[Evento/Privado] Here Goes Adventure

por Invitado Jue Mar 20, 2014 6:09 pm

Dio un paso sintiendo como una de sus botas se hundía paulatinamente en algo de lodo, una mueca cruzo su rostro en el instante en que sintió el área viscosa y escuchaba un ruido que en su opinión era en parte grotesco, un escalofrío recorrió su espina dorsal en ese instante. Tomando aire cerró los ojos al intentar calmarse, un mantra se hacía presente en su cabeza diciéndole que no debía perder la cordura y mucho menos en ese momento, era el principio de todo y ya estaba con ls nervios de punta, no por el evento en sí como debería de ser, de hecho- si no porque luego de todo aquello llegaría a la habitación de cierta rubia a darle un gran sermón sobre el engañar a sus colegas aún cuando fueran “trabajadores” a su cargo no debía hacer aquello, además eran amigas.

Galatea y Cornelia habían estado hablando del tema, el evento se convirtió de una simple invitación a algo que la Brugge líder rápidamente decoró con ambición haciendo ver tal cosa como algo interesante, Galatea por su parte mostraba curiosidad de el cómo sería la cosa, quienes asistirían y cuál sería metodología exacta que usarían, le gustaban los eventos –debía admitir- luego de tanto tiempo lejos de la atención de las personas, empezaba a extrañar el sentimiento de participar en diferentes actividades que no fuesen sólo del Instituto. Amaba trabajar ahí, eso era cierto, pero su cambio de una vida llena de glamour a otra totalmente distinta como la que tenía en la actualidad le hacía añorar ciertos detalles, después de todo el actuar era otra de sus pasiones. Al final las dos había decido ir, llegaron a ese acuerdo. O al menos eso es lo que la Directora le había hecho creer, para cuando se dio cuenta Cornelia no tenía intención alguna de asistir y justificándose con trabajos papeleos y demás Galatea optó por cobrar aquello después, el evento seguí teniendo cierto atractivo para ella y su curiosidad no la dejo escaparse de él, al contrario, por ello estaba en aquel bosque en ese momento.

— Quien dijo que sólo usar ropa de diseñador no tenía nada de malo… — farfulló por lo bajo resoplando un poco, acomodó un mechón de cabello tras su oreja, lo mantenía suelto y ondulado cayendo libre sobre sus hombros. Logró salirse de aquella trampa mortal –como había llamado al pequeño charquillo de lodo- se removía incómoda agitando sus pies cada tanto, quitando el exceso de materia no perteneciente a sus botas y agradecía no haber usado algo con tacón alto. — Disculpa mis quejas, no lo puedo evitar, costumbre de mujer mayor, supongo — atinó a decir al chico que se encontraba con ella, le veía con algo de dificultad, todo el follaje que vestía aquella área del bosque le tapaba mucha luz de la luna, aún cuando tenía cierta facilidad para desenvolverse en lugares oscuros trataba aún de ajustarse a aquel lugar.

por **Uranus** Sáb Mar 22, 2014 3:33 pm

Splash, splash, splash. Era el sonido que se podía escuchar con las pisadas del pequeño Die, quien jugando salpicaba en los charcos de agua y lodo que se encontraban en el bosque. –Salpicar, salpicando, a Die le gusta salpicar. Splah Splah. Decía con una sonrisa marcada en su rostro y un dulce además de agradable tono de voz. Realmente el joven Zéphiro Véhuel estaba algo perdido o dominado en esos momentos por la fuerte y alegre personalidad del su receptáculo humano.

Sonreía dulcemente ante el comentario de la joven con la que se encontraba el pequeño Die en esta ocasión en aquel bosque. Si, exacto un bosque, en aquel momento se encontraba en el bosque, debido a la singular y misteriosa invitación que lo invitaba para lo que parecía ser un divertido juego. Aunque al parecer no estaría solo. –Hehe, Die sabe que los perro ladran, los gatos maúllan y las jóvenes señoritas les gustan quejarse. Soltó una leve carcajada mientras se acomoda su gorra al tomarla de la punta para luego soltar un guiño. Realmente no sabría que ocurría en ese “evento” tan misterioso, pero el pequeño Die realmente tenia mas curiosidad por saber porque había una humana en ese lugar. El sabía que era un humana, ya que no sentía provenir de ella la energía o esencia de un Strigoi, un Daimon y mucho menos un Zéphiro. –Die se ensucio.Soltó una leve carcajada, dijo para empezar una nueva conversación y conseguir algo de datos.

