, para la vampiresa significaba algo muy bueno, alguien especial nunca debía ser abrazado por la muerte, por eso cuando en pocas ocasiones veía a alguien especial simplemente se retiraba, sin dejar ni un solo rasguño en ese humano que merecía la pena mantener con vida, sin embargo algo en ella le parecía muy curioso, la vampiresa deseaba conocerla más, no deseaba irse hasta saber que era lo que aquella joven tenía como para mantener a Julia en el lugar, como para que la vampiresa desease que escuchara su pieza musical.
Esa reverencia que ya ningún joven hacía ¿Quién era esa chica? Correspondió la reverencia con un asentimiento de cabeza leve pero cortés y al escucharla dirigió durante un leve instante la mirada hacía el estuche de su tan bello intrumento para luego cerrarlo e incorporarse.-No era nada especial me temo, simplemente me dejé llevar, dejé que mis dedos hicieran todo el trabajo, que mi corazón se encargase del ritmo y que mi cuerpo se moviera al son de la improvisada melodía dedicada a mi luna y mis estrellas, las únicas hasta hoy que eran mis espectadoras.-Una leve sonrisa se plasmó en sus labios mientras miraba a la chica que tenía frente a ella.-Tu amigo tiene razón, todas las melodías tienen una historia y me temo la mía por el momento no voy a contarla más allá de lo que e dicho pero, si te interesa saber más simplemente sígueme. -Comenzó a caminar de forma lenta, casi como esperando que la bella chica que la había encontrado la siguiera ¿Hacia donde? No era un lugar especial, simplemente quería invitarla a un café dado que la noche se planteaba fría, al menos supuso que para Caliel sería fría, a ella no le importaba la temperatura.- Aun que también me gustaría saber de ti y la clase de sabios amigos con los cuales compartes tiempo.-Añadió sin mirar atrás, aun que su sonrisa no se borró del rostro.
Esa reverencia que ya ningún joven hacía ¿Quién era esa chica? Correspondió la reverencia con un asentimiento de cabeza leve pero cortés y al escucharla dirigió durante un leve instante la mirada hacía el estuche de su tan bello intrumento para luego cerrarlo e incorporarse.-No era nada especial me temo, simplemente me dejé llevar, dejé que mis dedos hicieran todo el trabajo, que mi corazón se encargase del ritmo y que mi cuerpo se moviera al son de la improvisada melodía dedicada a mi luna y mis estrellas, las únicas hasta hoy que eran mis espectadoras.-Una leve sonrisa se plasmó en sus labios mientras miraba a la chica que tenía frente a ella.-Tu amigo tiene razón, todas las melodías tienen una historia y me temo la mía por el momento no voy a contarla más allá de lo que e dicho pero, si te interesa saber más simplemente sígueme. -Comenzó a caminar de forma lenta, casi como esperando que la bella chica que la había encontrado la siguiera ¿Hacia donde? No era un lugar especial, simplemente quería invitarla a un café dado que la noche se planteaba fría, al menos supuso que para Caliel sería fría, a ella no le importaba la temperatura.- Aun que también me gustaría saber de ti y la clase de sabios amigos con los cuales compartes tiempo.-Añadió sin mirar atrás, aun que su sonrisa no se borró del rostro.
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La persepción de aquel ángel era mucho más rápida que la de la mayoría de los seres, podía saber que se encontraba frente a alguien que había dejado la humanidad, debía ser que los ojos de ébano de los que tanto hablaban los demás por fin estaban comenzando a despertar, pero fuera como fuera, Julia llamaba su atención en una forma amigable, como un precipicio del que no vas a caer, pero que no por eso deja de ser menos imponente o peligroso. De momento todo lo que sabía era su nombre, que tocaba violín, que se mantenía privada más no imposible, que no le temía y que posiblemente no se había dado cuenta de lo que ella era. Todas aquellas características le complacían de modo que cuando la dama comenzó a caminar Caliel simplemente la siguió, había recibido la invitación a hacerlo por lo que le pareció lo más normal para hacer en dicha circunstancia.- Me alegra haberme encontrado contigo Julia, como habrás notado la noche es cada vez menos amigable en esta ciudad, pareciera que todos los días muere alguien nuevo casi como si alguien más lo estuviera planeando, en una suerte de película, todo pasa de una forma tan teatral que casi se logra esconder lo que realmente ocurre... -Respiró profundamente al tiempo que aceleraba sus pasos para caminar justo a la dama, estaba atenta a cada detalle que ocurría a su al rededor, Caliel había enviado suficientes almas y demonios al infierno como para saber que tenía enemigos, mas esta noche quería olvidarlos, fingir que no existían aunque solo fuese por un par de minutos.- Si algo he aprendido en Brujas es que la noche es oscura y está llena de terrores. -Finalmente cuando se encontró caminando hombro a hombro con Julia la miró y le dedicó un sonrisa.
No sabía exactamente donde iba, pero a lo lejos pudo ver más personas, era muy tarde y aún así la ciudad se mantenía viva. aunque los rostros de las oscuridades eran muy diferentes a los que se veían en el día, gentes vestidas de negro que decoraban sus ropas con cruces y pentagramas invertidos, era divertido como algunos humanos encontraban paz en la práctica de rituales que creían demoníacos, pero al mismo tiempo era algo que el ángel esperaba, no consideraba que aquella raza fuese muy sabia, sobre todo por el corto periodo de tiempo que pasaban en la tierra, nacían ignorantes y a lo largo de sus vidas no alcanzaban sino una pizca de conocimiento.
