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Título de trama
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Espacio libre
[Privado|Caliel] The sweet Angel and the girl of the night Miér Ago 06, 2014 9:22 amJulia V.[Akasha]
Kim JaeWook
P.B :
Kim JaeWook
Sexo :
Localización :
Bruja
Mensajes :
74
Fecha de inscripción :
07/02/2014
Humor :
Misterioso y sexy
Habían pasado varios meses desde que no sabía nada de su Afrodita, la hermosa y talentosa mujer que había cautivado los sentidos del vampiro. Era una humana, demasiado hermosa para describirse con palabras y llena de misterios que provocaban una adrenalina intensa en el interior del inmortal. Era simplemente un hechizo que había logrado cautivarlo y motivar a su cansada convicción, lo suficiente como para salir y caminar de nuevo en la cuidad.
Todos lo conocían, era el heredero de una familia muy importante de la localidad, pero nadie sabía lo suficiente sobre él, como para recordarlo o poder hablar de él. Era un hombre atractivo que se paseaba por la cuidad con un deportivo negro y era evidente que llamaría la atención de muchas casa fortunas, pero a JaeWook, no le parecía para nada atractiva alguna de esas mujeres. ´
Esa noche, había decidido afrontar el hecho de que su musa no estaba más y que el mundo que le rodeaba era hermoso como para volver a ser el ermitaño que siempre fue. El vampiro estaba dispuesto a darse a una oportunidad y conocer el mundo y a sus habitantes. El bar al que siempre iba, era un local elegante y exclusivo, no podía entrar cualquiera y eso hacía el ambiente tranquilo. Estaba en una mesa, cercana a unos ventanales que dejaban observar el hermoso paisaje de la ciudad y los canales.
El ambiente del lugar estaba cargado de humo, olor de perfume dulce y música, sobre todo Jazz. Frente a la mesa, había una botella de Whisky y una copa... no bebía, pues su sed era de algo aun más intenso y dulce en el paladar del strigoi. Esa noche deseaba beber... deseaba llenarse de la sangre dulce de una persona que fuera lo suficientemente interesante para platicar esa noche.
Lilith
Sarafan Infernal
P.B :
Jin Mei
Sexo :
Mensajes :
60
Fecha de inscripción :
01/02/2013
Una noche cálida, algo ya cada vez más habitual en Europa, y como esa, muchas más seguirían hasta que el verano terminara y el otoño trajera algo del fresco y helado frio del norte. Lilith amaba, adoraba el frio, sobre todo al ver a los humanos aferrados a sus prendas para conservar el calor, la nieve cubriendo todo… y los canales de Brujas congelados. Pero por ahora, tendría que conformarse con el calor de esa noche, y como esa noche no tenía planes y su hermoso señor estaba desaparecido, no tenia en que entretenerse, así que decidió salir a dar una vuelta, sin escolta, como una chica común, aunque se encontraba muy lejos de serlo.
Un hermoso vestido ceñido a su figura, luciendo sus largas piernas y busto, una pequeña cartera que sostenía en la mano y su largo y oscuro cabello sobre su espalda, fue la figura que deambulaba por las calles, jugando a engañar. Si, le gustaba ver como los hombres y las mujeres caían en ese juego de inocencia, donde sus ojos impactaban y seducían. Pero esa noche no quería cualquier compañía, no cualquier sangre y no cualquier alma a su lado.
Por fin encontró un bar, uno que hacía mucho tiempo no frecuentaba, y se deslizo con una gracia sobrenatural entre los humanos, sonriendo amable a los encargados de seguridad que no tardaron más de un segundo en dejarla pasar, para desagrado de aquellos que se mantenían en la fila.
La música se extendió en el ambiente con una rapidez sorprendente al pasar la puerta, el olor a tabaco, sexo, alcohol y sudor abarrotaba el lugar y en la pista de baile se podían ver humanos empujándose, tocándose mientras la música llenaba sus sentidos. Hermosos y débiles cada uno de ellos, dignos de mantener en un estado vegetativo para contemplarlos hasta que su piel se pudra y haya que buscar otros.