El joven Zéphiro ya no se dejaría llevar más por la personalidad de su receptáculo humano, pero de todas formas la usaría para su beneficio. –Die es muy tonto, claro que Die terminaría sucio. Die esta en el bosque, claro que se pudo ensuciar. Soltó una leve carcajada después de “preparar el anzuelo al colocarle la carnada” –Señorita, usted también se ensucio las botas como Die. Aunque esta muy elegante a diferencia de Die, porque está aquí. Pregunto inocentemente ya “lanzando el anzuelo para pescar”

Vestimenta:

por Invitado Dom Mar 23, 2014 6:43 pm

Fango…- Pronunció mirando sus pies, hizo un gesto de desaprobación. A Ariadne realmente le agradaba el bosque e incluso el olor a humedad, pero en esta ocasión no, el bosque a horas nocturnas era una trampa para cualquiera, incluso para ella aunque no le preocupaba demasiado. Como segundo detalle esa zona específica del bosque no tenía ese peculiar aroma a musgo y cortezas mojadas, más bien desprendía olor a agua estancada y maleza muerta y que decir del suelo, fácilmente uno patinaría tal cual pista de hielo. Frunció el ceño.

Aquella invitación había sido extraña, le molestaba que se dieran el papel de sumamente misteriosos, aunque quizá ella era justo de la misma forma; más que una invitación hacia ellos era un mandato de deber, limpiar la zona de cualquier amenaza. Un cazador como ella y como los otros que fueron enviado a velar por la reliquia y cuidar dicha área conocía que lo extraño, lo misterioso nunca iba en solitario, siempre iba de la mano con algo mucho más misterioso u realmente deseado, en este caso, criaturas, su razón, no eran bienvenidas por ahí.

“Qué lindo juego”, criaturas de diferente índole, el bosque y ellos, los cazadores, quizás era mejor remplazar aquel adjetivo por uno más… divertido. Estos pensamientos cruzaban por la mente de la cazadora, mientras caminaba en línea recta a paso cauteloso, con los sentidos bien atentos y una vestimenta que le proporcionaba camuflaje con la oscuridad. Llevaba su largo cabello bien amarrado en una cola. Nadie imaginaría que aquella chica era una de las mejores cazadoras, su rostro infantil, como caía su flequillo por la frente y su estatura. Incrédulos.

Un ruido, en crujir de una rama llamó su atención, se agachó en seguida y caminó un par de pasos en cuclillas, a solo unos metros más adelante había dos personas, una mujer, alta y un chico. Sonrió ladina.- Bien, bien…- Entrecerró la mirada sin perderlos de vista.-

por **Nenya** Miér Mar 26, 2014 10:49 pm

La noche era joven todavía, muchas cosas podían pasar en el transcurso de esta. Pero ahora lo más importante eran los eventos que podían ocurrir en el encuentro de estos tres individuos, cada uno con un papel importante en este mundo, cada uno diferente del otro, la hermosa cazadora de elite Ariadne que está presente para realizar su trabajo, la poderosa y mágica bruja Galatea que está presente por la emoción y de ultimo el inocente y multifacético Véhuel que se encontraba presente por curiosidad, al parecer.

La cacería, empezara, con el primer movimiento en falso.
¿quién rescatara al menos una hoja de su trébol?

Nota: las habilidades que poseen se verán reducidas a las habilidades de raza y básicas, el desarrollo de la trama se verá beneficiado con su imaginación e inventiva más que por el uso desmedido de poderes y habilidades.

Ahora todos poseen 60 puntos de energía (ataque y vida) Cuídenlos bien.
El primer dado de trébol será tirado cuando el próximo turno de Ariadne termine.
¿quien lleva el trébol?

