"Aunque luches contra el viento... siempre estaré ahí.... aunque te escondas, nunca escaparas... aunque intentes olvidarlo, jamas podrás hacerlo"

Suhoon caminaba por los caminos de aquel parque. Había llegado unos días antes y estaba haciendo turismo para inspirarse y poder pintar. Parte de su pretexto para escapar de Seúl, fue que había ganado una beca para estudiar pintura y escultura en una universidad prestigiosa de la ciudad. Y aunque solamente fue un pretexto, realmente deseaba aprender y aprovechar lo que tenían para enseñarle. Durante toda su vida se había destacado por sus dotes para las artes plástica y le llenaba de satisfacción ser considerado el nuevo genio del país. Aunque era huérfano, siempre trato de valerse por si mismo y sus talentos le ayudaban bastante.

En algún punto del parque, se detuvo, observando el agua fijamente. Dentro de su cuerpo, sabía que se alojaba un gran secreto... no era una persona normal, ya no sabía si era un ser humano, pero conocía a la perfección el alcance de su fuerza. Su mano apretó su pecho y sintió como palpitaba en su interior. Si, era una luz color agua mariana, la misma que vio cuando lo rescató de ahogarse. Sabía como era su cuerpo, sus escamas, su rapidez dentro del mar. Suhoon, era consciente de que poseía un gran secreto, lleno de poder.

Su mirada se perdió en ese lago y comenzó a acariciar el collar que llevaban puesto, nunca se lo había quitado, desde el día del accidente cuando "ella" se lo dio justamente antes de subir al barco. Siempre llevaba esa prenda consigo y sentía que podía conectarlo con esa persona. Bajó la mirada y negó- Te atormentas demasiado... debemos dejarla ir... estamos a miles de kilometros.... -suspiró de nuevo y apretó los ojos, sentía como sus recuerdos podían provocar que se liberara el poderoso ser de su cuerpo- Tranquilo... -dijo para si mismos, respirando pausadamente. Tenía que controlarse o terminaría bastante mal.

Habían pasado algunas horas desde que estaba en aquel lugar. Era bastante tarde, por lo que no había nadie cerca... no le importaba mucho tampoco, pues sabía que podría defenderse de cualquier cosa que llegara a pasar. Su mirada se encontraba perdida en el agua, observando el movimiento de la corriente y suspirando. Su naturaleza lo llevaba a desear nadar en esas aguas, sentir la frescura... deseaba ser un poco más libre. En su interior latía fuerte el corazón del Naga que le había salvado la vida, Era simplemente parte de él y jamas podría de ser así.

Pronto su distracción y pensamientos profundos acerca del mar y su naturaleza, se vio interrumpido por la voz de un chico. Primero lo buscó con la mirada sobre tierra firme, pero después se quedó en blanco, cuando miró como emergía un torso desnudo del agua. Lo observó y se quedó en blanco... ¿Era eso posible? ¿Podría alguien estar nadando sin que lo hubiera notado?

-¿De dónde saliste?...- preguntó un tanto grosero, pues no podía expresar su sorpresa de otra manera. Trató de mirar un poco más abajó, intentando ver lo que había debajo de ese torso. Estaba demasiado sorprendido, pues no estaba preparado, además, no conocía a nadie de su misma naturaleza.