Tus hijos están todos locos, Padre…
Se acercó a la barra y tomo asiento en un banco alto, cruzando las piernas y apoyando el brazo sobre la superficie, observando todo a su alrededor hasta que se detuvo en un hombre, atractivo, solitario, que bebía en una mesa no muy lejos de donde ella se encontraba.
Un hermoso vestido ceñido a su figura, luciendo sus largas piernas y busto, una pequeña cartera que sostenía en la mano y su largo y oscuro cabello sobre su espalda, fue la figura que deambulaba por las calles, jugando a engañar. Si, le gustaba ver como los hombres y las mujeres caían en ese juego de inocencia, donde sus ojos impactaban y seducían. Pero esa noche no quería cualquier compañía, no cualquier sangre y no cualquier alma a su lado.
Por fin encontró un bar, uno que hacía mucho tiempo no frecuentaba, y se deslizo con una gracia sobrenatural entre los humanos, sonriendo amable a los encargados de seguridad que no tardaron más de un segundo en dejarla pasar, para desagrado de aquellos que se mantenían en la fila.
La música se extendió en el ambiente con una rapidez sorprendente al pasar la puerta, el olor a tabaco, sexo, alcohol y sudor abarrotaba el lugar y en la pista de baile se podían ver humanos empujándose, tocándose mientras la música llenaba sus sentidos. Hermosos y débiles cada uno de ellos, dignos de mantener en un estado vegetativo para contemplarlos hasta que su piel se pudra y haya que buscar otros.
Tus hijos están todos locos, Padre…
Se acercó a la barra y tomo asiento en un banco alto, cruzando las piernas y apoyando el brazo sobre la superficie, observando todo a su alrededor hasta que se detuvo en un hombre, atractivo, solitario, que bebía en una mesa no muy lejos de donde ella se encontraba.
Kim JaeWook
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Kim JaeWook
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Misterioso y sexy
Las notas de la canción que tocaba, comenzaba a llenar los sentidos del vampiro. Podía escuchar más claramente las notas, era evidente para él, como danzaban cada uno de los tonos y era incluso capaz de escuchar el golpeteo de los dedos de los músicos sobre los instrumento. Si algo disfrutaba de su naturaleza sobrehumana, era eso, el poder disfrutar los detalles en el ambiente, a su alrededor, los detalles que los humanos no veían y que tampoco les importaba.
Las almas que se encontraban en ese lugar, buscaban sexo, diversión, drogas... en fin, estaban ahí para adormilar su pensamiento, para que no tengan que pensar o realizar algo para cambiar sus realidades. Su mirada iba de una persona a otra, pues deseaba una hermosa compañía esa noche, deseaba la sangre viva de una hermosa mujer o un atractivo hombro, deseaba que al beber, pudiera sentirse vivo de nuevo o al menos, algo parecido a eso.
Podía notar claramente las miradas sobre su cuerpo, al final, era un hombre atractivo y sumado al imán místico de un vampiro, hacía de Jaewook alguien más que atractivo. Se sacó la chaqueta, pues le estorbaba, dejándola sobre la mesa, mientras la mesera dejaba en ella una copa de vino y la botella. Jaewook tomó entre sus manos la copa, moviéndola suavemente, sintiendo el buque del liquido rojo como la sangre. Recordó que jamas bebió algo así cuando estuvo vivo, pues los años en Corea, estuvieron llenos de carencias.
Pronto tuvo que sacudir la cabeza y observar al rededor, comenzaba a recordar y era mejor no hacerlo. Pasó su mirada por toda la sala, hasta que notó la mirada insistente de una hermosa mujer. Ella poseía algo que el vampiro no podía entender, pues sus penetrantes ojos no se apartaban, aunque tampoco le invitaban a acercarse. Sus ojos se fijaron en ella, observándola, dejándole claro que había notado y que estaba cómodo con su mirada. Con una suave sonrisa, levantó la copa, si ella deseaba, se acercaría y la verdad era que el vampiro estaba interesado en conocer a una mujer con esa mirada. Incluso si no se acercaba, el iría para hablar con ella.
Las noches eran así, nunca estarías seguro del tipo de seres que se toparían contigo, aunque al ser un vampiro, seguro ninguno bueno.