Tienen 72 horas para responder.
Inicia la primera ronda de batalla.

por Invitado Mar Abr 01, 2014 3:28 pm

Ladeó el rostro viendo fijamente al chico mientras decía aquello, su ceja se enarcó al tiempo de la última parte, ¿Qué? Apretó los labios creando una fina línea con éstos y tomo algo de aire, solía ser una persona muy paciente pero realmente quejumbrosa, lo sabía tan bien porque se conocía a la perfección, sin excepción alguna. Pero oír cosas de ese tipo viniendo de otra persona le ponían los nervios de punta. Soltó el aire que había estado conteniendo casi sin darse cuenta, tranquilamente, pausado; dejando caer los hombros que se habían tensado, no diría nada, después de todo el niño le había dicho “joven señorita” aún cuando sabía que no entraba más en aquella categoría, su edad no le limitaba nada en sí pero después de todo tenía esa parte avariciosa sobre la apariencia y reputación por ser mujer y por ser actriz, así de simple.
Pestañeó revisando con una fugaz mirada al menor y torció los labios, odiaba ensuciarse, empezaba a cuestionarse el por qué había terminado ahí. Su mente iba a empezar a lanzarle ilimitadas respuestas que ya sabía pero las curiosidad de su acompañante aquella noche se lo impidió. Mantuvo una postura firma limitándose a ver a sus botas y atuendo. Quizá si iba más elegante de lo que se esperaba pero, así era ella, el perfeccionismo en ése aspecto no le daba un respiro. Por otra parte se debatía en qué decirle al chico, no era muy amigable con los niños, la verdad es que no le gustaban mucho por más tiernos que fuesen; podía verlos, decir que eran monos pero el acercarse o tocarlos, el cargarlos si eran bebés no se le daba. No sabía la razón y tampoco le interesaba, simplemente esperaba poder seguir todo aquello sin desesperarse y gritarle o lastimar de alguna forma al menor, después de todo tenía paciencia y debía saber usarla, siendo profesora era algo más que vital. — Porque creí que sería… interesante y no tenía nada que hacer — mencionó al fin con simplicidad restándole importancia, un trébol yacía en sus dedos, observándolo con interés antes de guardarlo en alguna parte de sus prendas. — ¿No crees que te arriesgas un poco viniendo a éste evento?, es decir, no han dicho mucho como para saber exactamente qué esperar — preguntó más que nada por no quedarse en silencio revisando atenta su alrededor, era ágil y sensible. Con la vista enfocada a nada en particular sonrió de lado, intuyendo, a la vez que empezaba a abrirse paso entre el camino sin querer pensar siquiera en los maltratos que sufriría su atuendo. — Vamos, caminemos o mis botas se habrán sacrificado para nada —.

por **Uranus** Vie Abr 04, 2014 6:16 pm

El pequeños Zéphiro parpadeo al escuchar la pregunta de la señorita con la que se encontraba presente, en aquel oscuro y húmedo bosque a las afueras de Brujas. –Cierto, cierto. Die está de acuerdo. Dijo soltando una carcajada al final mientras cruzaba sus brazos y los posaba detrás de su cabeza para luego recostar su espalda a un árbol cercano. Aunque sin quedarse mucho tiempo recostado a este ya que en cuanto la señorita se puso en marcha Die también lo hizo al escuchar que como le pedían que caminara.

Así fue entonces como la señorita de nombre desconocido para Die y el pequeño Zéphiro caminaban por el bosque. –Die tiene curiosidad, si la señorita esta aquí, aun sin saber mucho igual que Die. Pregunto mientras continuaba caminando, el pequeño realmente estaba empezando a aburrirse, bueno realmente ya estaba aburrido, que era lo que se podía hacer o que era lo que iba a ocurrir era un completo misterio, así que continuaría al pendiente de lo que ocurría a su alrededor y no bajaría la guardia.

Firmes pensamientos se encontraban en la mente del pequeño, lástima que su cuerpo no le correspondía a estos pensamientos. Con el simple hecho de escuchar un ruido del salir de los arboles, un ruido que era proporcionado por el salir volando las aves del árbol. Die observaba para aquella dirección, sin prestar atención al camino mientras caminando, cayendo el pequeño al suelo al tropezarse con una roca en el camino. –Ouch… Fue el sonido que el pequeño Zéphiro soltó al caer al suelo.