No sabía exactamente donde iba, pero a lo lejos pudo ver más personas, era muy tarde y aún así la ciudad se mantenía viva. aunque los rostros de las oscuridades eran muy diferentes a los que se veían en el día, gentes vestidas de negro que decoraban sus ropas con cruces y pentagramas invertidos, era divertido como algunos humanos encontraban paz en la práctica de rituales que creían demoníacos, pero al mismo tiempo era algo que el ángel esperaba, no consideraba que aquella raza fuese muy sabia, sobre todo por el corto periodo de tiempo que pasaban en la tierra, nacían ignorantes y a lo largo de sus vidas no alcanzaban sino una pizca de conocimiento.
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Pudo escuchar como la bella dama comenzó a caminar junto a ella y entrecerró los ojos al escuchar sus palabras, quien pudiese decir que la vampiresa era una de las que tomaba vidas humanas como si de cristales que rompía fuese, no le gustaba dejar evidencias de sus pasos, de sus asesinatos aun que realmente no fuesen asesinatos dado que los humanos disfrutaban mientras morían, ella era una Daeva, se ocupaba personalmente de dar placer a aquellos que elegía como sus víctimas. Sus carmesíes ojos se clavaron en los de Caliel, ella no sería su víctima desde luego, algo en ella le hacía sentir que no tomaría su vida, quería conocerla, quería saber que secretos escondía aquel pequeño cuerpo, quería saber por que sentía que ese cuerpo escondía una fuerza tan poderosa que dudaba que la chica supiese que tenia. Asintió a sus próximas palabras aunque ella no veía así la noche.-La noche es tan peligrosa como bella, yo no se si por desgracia o por fortuna la amo, es mi principal compañera en el baile que es mi vida, e aprendido a abrazarla y dejar que me envuelva asumiendo y respetando los peligros que conlleva dejar que me envuelva. No la temo pero la respeto. Dime, ¿Que es lo que buscas?¿Alguien te sigue acaso? Miras los alrededores como si asi fuese.-Julia era muy observadora, siempre se fijaba en los pequeños gestos de alguien y a su edad había aprendido a distinguir cuando alguien buscaba algo o a alguien o cuando estaba nervioso.
A lo lejos se pudo ver a jóvenes y la luz de las farolas aun que eso a ella no le importaba, no buscaba nada esa noche, simplemente caminaron y fueron observadas por los jóvenes, tardaron muy poco en llegar a la salida del parque donde estaba el automóvil de la vampiresa pero tampoco le interesaba su coche si no lo que había tras él, una pequeña cafetería que parecía ser muy discreta y en la cual no había demasiadas personas.-¿Le gustaría tomar algo, Caliel?Me gustaría invitar a la chica que tanto atrae mi curiosidad a un café-Dijo con una pequeña sonrisa a la joven que tenía a su lado.
A lo lejos se pudo ver a jóvenes y la luz de las farolas aun que eso a ella no le importaba, no buscaba nada esa noche, simplemente caminaron y fueron observadas por los jóvenes, tardaron muy poco en llegar a la salida del parque donde estaba el automóvil de la vampiresa pero tampoco le interesaba su coche si no lo que había tras él, una pequeña cafetería que parecía ser muy discreta y en la cual no había demasiadas personas.-¿Le gustaría tomar algo, Caliel?Me gustaría invitar a la chica que tanto atrae mi curiosidad a un café-Dijo con una pequeña sonrisa a la joven que tenía a su lado.
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Cuando Julia le hizo la observación sobre la forma en la que miraba a su al rededor solo sonrió, estaba segura de que muy pocos eran capaces de notar aquellos detalles, aunque a decir verdad el zephiro jamás había sido precisamente cuidadoso ante los gestos que los rostros de sus contenedores podían mostrar, como buen guerrero que era Caliel solo conocía de batallas, de sangre, de muerte, de horror, todo lo demás tendía a confundirlo, todo lo demás era mucho más complicado que ese instante preciso en el que se encontraba en plena lucha, ese momento en el que finalmente entendía a quien estaba a punto de desvanecer.- Realmente no busco nada por el momento, solo quiero alcanzar a ver todo lo que Brujas tiene para mostrar antes de que deba partir, no soy la clase de persona que echa raíces y se asienta en un solo lugar, podrías decir que soy una especie de nómada, voy donde me llevan mis pies. -Por el momento no podía explicar que la razón por la que no estaba en el mismo lugar mucho tiempo era su naturaleza celestial que la llevaba a seguir una a una las ordenes de su padre en los cielos.
De momento vio un pequeño café y cuando estaba por invitar a Julia esta se le adelantó, sonrió muy amplio y solo se limitó a acceder con un gesto de cabeza, por alguna razón había algo en aquella mujer, algo que la hacía sentir cómoda como con pocos, no alcanzaba a comprender muy bien de que se trataba, pero quería averiguarlo. Cuando por fin llegaron a la puerta del café pudo apreciar la hermosa construcción de la que era parte, al parecer el café había sido instalado hace muy poco, ya que aquel edificio antes había sido solo una oficina postal, las puestas estaban hechas de una hermosa madera de caoba, las terminaciones metalices eran de cobre y todo a su al rededor parecía muy antiguo. Tomó asiento en una de las mesas que se encontraban cerca de lo que parecía ser una rustica estufa de leña, podía escuchar como la madera crujía entre las llamas y eso le agradaba.- No creo haber despertado la curiosidad de alguien antes, de seguro debes ser alguien muy curioso. -Dijo mirando fijo los ojos carmín de su acompañante.- ¿Qué eres Julia? ¿Alguna clase de historiadora? Te me antojas como un alma antigua y nunca antes había tenido el placer de compartir con alguien como tú. -Ciertamente Caliel estaba confundido, no había otro humano que fuese así y eso era mucho decir, Caliel había pasado milenios en la tierra.