Lilith
Sarafan Infernal
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Jin Mei
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01/02/2013
La música sonaba alto, muy alto para su disfrute. En las esquinas de aquel antro se podían apreciar parejas que buscaban la oscuridad para intimidar casi a la vista de todos, otros cuantos, en la pista de baile, que se movían hasta casi desfallecer, y todos formaban una sutill y deliciosa sinfonía de vida, vida decadente. Lilith estaba sentada con las piernas cruzadas, en el banco alto junto a la barra, con una copa de elixir en las manos. Estaba observando al vampiro, si, porque ella lo sabía, no por nada había sido una de las precursoras de dicha raza. Ese hombre era un bebedor de sangre, y uno muy atractivo, un digno representante de su raza, tal vez un daeva, o un mekhet…
Movió la cabeza con suaves movimientos, acomodando su larga cabellera oscura y sus labios se curvaron en una sutil sonrisa al notar que ese individuo la observaba y levantaba su copa, sin duda, en una invitación, por lo que con ese encanto infernalmente femenino, cerró los ojos, asintiendo muy levemente con la cabeza, permitiéndole acercarse.
Lilith no andaba con rodeos cuando alguien llamaba su atención. Aunque en una manera muy extraña y retorcida, era fiel al señor del infierno, la verdad era que si tenía ganas de jugar, como esa noche, tendría lo que quería, de una forma u otra.
Sus labios tocaron la copa, sin quitarle la mirada de encima, el elixir toco sus carnosidades y el efecto fue casi inmediato, sus sentidos, que de por si eran bastante agudos, se magnificaron y al terminar de beber, se lamió el labio inferior.
Ven aquí pequeño vampiro…
Movió la cabeza con suaves movimientos, acomodando su larga cabellera oscura y sus labios se curvaron en una sutil sonrisa al notar que ese individuo la observaba y levantaba su copa, sin duda, en una invitación, por lo que con ese encanto infernalmente femenino, cerró los ojos, asintiendo muy levemente con la cabeza, permitiéndole acercarse.
Lilith no andaba con rodeos cuando alguien llamaba su atención. Aunque en una manera muy extraña y retorcida, era fiel al señor del infierno, la verdad era que si tenía ganas de jugar, como esa noche, tendría lo que quería, de una forma u otra.
Sus labios tocaron la copa, sin quitarle la mirada de encima, el elixir toco sus carnosidades y el efecto fue casi inmediato, sus sentidos, que de por si eran bastante agudos, se magnificaron y al terminar de beber, se lamió el labio inferior.
Ven aquí pequeño vampiro…
Kim JaeWook
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Kim JaeWook
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07/02/2014
Humor :
Misterioso y sexy
Sus miradas se cruzaron y la sonrisa coqueta de aquella mujer le hizo sonreír. Pero también algo llamó su atención, su olor... el olor de la sangre que había en su cuerpo... jamas en sus años había olido algo igual. La hermosa extraña estaba mirándolo como si fuera a cazarlo. JaeWook conocía bien esa sensación y realmente le gustaba. Eran dos animales, invitándose, seduciéndose y deseando algo más que miradas y coqueteos.
Miró como tomaba de aquella copa, observando sus suave movimientos, la elegancia que en ellos había y el misterio que sus pupilas no deseaban revelar. Si, estaba deseoso, estaba queriendo tomar a esa mujer y hacerla suya como un hombre, sería interesante, levantar su vestido, penetrar su cuerpo y hacerla gritar contra esa barra.
Si, el vampiro estaba fantaseando con esa mujer, pero no se quedaría solo en fantasías.
Finalmente se levantó, tomó su copa y su chaqueta, para dirigirse hacia donde estaba la mujer desconocida. Se acercó, sin dejar de mirar sus ojos. Llegó justo frente a ella y chocó su copa contra la que ella tenía en las manos- Copas y una buena platica... ¿te gustaría probar mi oferta? - la miraba, de forma coqueta, observando y delineando su rostro, de forma educada ante todo, pero deseoso. En ese punto, no era concierte de el hechizo del que había sido presa, pero tampoco le importaría mucho, pues deseaba compartir esas horas nocturnas inundando de su aroma.
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