Realmente su receptáculo humano era muy torpe incluso cuando que el joven Véhuel quería ser como él era, su forma natural de ser y actuar, la personalidad del menor era realmente muy fuerte y natural, haciendo que el ser divino se perdiera en esta con facilidad. –No nota algo extra. Se levanto notando algo extraño en el aire, algo había cambiado y él podía presentirlo.

por Invitado Lun Abr 07, 2014 1:18 pm

Ariadne les seguía de cerca los pasos, a veces por el lado de la chica, otras por el lado del chico, adelantándose y de resto manteniéndose a sus espaldas; podía decirse que les pisaba los talones. Sus sentidos no le engañaban aquellas dos personas tenían más de una pizca de sobrenaturalidad, les asechaba cual felino en medio de su habitad, la noche.

Observó cómo antes de comenzar a caminar la chica, blanca y de cabellos largos colocó algo en el bolsillo de su chaqueta, se encontraba algo lejos para percibir las perfectas hojas del trébol, sin embargo la forma de “Hierba” y el color no le hizo dudar que se trataba de lo mismo. Achicó la mirada tras la corteza del tronco desde donde vigilaba el caminar andante y pegajoso de ambos. El trébol, era su “señal” para todo, a su manera y por lo que habían dicho, las criaturas: la fémina y el varón, representaban un peligro, uno que se encargaría de fagocitar.

-Bueno… si ellos vinieron por su cuenta, supongo quieren jugar.- Una muy pequeña sonrisa se plasmó en sus labios, más que nada la mirada de la cazadora era el mundo que poco expresaba con palabras. En ese instante tenían una clara excitación, algo que lucía tétrico dado lo blanco de su piel y sus labios bien coloreados de carmín.

Con sumo sigilo pasó inadvertida hasta rebasar la velocidad que sus presas llevaban, colocándole cierta distancia de ventaja a ellos. Subió a un árbol, el cual le dio sin querer una opción mejor a la que llevaba en la mente. Una enorme sonrisa, tal cual gato de Alicia se formó en sus labiales. Había justo sobre su cabeza un panal de gran tamaño, a juzgar por la forma y a quienes lo rondaban, no eran simples abejas, más bien alguna especie de avispas. Lo revisó, realmente su suerte no podía estar mejor ya que el panal estaba sostenido de un solo punto que con un movimiento en brusco tronaría.- Hora de mover las piernas.- Murmuró revisando la distancia que les faltaba para llegar por debajo de ella. Muy poco en realidad. Se dio prisa y haciendo un balance del panal comenzó a desestabilizar el punto de sostén, lo hacía así para no alborotar a los insectos antes de tiempo, sin embargo logró sentir el piquete de tres de estos en brazos y cuello.- Damn.- Se quejó, pero no era para dramatizar demasiado. El chico y la mujer pasaron tranquilos aunque alertas bajo de ella, justo ahí dejó caer el panal, el cual sostenía ya en sus manos, con el fin de que se destrozara al caer y las avispas furiosas les atacasen. Ella por su cuenta se esfumó unos metros, lo suficiente para mantenerse lejos del enjambre.

Panal:

por **Nenya** Lun Abr 07, 2014 1:18 pm

El miembro 'Ariadne' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Trébol ' :
[Evento/Privado] Here Goes Adventure Bp1GOSR

por **Nenya** Jue Abr 10, 2014 9:48 pm

El depredador observaba a sus presas mientras se preparaba para realizar su primera movida. Entonces fue como la jugada de la cazadora Ariadne quien cortaba desde un rama de un árbol, un avispero que caía muy cerca de nuestra hermosa Brugge y nuestro pequeño Zéphiro. Ahora que haría las presas contra las acciones del depredador, esa era la pregunta del millón que venía en compañía de una gran cantidad de avispas enojadas.

En la siguiente ronda el dado del trébol sera lanzado por el poseedor del trébol.