De momento vio un pequeño café y cuando estaba por invitar a Julia esta se le adelantó, sonrió muy amplio y solo se limitó a acceder con un gesto de cabeza, por alguna razón había algo en aquella mujer, algo que la hacía sentir cómoda como con pocos, no alcanzaba a comprender muy bien de que se trataba, pero quería averiguarlo. Cuando por fin llegaron a la puerta del café pudo apreciar la hermosa construcción de la que era parte, al parecer el café había sido instalado hace muy poco, ya que aquel edificio antes había sido solo una oficina postal, las puestas estaban hechas de una hermosa madera de caoba, las terminaciones metalices eran de cobre y todo a su al rededor parecía muy antiguo. Tomó asiento en una de las mesas que se encontraban cerca de lo que parecía ser una rustica estufa de leña, podía escuchar como la madera crujía entre las llamas y eso le agradaba.- No creo haber despertado la curiosidad de alguien antes, de seguro debes ser alguien muy curioso. -Dijo mirando fijo los ojos carmín de su acompañante.- ¿Qué eres Julia? ¿Alguna clase de historiadora? Te me antojas como un alma antigua y nunca antes había tenido el placer de compartir con alguien como tú. -Ciertamente Caliel estaba confundido, no había otro humano que fuese así y eso era mucho decir, Caliel había pasado milenios en la tierra.
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Julia elevó apenas unos milimetros las cejas ante tal respuesta que no esperaba, algo en ella se decepcionó por aquel echo de que la joven se fuese pronto y por otro lado se ganó más puntos a favor sobre cuan de bien le caía a la vampiresa.-Ya veo, interesante dato e de admitir y me parece una buena idea dejar que tus pies te lleven donde dicten, es la mejor manera de vivir aun que debería tener cuidado con algunos de esos lugares, creo que no serían dignos de tener a alguien como usted en sus calles. -Dijo con una pequeña sonrisa en sus labios pintados de rojo, realmente le atraía inmensamente el ser que tenía frente a ella, quien diría que ella fue quien encontró a Julia y no al revés como solía pasar.
Sonrió al ver como la joven y bella dama asentía y le tendió la puerta para que esta pasara, pocas veces tenía gestos tan corteses y pocas veces más lo haría, pese a su largo tiempo en la tierra.La joven Caliel fue quien eligió el asiento que ambas ocuparían y no fue menos de lo que la Daeva esperó un sitio cómodo y cálido donde tener un interesante charla.Sonrió un tanto sarcástica cuando dijo aquello y se colocó en una posición donde podía ver más de cerca a la joven, cruzando sus largas piernas y entrelazando sus dedos sobre la mesa. Ala pregunta un ligero levantamiento de cejas se pudo acentuar en el rostro de Julia y una pequeña risa se le escapó.-Digamos que soy parte de la historia, pero de una historia nocturna con una vida nocturna. Yo no estudié la historia bella dama, yo la viví, tengo tantos años que ya ni se la fecha exacta de estos. No me permiten decirle que soy, pero nadie me prohibió no darle pistas.-Guiñó un ojo como solo ella sabía en ese mismo instante el rojo se intensificó en sus ojos, sus colmillos crecieron ligeramente mostrando apenas los marfiles bajo sus labios perfectamente pintados.-Y ahora dígame, ¿Sabe ya lo que soy? Me gustaría oírlo de sus lindos labios y.. a cambio me gustaría que me dijera que es usted-Dijo completamente tranquila cuando el mesero llegó, una mirada de reojo bastó para que el joven tartamudeara mientras preguntaba que era lo que iban a pedir, Julia pidió un café con leche y aguardó a que la joven que tenía frente a ella pidiera lo suyo.
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Tan solo mirar a Julia le hacía pensar en algún cuento, alguna historia escondida en las entrañas del mundo, todo acerca de ella era increíblemente cautivador, como si estuviese obligada a mirar, no podía desviar la vista ni por un segundo, esa seguridad con la que parecía enfrentarse al mundo, esos gestos tan libres, tan diferentes a todo lo que el zéphiro Caliel había conocido, hasta el momento nada más conocía caras humanas, con expresiones humanas adormiladas y tranquilas, emociones pasajeras completamente poco trascendentes, situaciones que pasaban en el tiempo sin pena ni gloria y luego Julia, una mujer completamente diferente a todo eso, llena de vida, llena de algo que no podía descifrar, un libro que estaba ansiosa por leer.
