El día estaba siendo maravilloso conmigo esos rayos de sol me darían la vitamina suficiente para no tener que salir en toda la semana, tenía unos buenos libros que buscar desde el encuentro con mi hermana hicimos una lista de libros que debíamos leer para entender mejor nuestra situación, Sin embargo estaba buscando entre los pasillos a una chica nueva… No tenía idea si terminaría mudándose en la mansión pero ese lugar teníamos espacio, comodidad y tiempo de sobra… Todos nos ocupamos de una manera u otra en acostumbrarnos a nuestra situación.

Camine hasta la entrada, estaba un poco nerviosa por conocer a esa persona más debido a la enorme responsabilidad que estaba sobre mis hombros; ayudar a alguien en el trabajo de mentor no es fácil y más cuando consideras que tienes poco que enseñar, pero haciendo gala de mi increíble sentido para terminar las cosas de una manera satisfactoria esperaba que cuando nos conociéramos al menos pudiera ser agradable y llevarnos bien. De hecho, tengo muy pocas amigas solo cuento con mi hermana que es la única persona en quien confiaría ciegamente y sin chistar después de ella me cuesta acostumbrarme a la gente nueva, de igual modo tenia esperanza con esta chica y capaz se podrían fomentar dos situaciones una de entrenadora y otra de amistad.

Revise por segunda vez que todo estuviera listo usaba un vestido holgado pues con el verano prefería llevar ropa ligera y me deje el cabello suelto, algunas veces me siento como una Hippie en esta enorme mansión pero ya me estaba acostumbrando al hecho,  definitivamente el lugar me daba una sensación de tranquilidad, sería raro que al ver a la chica le dijera su nombre… Estaba impaciente y llena de ánimos suelo tener algo que me impide quedarme quieta y me movía de un lado a otro esperando que mis sentidos me indicaran que ella se acercaba.

Me senté en unas bancas habilitadas como si los exteriores fueran un parque, era un alivio que fuera tan grande el lugar aunque también era un caos buscar a alguien… No pasaron ni dos minutos y pude escuchar sus pasos a los lejos me quede quieta para que no notara la emoción que sentía en ese momentos  y apenas la divise sonreí animosamente, ella era una persona bastante bonita y seguro también era agradable, salude con la mano captando su atención –Hola– hice un ademan mientras me acercaba hasta ella –Bienvenida– le extendí la mano esperando su saludo… Compartiríamos buenos y malos momentos en algunas ocasiones pero aun no quería dejar eso en claro lo primero que tienes que hacer es extender la confianza si vas a enseñar.