Después de mucho tiempo de estar sumida en el contacto con la naturaleza decidí aventurarme en la búsqueda de un libro, aquel que hablara más acerca de mi naturaleza, habilidades y misión… Muchas veces me he preguntado qué cosas debía hacer para parecer útil ante los demás, investigando cada una de las maneras que pudiera recibir algún encomiendo o tarea nueva, aunque esta vez no tenía ninguna que pudiera realizar. Camine por las calles de Grote Mark buscando alguna librería donde pudiera obtener un manuscrito no sabía si era posible encontrar algo como eso pero aun conservaba esperanza, vistiendo con colores neutrales, zapatos altos y el cabello suelto, entre en un pequeño local de apariencia polvorienta el ruido de una campana al abrir la puerta no me tomo por sorpresa pues en las tiendas antiguas suele haber esas cosas.

Gire para notar la presencia de un anciano en el mostrador que poseía una sonrisa carente de dentadura, tímidamente le regrese el gesto adentrándome en la zona de libros de misterios un sinfín de material sobre hechizos, pócimas, naturaleza de la magia y libros de brujerías al ver aquello sentí como el estomago se me hacia un vuelco, siempre había odiado a esos seres despreciables a mi parecer y carentes de cualquier sentimiento real y honesto, sacudí mi cabeza volviendo a la realidad mi hermana tendría la oportunidad de revisar la literatura que había adquirido, tome entre mis manos el libro que hablaba de la naturaleza de la magia y con gran entusiasmo había pague y me retire del lugar.

Ya que me encontraba en las afueras aprovecharía para llevar algo de pan integral uno muy rico que se puede comer con la mermelada de fresas que prepara mi hermana mayor, por supuesto aquella cosa ha evolucionado con el tiempo antes era incomible y ahora es bastante buena si es lo único que hay en la mañana, entre a una panadería y después de revisar que nada me faltara comencé la travesía de regreso a la estación de autobuses… Lentamente estaba notando que alguien me seguía, incluso juraría que había alguien detrás de mí, con discreción visualice sobre mi hombro, pero nada ni una sola alma… quizás estaba alucinando, justo antes de aceptar que no había nadie detrás de mí el ruido de una piedra ser golpeada me hizo voltear de repente, sin ningún rastro de miedo en mis palabras pregunte -¿Quién esta allí?- mire hacia todos lados sin encontrar ninguna figura -Muéstrate- aquello fue mas una orden que una sugerencia pues no permitiría a nadie asustarme o molestar mi pequeña salida.

Probablemente mi corazón se saldría de mi pecho y el contaste ruido de golpe, mas por el miedo que otra cosa, es decir cualquier persona podría estar detrás de mí y si no era una persona tendría que buscar la manera de defenderme, para mi sorpresa aquel muchacho que se dejó ver ante mis ojos, tenía una aura demasiado sutil para parecer amenazador, suspire demasiado suave aliviada y me deje que se acercara relajando mis facciones con claridad de que no estaba en peligro supongo… Aun no lo estaba.  

Se disculpó y pude sonreír ampliamente mientras le daba la mano para corresponder a su saludo, de manera animosa, -Venga no te preocupes- apreté su mano y luego la solté aun sonriendo para que no se sintiera mal por pegarme el susto del día, -Mi nombre es Astrid- dije con voz dulce acomodándome el cabello detrás de mí oreja y mirándolo no quería parecer una chica asustadiza así que carraspee un poco y volví hacia el para llamar su atención, -De hecho no me asustaste tanto… Eres muy silencioso- eso último fue un halago y deje sonreír al chico por unos segundos, -¿Me estabas siguiendo o vas también a la parada de autobús?-  levante la mirada con curiosidad escaneando la reacciones del chico pues aun quería saber si me seguía y porque lo estaba haciendo.

Debía agradecer que al menos el chico fuera honesto, aunque no me molestaba su presencia ni me hacía sentir el peligro, normalmente si alguna persona con malas intenciones se me acerca puedo detectarlo con facilidad pero esta vez no visualizaba ningún pensamiento que me preocupara… Lo único extraño fue como no advertí su presencia hasta que estuvo muy cerca, quizás no era un humano común y corriente, como todo lo que estaba pasando no puedo dudar que existan otro tipo de personas o cosas similares a nosotros y no todos eran buenos así que necesitaba mantenerme alerta no quería gastarle preocupaciones a mi hermana mayor suficiente tenia para sumarme a su lista.

–Oh– me sorprendí un poco, entonces no estaba tan alejada de la realidad pero me seguía pareciendo extraño que alguien comprara un libro acerca de la magia, generalmente las personas que usan la magia lo hacen en lugares ocultos diferentes para que los demás no puedan verlos –Me pareció interesante por eso lo compre– comente algo más animada volviendo a mis ojos hasta donde tenía el libro guardado, una cosa me decía que en el encontraría la forma de disipar algunas de mis dudas por el momento. IlHoon se notaba carismático además de que emanaba tranquilidad que me hizo sentirme cómoda, era un aire familiar y agradable.

Mire al chico que era bastante adorable ahora con un poco de luz se notaba inofensivo no tenía nada de qué preocuparme, –Vamos– me acerque y lo tome del brazo caminando con dirección a la parada de autobús poco me importaba si ese era su destino yo debía esperar allí un autobús que pasaba cada 45 minutos y no me quedaría en mitad de la noche hablando de pie, –Tengo una pregunta– comente aunque sentía que estaba arrastrando al pobre chico por lo que disminuí mis pasos –¿Qué te llama la atención de la magia y lo paranormal?– tenía interés en su respuesta, él podía darme un punto de vista nuevo para el asunto y siempre las personas que no están relacionados con las situaciones que te preocupan tienen las mejores ideas. –Perdón por arrastrarte es que si nos quedamos parados a mitad del camino sería muy raro– dije divertida al chico.