La expresión el rostro de Caliel comenzó a cambiar abruptamente, por un momento pensó que se encontraba frente a un daimon y aquello habría sido terrible, no quería si quiera imaginar tener que ser enemigo y cazador de aquella mujer que tanto llamaba su atención, pronto cuando vio sus colmillos su rostro volvió a la normalidad y se permitió dibujar una sonrisa en sus labios, al parecer se encontraba frente a un caminante nocturno, aquello le agradaba, no era la primera vez que conocía a alguien de esa raza y sabía que jamás revelaban lo que eran, pero sin duda era agradable cuando daban pistas así de claras.- Strigoi... -Susurró sin que la sonrisa pudiese borrarse de sus labios, de momento sintió ganas de preguntarle muchas cosas, pero sería paciente. Estaba por contestar la pregunta de Julia cuando alguien se acercó, realmente ya no le importaba el café, solo quería seguir hablando con la violinista por lo que simplemente pidió lo mismo que Julia y esperó a que aquel "intruso" se fuera.- Muy perceptiva Julia, tampoco soy un ser humano, soy un zéphiro, aunque es posible que me conozcas por el nombre de ángel, así me llaman los humanos. -Una leve mueca se formó en su rostro al pronunciar aquella palabra, aún no se acostumbraba a tener que vivir entre ellos y no estaba segura de si realmente le agradaban.
La expresión el rostro de Caliel comenzó a cambiar abruptamente, por un momento pensó que se encontraba frente a un daimon y aquello habría sido terrible, no quería si quiera imaginar tener que ser enemigo y cazador de aquella mujer que tanto llamaba su atención, pronto cuando vio sus colmillos su rostro volvió a la normalidad y se permitió dibujar una sonrisa en sus labios, al parecer se encontraba frente a un caminante nocturno, aquello le agradaba, no era la primera vez que conocía a alguien de esa raza y sabía que jamás revelaban lo que eran, pero sin duda era agradable cuando daban pistas así de claras.- Strigoi... -Susurró sin que la sonrisa pudiese borrarse de sus labios, de momento sintió ganas de preguntarle muchas cosas, pero sería paciente. Estaba por contestar la pregunta de Julia cuando alguien se acercó, realmente ya no le importaba el café, solo quería seguir hablando con la violinista por lo que simplemente pidió lo mismo que Julia y esperó a que aquel "intruso" se fuera.- Muy perceptiva Julia, tampoco soy un ser humano, soy un zéphiro, aunque es posible que me conozcas por el nombre de ángel, así me llaman los humanos. -Una leve mueca se formó en su rostro al pronunciar aquella palabra, aún no se acostumbraba a tener que vivir entre ellos y no estaba segura de si realmente le agradaban.
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¿Que es eso?
Julia no pudo elevar un poco más la ceja izquierda al ver la orquesta de cambios en el rostro ajeno, la verdad era que la que más le intrigó fue la última, esa hermosa sonrisa. Al escucharla sonrió y asintió.-Más vulgarmente conocida como, Vampiro. -Dijo y su sonrisa se amplio un tanto más, el hecho de escucharla tan segura, tan.. ¿Feliz? No se sabía con certeza y eso la frustraba, odiaba no saber que pensaban los demás, ella siempre debía estar por delante de la gente aun que francamente dudaba que la chica perteneciese a ese grupo llamado humanos que servían de entretenimiento y alimento para esta.
Sonrió, esta vez si que había dado en el clavo, una Zéphiro, los conocía, en la época en la que los egipcios mandaban sabía que habían sido ellos los que liberaron al pueblo esclavo de los opresores, había visto con sus propios ojos a un Zéphiro y había hablado con ellos como antigua que era. Caliel ¡Claro!¡Un nombre angélico! ¿Como no darse cuenta?Desde el primer momento supo que aquella chica era especial.-Sí, lo sé, me gusta más llamaros Zéphiros joven dama, aun que discrepo en lo de joven... ¿Quien sabe? ¿Me superas en edad? No lo se y dudo que lo podamos saber, no recuerdo mi edad exacta, pero.. ¿Sabe? Ahora entiendo el por que no quise irme ni huí cuando te olí mientras tocaba. Veo que no le hace gracia el convivir con estos seres sin visión. -Dijo sin que su sonrisa se escapase de sus labios, se negaba a irse ¿Por qué de esa felicidad?
Sonrió, esta vez si que había dado en el clavo, una Zéphiro, los conocía, en la época en la que los egipcios mandaban sabía que habían sido ellos los que liberaron al pueblo esclavo de los opresores, había visto con sus propios ojos a un Zéphiro y había hablado con ellos como antigua que era. Caliel ¡Claro!¡Un nombre angélico! ¿Como no darse cuenta?Desde el primer momento supo que aquella chica era especial.-Sí, lo sé, me gusta más llamaros Zéphiros joven dama, aun que discrepo en lo de joven... ¿Quien sabe? ¿Me superas en edad? No lo se y dudo que lo podamos saber, no recuerdo mi edad exacta, pero.. ¿Sabe? Ahora entiendo el por que no quise irme ni huí cuando te olí mientras tocaba. Veo que no le hace gracia el convivir con estos seres sin visión. -Dijo sin que su sonrisa se escapase de sus labios, se negaba a irse ¿Por qué de esa felicidad?