Elemento ambienta peligroso: Las avispas, se tendrá una ronda para desasearse de ellas.
En caso de no lograrlo: Se restaran 10 ptns de vida a cada participante.

Tienen 72 horas para responder.
Inicia la primera ronda de batalla

por Invitado Jue Abr 24, 2014 2:54 pm

Se detuvo en el momento que escuchó un pequeño quejido de parte del chico, soltado un leve suspiro. Sus manos yacían cruzadas frente a su pecho y no sabía con exactitud el que pensar de su compañero. Le veía muy joven para estar en un evento de ese tipo, no es que juzgara a las personas por la apariencia pero le parecía tan frágil a simple vista y no ayudaba el hecho de que hubiese tropezado cuando ella era la que llevaba zapatos menos aptos para la ocasión. ¿Quién era en realidad?, todo apuntaba a que al igual que ella no era un humano común y corriente, para nada, esa aura que le rodeaba era demasiado buena, no le gustaban los niños y quizá el chico no era tan pequeño pero aún así no sabía cómo tratarles. Galatea era una mujer que había crecido entre adultos, siendo tratada como tal los menores la ponían nerviosa y ante los llantos de ellos no sabía reaccionar… de buena forma.

Volteó la cabeza un poco hacia atrás encontrándose con Die ya de pie, no sabía si preguntarle si estaba bien o simplemente dejarlo pasar como si nada, era frustrante, definitivamente no sabía que debería hacer con exactitud, ni una pista, una corazonada, nada. Al parecer tendría que hablar con Cornelia sobre el tema, esa mujer era muy extravagante a veces pero sabía de experiencia que su amiga tenía experiencia con los niños, al parecer les amaba, bueno esa bruja mayor amaba tantas cosas. Asintió, pues, saliendo de sus pensamientos — Si — susurró dándole razón al menor mientras regresaba la vista al frente y empezaba a caminar despacio con él al lado, sus sentidos alertas, su ceño fruncido. El lugar parecía calmado hasta cierto punto, quizá demasiado. Eso le ponía de mal humor porque no le daba seguridad del todo — No se- —. Un sonido sordo se hizo presente con la caída de algo, los siguiente que retumbó en sus oídos fue el sonido fastidioso en inquietante de insectos revoloteando, no paso mucho para que Galatea supiera que había sido aquello — Baise! — masculló, su francés haciéndose presente al sentirse irritada abriendo los ojos con sorpresa. Alcanzó la mano de Die sin perder tiempo haciendo que éste la posara sobre su cara, principalmente los ojos — Tapa lo más que puedas con la mano — sintió uno que otro piquete y fue su señal para tomar la otra mano del pequeño e iniciar con ella una carrera lejos — No te descubras la cara y no me sueltes, trata de no tropezar — menciono como pudo corriendo a gran velocidad rezando porque el chico no fuese a caerse. Su camino: sentido contrario de hacia dónde corría el viento, tenían que escapar, esas cosas era rápidas pero podían ser burladas si se hacía lo correcto, estaba tomando las medidas de prevención que sabía y conocía, había sido picada pero aún siendo alérgica no era lo suficiente como para inmutarla. ¿De esto se trataba el evento?, ¿Le harían correr con cosas como esas? Era algo que no esperaba ni quería, ni daba crédito, es decir ¿En serio? Gruñó exasperada, estaba tentada a usar alguna habilidad pero eso acabaría con su diversión, había ido ahí con la idea no recurrir a algo que le delatara a ella o a su raza a primera instancia, lo veía como un juego y unas malditas avispas no le harían delatarse tan pronto sin contar el hecho de que el fuego era su mejor aliado para esa ocasión y estaba “atada de manos” respecto al uso de aquel recurso.

Siguió corriendo sin soltar el agarre hasta que decidió parar, sintiendo que era más que seguro como para soltar la mano de Die. Jadeaba ligeramente y agradecía todos aquellas sesiones pasadas con su entrenador personal que le había inculcado el mantenerse en forma por su bien — ¿Estás bien? — preguntó al menor mientras recuperaba la compostura y regularizaba de a poco su respiración sin mucho problema

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