Seven estaba acostumbrado a tener lo mejor, sin que nadie pudiera negarse o siguiera intentarlo. Pero eso no quería decir que fuera un desarmado. La verdad era que la familia Choi se preocupaba por que su heredero tuviera gran consciencia de quien era y de la moral necesaria para ser una persona justa. Sin embargo, el joven heredero tenía algunos gustos exquisitos, como el jaguar que había comprado justamente ese día. Si, el joven heredero tenía todo lo que pudiera desear.

Justamente ese día, se encontraba con antojo de beber el café de una de las cafeterías más antiguas de la ciudad, al otro lado de la misma, alejado del complejo de oficinas de la empresa de su familia, no era dado a hacer aquellos viajes, pero valía la pena. La ciudad era hermosa, no la había podido conocer del todo, dado a sus ocupaciones, pero... realmente era hermosa. Con un poco de suerte, podría darse un tiempo en la tarde para ir a recorrer los canales. Sus músculos pedían ejercicio y había otras cosas que necesitaban atención...

Si, sus habilidades de cazador necesitaban ser pulidas. Ya poseía todas, su abuela, otra cazadora, se encargó de entrenarlo muy bien. La Venecia del norte, como era conocida Brujas, estaba infestada de criaturas que debían ser cazadas... para procurar el bien de los habitantes. No se había encontrado con alguna, pero aun le quedaba mucho tiempo para estar ahí.

Volviendo a sus pensamientos y vida cotidiana, el caballero oriental llegó a la cafetería. El auto se estacionó, captando la mirada de muchas personas, pero no le importó. Se sacó las gafas y bajó del auto. Era alto, de piel morena y bastante atractivo, si, lo sabía bien... era el objeto de miradas y pensamientos, pero poco le importaban, Seven era un hombre que no había experimentado la atracción ni el deseo, a veces pensaba que era parte de ser cazador, otras... solo se frustraba.

Bajó del auto y entró a la cafetería. Llegó a la barra y ordenó, para luego mirar y notar a las pocas personas, llamándole la atención un... chico o chica, no sabía decir bien que era... pero de lo que estaba seguro, era que tenía una espada... si bueno, no era nada normal. Le dieron su bebida y se sentó a un costado, junto a la ventana, para poder observar a aquella persona, por si intentaba algo malo.