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Sonrió amplio, escuchar hablar a aquella violinista era realmente interesante, principalmente porque nunca antes había conocido a alguien así, por decirlo de alguna forma, la mujer que tenía frente a frente parecía ser mucho más libre que la mayoría, por no decir todos, los seres con los que se había topado a lo largo de su longeva vida y era de esperarse, no era un humano, mucho menos un zephiro o un daimon, era un strigoi, una raza guiada por la libertad más extensa y explicita, por lo que no podía sino mirarla con cierta admiración y un mínimo de envidia, la libertad era algo con lo que los zephiros ni siquiera podían soñar y a la mayoría parecía no importarles, no les interesaba hacer nada que no fuera lo que Dios les ordenara, pero de alguna retorcida y diferente forma Caliel no era como sus pares, no era un zephiro que pensara como zephiro y tal vez era aquella característica la que la llevaba a mostrar tal fascinación por la violinista.- Realmente no podría decir si eres o no mayor o menor que yo, pero me alegra tener a alguien como tú para hablar de cosas que nadie más entendería. -Caliel ni siquiera intentaba esconder el hecho de que se encontraba intrigada y curiosa por la fascinante criatura que Julia era.
Suspiró y llevó su mano derecha a acomodar su flequillo que amenazaba con cubrir sus ojos, mientras intentaba repasar las últimas palabras dichas por Julia, después de todo un zephiro no debe mentir.- De una u otra forma no fui creada para amar a los hijos de Adán y Eva, mi tarea primordial tampoco es ofrecerles cariño y protección, yo simplemente cumplo con designios específicos que me entrega mi padre, más de una vez he tenido que eliminar muchos elementos que dificultan el plan de la creación de mi padre y no me molesta, me siento cómoda con la sangre, con la muerte y no siento culpa o remordimiento, aunque tampoco lo disfruto, yo solo hago lo que nadie más puede hacer. -Luego de decir aquello bajó la mirada por algunos segundos casi como si se sintiera avergonzada de lo que había dicho, pero luego recordó que no estaba hablando con un zephiro, no tenía porqué bajar la cabeza esperando no haber ofendido a nadie, estaba hablando con un caminante nocturno ¿Quien podía entender mejor la muerte que uno de ellos?
Suspiró y llevó su mano derecha a acomodar su flequillo que amenazaba con cubrir sus ojos, mientras intentaba repasar las últimas palabras dichas por Julia, después de todo un zephiro no debe mentir.- De una u otra forma no fui creada para amar a los hijos de Adán y Eva, mi tarea primordial tampoco es ofrecerles cariño y protección, yo simplemente cumplo con designios específicos que me entrega mi padre, más de una vez he tenido que eliminar muchos elementos que dificultan el plan de la creación de mi padre y no me molesta, me siento cómoda con la sangre, con la muerte y no siento culpa o remordimiento, aunque tampoco lo disfruto, yo solo hago lo que nadie más puede hacer. -Luego de decir aquello bajó la mirada por algunos segundos casi como si se sintiera avergonzada de lo que había dicho, pero luego recordó que no estaba hablando con un zephiro, no tenía porqué bajar la cabeza esperando no haber ofendido a nadie, estaba hablando con un caminante nocturno ¿Quien podía entender mejor la muerte que uno de ellos?
Julia V.[Akasha]
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¿Que es eso?
Ver sonreír a aquel Zephiro era algo que Akasha no podía describir, producía una sensación que se acumulaba en su pecho, era una sensación buena, muy buena que no hacía si no resquebrajar esa pared invisible entre ella y lo que podía decirse que era felicidad. Sí, ver a Caliel sonreír hacía que Julia se sintiese feliz, algo que desconocía había tenido desde.. bueno desde la muerte de él. Julia amplió su sonrisa cuando la escucho-Uhm.. podríamos quedar en que somos neutras, quiero decir seremos de la misma edad.¿Te parece? Y me agrada mucho agradarte, por que esta conversación es algo que realmente me agrada. En realidad me agrada tanto la conversación como tú. -Akasha se reconocía como alguien que no temía a las palabras y si debía decir algo lo decía. Una Daeva como ella no tenía nada que perder cuando hablaba. Por eso las palabras de Akasha fueron sinceras acompañadas con una sorisa y una mirada que indicaba su sinceridad.
Al oír las palabras de Caliel no pudo si no elevar sorprendida las cejas,¿Que clase de criatura tan bella había puesto Dios en frente suyo? Caliel era..-Eres un tesoro único Caliel, ahora comprendo por que no huir de ti. Por que eres un tesoro, no hay nada de lo que avergonzarse en aquello que tu consideras lo correcto. E conocido cantidad de Zephiros y tu eres la única que a llamado la atención de esta vieja Daeva. Me alegra que el destino, tu padre o quien fuese permitiese nuestro encuentro. -Asi lo veia Julia, con una amplia sonrisa sus codos se posaron en la mesa, ¿Cuando veía una un Zephiro con aquellas ideologías? Nunca, y Julia no quería perder a aquella joya que había encontrado. No pasó ni un minuto luego de lo dicho cuando un mesero se acercó y dejó los cafés en la mesa, Julia pagó con gusto y el mesero se fue con propina y una sonrisa. Entonces se volvió hacia la Zephiro y le sonrió, definitivamente estaba marcando récords. -Este lugar dudo permanezca abierto mucho tiempo más y además refrescara pronto. Que te parece si vamos a mi hogar cuando terminemos este café ¿Eh? Asi podremos dejar de hablar en voz baja.
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Por alguna razón siempre había creído que los Strigoi eran una raza muy exclusiva, que no mostraban interés alguno en alguien que no fuera como ellos, en alguien ajeno a sus poderes y costumbres, pero allí se encontraba, frente a una de las milenarias de esa raza hablando de forma normal, condensando cosas que en un momento había temido en compartir incluso con los miembros de su propia raza, de alguna forma el gran Caliel, la espada sangrante del cielo, se sentía intimidado, la seguridad que se desprendía de las palabras y los movimientos de Julia era impresionantemente cómoda y no sabía si se trataba de algo que era parte de la naturaleza general de los strigoi o si solo Julia era así, pero sentía que podía aprender mucho solo escuchándola.
Una de las palabras nombradas por aquella mujer llamó su atención, pero no pudo preguntar nada, había sido muy lenta y el mesero llegó antes de que articulara una pregunta, esperó paciente y cuando el mesero se retiró volvió sus ojos a Julia, mas la invitación que recibió la distrajo por unos segundos.- Me encantaría, creo que aún no estoy lista para dejar de escuchar las cosas nuevas que tienes para decir, me agrada como hablas y eres muy interesante. -Luego de decir aquellas palabras sonrió de forma inocente, el rostro del contenedor que había tomado era como el de una mujer atrapada en el cuerpo de una niña pequeña.- Julia ¿Qué es Daeva? -No estaba segura de si lo había pronunciado bien o mal, pero por el momento quería saber a qué se refería con una palabra tan extraña.
Una de las palabras nombradas por aquella mujer llamó su atención, pero no pudo preguntar nada, había sido muy lenta y el mesero llegó antes de que articulara una pregunta, esperó paciente y cuando el mesero se retiró volvió sus ojos a Julia, mas la invitación que recibió la distrajo por unos segundos.- Me encantaría, creo que aún no estoy lista para dejar de escuchar las cosas nuevas que tienes para decir, me agrada como hablas y eres muy interesante. -Luego de decir aquellas palabras sonrió de forma inocente, el rostro del contenedor que había tomado era como el de una mujer atrapada en el cuerpo de una niña pequeña.- Julia ¿Qué es Daeva? -No estaba segura de si lo había pronunciado bien o mal, pero por el momento quería saber a qué se refería con una palabra tan extraña.
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Estar con Caliel era completamente diferente a cualquier cosa que hubiese hecho, sentía que no necesitaba guardar sus palabras o mantenerse en silencio como a hecho durante... mucho tiempo, si no al contrario, aquella chica escuchaba y no lo hacía por mera educación, escuchaba de corazón por que le interesaban las palabras de la Daeva, cuanto más hablaba menos quería separarse de aquella chica.
Al escucharla simplemente sonrió agradecida en el fondo por que hubiese aceptado y con total normalidad tomó su café y dio un sorbo mientras la contraria preguntaba algo que hizo que el café se le atragantara, aun que simplemente dejó de respirar para que el café bajara por la garganta y dejase de toser. Parpadeó un tanto confusa y es que Akasha no se había percatado de que se había autodenominado como una Daeva en voz alta.-Aquí hay oídos ingratos que me podrían condenar a la muerte si se enteran de que te digo el significado de dicha palabra, prometo que en mi hogar te diré lo que significa. -Sonrió con total sinceridad, una sinceridad que marcó también en su mirada para luego dejar el café a un lado y sacar dinero ¿Cuanto? Ni ella sabía pero lo que estaba segura era de que sería más que suficiente como para pagar ambos cafés.-¿Vamos? O.. ¿Deseas tomar algo más? -Preguntó mientras le tendía la mano a la joven y cogía el estuche de violín con la otra libre.
Al escucharla simplemente sonrió agradecida en el fondo por que hubiese aceptado y con total normalidad tomó su café y dio un sorbo mientras la contraria preguntaba algo que hizo que el café se le atragantara, aun que simplemente dejó de respirar para que el café bajara por la garganta y dejase de toser. Parpadeó un tanto confusa y es que Akasha no se había percatado de que se había autodenominado como una Daeva en voz alta.-Aquí hay oídos ingratos que me podrían condenar a la muerte si se enteran de que te digo el significado de dicha palabra, prometo que en mi hogar te diré lo que significa. -Sonrió con total sinceridad, una sinceridad que marcó también en su mirada para luego dejar el café a un lado y sacar dinero ¿Cuanto? Ni ella sabía pero lo que estaba segura era de que sería más que suficiente como para pagar ambos cafés.-¿Vamos? O.. ¿Deseas tomar algo más? -Preguntó mientras le tendía la mano a la joven y cogía el estuche de violín con la otra libre.
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Sin querer estaba completamente concentrada en las acciones de aquella hembra, no podía dejar de mirar lo que hacía, como se movía, todo parecía tan preciso, tan perfecto, de alguna forma Caliel como zéphiro guerrero que acostumbraba utilizar cuerpos masculinos se sentía torpe frente a la strigoi, como un bebé que recién aprende a gatear enfrentado con un corredor profesional, cada vez que aquella fémina movía su cuerpo su cuello parecía alargarse de delicadeza, de alguna forma le producía una mezcla extraña entre admiración y asombro, Caliel se encontraba como un niño pequeño contemplando un dibujo tan lleno de colores que ni siquiera podía decidirse sobre que parte del dibujo era la que merecía más atención. La voz de Julia era como aceite para sus oídos, tan suave, tan delicada.
Luego de que Julia terminó de hablar Caliel movió su cabeza un poco como intentando salir de aquel trance y volver a la realidad.- No quiero nada más, vamos. -Respondió algo nerviosa al momento que se alejó de la mesa poniéndose de pie, la idea de poder conocer más acerca de la strigoi era algo que una mente inquisidora como la de aquel zéphiro no podía dejar pasar, era una oportunidad en un millón.
Tomó la mano de Julia de una forma algo torpe, sin saber si debía o no soltarla y se quedó muy quieta observándola, si Julia caminaba también lo haría Caliel..
Luego de que Julia terminó de hablar Caliel movió su cabeza un poco como intentando salir de aquel trance y volver a la realidad.- No quiero nada más, vamos. -Respondió algo nerviosa al momento que se alejó de la mesa poniéndose de pie, la idea de poder conocer más acerca de la strigoi era algo que una mente inquisidora como la de aquel zéphiro no podía dejar pasar, era una oportunidad en un millón.
Tomó la mano de Julia de una forma algo torpe, sin saber si debía o no soltarla y se quedó muy quieta observándola, si Julia caminaba también lo haría Caliel..
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Los ojos de Julia solamente se fijaban en Caliel, su mirada era solo para ella y sus sonrisas dedicadas para ella, era simple, Caliel la hacía sonreír como nadie lo había hecho. De un momento a otro la chica comenzó a comportarse de manera un tanto nerviosa, algo que hizo que apenas una ceja se elevara milímetros. Sin embargo su sonrisa no quiso escaparse de aquellos labios, su mano fue tomada y llenada de aquel calor que tanto le agradó, no pudo evitar comentar en voz baja.-Tan cálida. . .- Y entonces comenzó a caminar con sus manos firmemente pero al mismo tiempo de forma suave agarradas para salir del local no sin antes despedirse del mesero con una suave sonrisa.
-Mi coche está cerca, de echo está a cuatro pasos.- Dijo y nada más salir del lugar soltó la mano de Caliel solo un momento para hacer algo que nunca había hecho durante mucho tiempo, dio cuatro grandes zancadas hasta que tocó su coche no sin decir.-Una. . . dos. . .tres y . . . Cuatro. ¿Ves?-Dijo y la miro sin poder evitar reír ante su pequeña broma. El coche de color negro lucia elegante, misterioso y al mismo tiempo imponente, algo que concordaba a la perfección con la strigoi. Buscó las llaves en su bolsillo y abrió la puerta del coopiloto.-Si es tan amable de entrar-Dijo haciendo una elegante venia para luego una vez la chica lo hizo se dirigió al otro lado para dejar en la parte de atrás el estuche de su preciada amiga, luego de eso se colocó en el asiento del piloto y miró a la joven dama que tenía a su lado con una amplia sonrisa.-Daeva, significa sensual, somos aquellos que con solo una mirada podemos conquistar el más duro de los corazones, somos lo que cazan de un modo distinto, somos la sensualidad en un cuerpo, podemos convertirnos en dioses para los humanos. Daeva es el clan al que pertenezco bella Zéphiro. -Explicó y luego solo dejó escapar un suspiro sin saber muy bien el por que.-¿Vamos?
-Mi coche está cerca, de echo está a cuatro pasos.- Dijo y nada más salir del lugar soltó la mano de Caliel solo un momento para hacer algo que nunca había hecho durante mucho tiempo, dio cuatro grandes zancadas hasta que tocó su coche no sin decir.-Una. . . dos. . .tres y . . . Cuatro. ¿Ves?-Dijo y la miro sin poder evitar reír ante su pequeña broma. El coche de color negro lucia elegante, misterioso y al mismo tiempo imponente, algo que concordaba a la perfección con la strigoi. Buscó las llaves en su bolsillo y abrió la puerta del coopiloto.-Si es tan amable de entrar-Dijo haciendo una elegante venia para luego una vez la chica lo hizo se dirigió al otro lado para dejar en la parte de atrás el estuche de su preciada amiga, luego de eso se colocó en el asiento del piloto y miró a la joven dama que tenía a su lado con una amplia sonrisa.-Daeva, significa sensual, somos aquellos que con solo una mirada podemos conquistar el más duro de los corazones, somos lo que cazan de un modo distinto, somos la sensualidad en un cuerpo, podemos convertirnos en dioses para los humanos. Daeva es el clan al que pertenezco bella Zéphiro. -Explicó y luego solo dejó escapar un suspiro sin saber muy bien el por que.-¿Vamos?
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Salió de aquel lugar siguiendo a Julia, más al escuchar sus palabras la quedó viendo con mucha atención, cuando notó lo que hacía no pudo evitar soltar una leve y tímida risa, ella era tan cómoda, de una u otra forma, aunque tal vez se debía a que ya había pasado muchos años en aquel cuerpo, era tan diferente de Caliel. La mujer estaba completamente cómoda en su propio cuerpo, no era torpe para nada y se movía con una facilidad que a Caliel le llevaría años emular. En gran parte debía ser por el hecho de que desde el inicio Caliel solo había habitado cuerpos masculinos, esos le servían más en términos de códigos sociales, pues a través de la historia el hombre siempre había sido la primera opción en todos los campos militares o de fuerza bruta, pero ahora no necesitaba una gran masa de cuerpo, ahora necesitaba esa forma sutil que solo las mujeres tenían, aunque al parecer al zephiro le iba a costar un poco adquirir dicha sutileza.
Caminó con calma hasta entrar en el vehículo. Luego cuando la strigoi entró escuchó con mucha atención sus palabras asintiendo con la cabeza.- Entiendo, se podría decir que son otra clase de cazadores, eso es interesante, sobre todo porque los humanos por sobre todas las razas son los que están más propensos a querer la cercanía de otro, bueno, los humanos y los lycans. -Aunque el termino sensualidad era algo muy ajenos para Caliel eso no significara que no lo comprendiera. A pesar de ser un asesino por naturaleza, el zephiro eran un ser sumamente inocente, nunca había sentido deseo sexual hacia nada o nadie, aquella era parte de las características que la componían, era una hoja en blanco sobre la cual no se podía escribir de forma clara, tal vez por ese motivo siempre había sido muy abstracto en su pensar.- Si, vamos, ya quiero que me cuentes más cosas, es rara la oportunidad de poder conocer acerca de una raza, sobre todo porque los de tu especie son verdaderamente desconfiados, sin ofender, siempre parecen esconder sus secretos bajo mil llaves, pero me agrada, se ve que son unidos. -Sonrió ampliamente esperando a que el automóvil partiera.
Caminó con calma hasta entrar en el vehículo. Luego cuando la strigoi entró escuchó con mucha atención sus palabras asintiendo con la cabeza.- Entiendo, se podría decir que son otra clase de cazadores, eso es interesante, sobre todo porque los humanos por sobre todas las razas son los que están más propensos a querer la cercanía de otro, bueno, los humanos y los lycans. -Aunque el termino sensualidad era algo muy ajenos para Caliel eso no significara que no lo comprendiera. A pesar de ser un asesino por naturaleza, el zephiro eran un ser sumamente inocente, nunca había sentido deseo sexual hacia nada o nadie, aquella era parte de las características que la componían, era una hoja en blanco sobre la cual no se podía escribir de forma clara, tal vez por ese motivo siempre había sido muy abstracto en su pensar.- Si, vamos, ya quiero que me cuentes más cosas, es rara la oportunidad de poder conocer acerca de una raza, sobre todo porque los de tu especie son verdaderamente desconfiados, sin ofender, siempre parecen esconder sus secretos bajo mil llaves, pero me agrada, se ve que son unidos. -Sonrió ampliamente esperando a que el automóvil partiera.
Julia V.[Akasha]
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La Daeva arrugó la nariz al escucharla, más por la palabra Lycan.-En una ocasión me pude topar con un Lycan.. no terminamos muy bien, como sabrás ellos y nosotros no somos que digamos buenos amigos. Los humanos son seres por naturaleza grupales, no hay casi ninguno que no desee la cercanía de otro ser humano, es su instinto supongo, yo ya no recuerdo lo que es ser humana, de hecho no recuerdo si lo fui alguna vez. -Dijo para luego sonreír un poco de lado recordando la forma en la que aquel ser tan repugnante murió en sus manos de forma tan fácil, realmente la Daeva era una "mayor" una superior por llamarlo de algún modo por lo que ya había pasado demasiado tiempo desde que recibió el abrazo, ni si quiera poseía recuerdos de cuando era humana.
No pudo evitar reír ante lo dicho y negó poniendo el coche en marcha.-Somos reservados, no desconfiados. Nos gusta la discreción tanto como a cualquiera por eso solemos dejar que los humanos crean de nosotros cosas que en ocasiones no somos, es mejor que crean que somos una leyenda urbana, algo con lo que hacer películas o libros. Así como a vosotros os tienen como una religión. Dime una cosa. ¿Existe aquello llamado cielo? Sé que jamás lo pisare más mi alma esta condenada desde el momento en el que recibí el abrazo pero, hay alguien quien tal vez pueda estar allí.-Y no dijo nada más,obviamente hablaba de aquel a quien amó y siempre amaría.
El automóvil se movía con rapidez, Akasha prácticamente parecía segura de a donde iba y era cierto se dirigían a una mansión que su familia tenía en Brujas desde generaciones, el hogar era amplio y lleno misterios. No tardaron más de 20 minutos en llegar a la verja que se abrió automáticamente y llegar por un camino de tierra al gran portal que la mansión poseía.- Bienvenida a la mansión Vólkova señorita Caliel. -Dijo con una amplia sonrisa mientras sus orbes se posaban en los ajenos curiosa por ver la reacción ajena al llegar al hogar de Julia.
No pudo evitar reír ante lo dicho y negó poniendo el coche en marcha.-Somos reservados, no desconfiados. Nos gusta la discreción tanto como a cualquiera por eso solemos dejar que los humanos crean de nosotros cosas que en ocasiones no somos, es mejor que crean que somos una leyenda urbana, algo con lo que hacer películas o libros. Así como a vosotros os tienen como una religión. Dime una cosa. ¿Existe aquello llamado cielo? Sé que jamás lo pisare más mi alma esta condenada desde el momento en el que recibí el abrazo pero, hay alguien quien tal vez pueda estar allí.-Y no dijo nada más,obviamente hablaba de aquel a quien amó y siempre amaría.
El automóvil se movía con rapidez, Akasha prácticamente parecía segura de a donde iba y era cierto se dirigían a una mansión que su familia tenía en Brujas desde generaciones, el hogar era amplio y lleno misterios. No tardaron más de 20 minutos en llegar a la verja que se abrió automáticamente y llegar por un camino de tierra al gran portal que la mansión poseía.- Bienvenida a la mansión Vólkova señorita Caliel. -Dijo con una amplia sonrisa mientras sus orbes se posaban en los ajenos curiosa por ver la reacción ajena al llegar al hogar de Julia.
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