La noche estaba en calma y como todo ser de la oscuridad deseó disfrutar. Esperando que el lugar al final no se reeplete de gritos y musica a volumen alto, eso me irrita, a su vez arruinaria tan espledoroso momento.

El lugar esta repleto, los aromas son distintos- Es dificil distinguir con tantas razas aqui, vaya que el lugar es famoso -Dije tomando de mi copa. Ya habia recorrido la mayoria dle mundo con la edad que tengo, dirijiendome a las ciudades mas llamativas, ahora es tiempo de conocer las mas discretas.

Ya llevaba un par de dias en esta ciudad, mi vida inmortal aun no rendia al horario de esta ciudad. De un u otro modo no dejaria este lugar es unico y puedo aprendes como descubrir tantas cosas.

Un atractivo chico de piel blanco llamo mi atencion, vestimenta elegante, al parecer una persona con estilo. El local ya estaba a su limite pero aun asi espacioso, musica suave y el murmullo de las personas hablando es tranquilo- Otra copa por favor -Sin percartarme aque chico elegante estaba ya a lado mio tomando de su copa como si nada- Vaya, que sigiloso -pensé, es algo que no me esperaba.

Al mirar las mesas se notaba el tipo de gente que habia ahi, envidiosos y divertidos, palmeandose la espalda, provando de su bebida mientras otros rien- Con lo que he vivido ya ha estas alturas es el punto crucial de adonde se dirije cada sociedad del mundo -dije en voz alta lo que pensaba.

Mientras no dejara que la soledad le envolviera por completo, estaba bien, porque cuando Lelahel se sentía solo, la casa de los cuervos temblaba. Además estaba el pequeño Ren, no deseaba dejarle solo. Pero esa noche era de él, y él tenía que darse unos tragos. Busco por la mansión, pero no encontró al más pequeño, que de seguro estaba muy entretenido con sus animales, así que volvió a su habitación y tomo las prendas más sencillas, pero elegantes, para salir a perderse esa noche. Conforme el tiempo avanzaba, él, el líder de los ángeles se encontraba más cerca de los humanos y por tanto, aunque no era su intención caer, su personalidad había cambiado. Tal vez con un poco de alcohol lograra darle forma a esos sueños que se repetían en su mente todas las noches.

El ambiente era cálido, la primavera ya se dejaba sentir y al parecer a los humanos eso les sentaba de maravilla, las mujeres hacían gala de su belleza con prendas diminutas que marcaban sus hermosas curvas y los hombres parecían de mejor humor, todo eso, le inspiraba a seguir su mandato, aunque por momentos sintiera flaqueza. Con las manos en los bolsillos, avanzo a pie por la calle, no tenia auto, puesto que no le gustaba contaminar, y decía que el ejercicio físico era lo mejor para mantener ocupada la cabeza. Al dar vuelta en una esquina, diviso el antro, el club en ruinas que frecuentaban seres inmortales, y el mejor lugar para conseguir unos buenos y ácidos tragos. La entrada no tuvo problemas, el vigilante sabía muy bien quien era JaeJoong, y lo que pasaba cuando los demás querían problemas con él.

Dentro, la música a altos decibeles, el olor a sudor y alcohol impregno sus fosas nasales, podía sentir vampiros, alguno que otro elemental y varios demonios, y sabia que ellos lo detectaban a él, puesto que no escondía su poder. Caminó hasta la barra y se situó junto a un chico, al parecer un vampiro recién llegado a Brujas, pues los conocía, si no a todos, al menos a la mayoría.

¿Lo dices por ellos? – el Serafín señalo con un movimiento de cabeza a los humanos que sin saber que criaturas les rodeaban, se divertían en la noche – la ingenuidad es parte de la belleza de los mortales… - levanto la mano para llamar al bartender, que ya sabía lo que JaeJoong buscaba: el acido.

Hace poco que llegue al pueblo y lo único que conocía eran Los Canales y Atalaya por lo que mis lugares de caza eran mínimos y necesitaba en verdad conseguir alimento en las noches pues la comida a base de animal no me agrada mucho.

Disfrutaba de mi bebida mientras lo escuchaba hablar- Concuerdo contigo -dije mirandolos de nuevo a los humanos, pensando en las palabras dichas- Al parecer saber mucho -me voltie un poco y lo mire fijamente- ¿tu tienes tiempo viviendo aqui? -pregunte curioso.

Desde hace unos dias no me sentia tan entretenido- Camarero, otro por favor -No se si estoy tomando porque hace mucho no lo hacia o por controlar de cierto modo mi necesidad de tomar sangre de nuevo- No tiene mucho que me alimente y nuevamente tengo hambre je! -dije bajo para mi mismo.

Si en este momento fueran mis primeros dias como vampiro ya hubiera atacado a alguien o engañaria alguna chica con mis encantos para obtener su deliciosa sangre... En ese tiempo vivia mi familia asi que tenia como conseguir sangre, mejor dicho, comprar sangre.

Mucho tiempo, diría yo – sonrió mirando al joven vampiro, puesto que era increíble cómo podía resistir la divinidad que emanaba de su cuerpo, y no perder la compostura. El ambiente se tornaba cada vez más pesado, aunque eso al Serafín no le importaba, estaba acostumbrado a lidiar con la oscuridad y no era nuevo para su persona, el verse rodeado de criaturas que muchos ángeles tacharían de “impuras”. El barman se acerco a el con una bebida azul, la cual bebió de un solo trago y volvió a pedir otra. Su cuerpo entonces se estremeció, un intenso cosquilleo le recorrió la espina y sonrió, volviendo su vista al chico – me llamo JaeJoong, eres nuevo aquí, ¿cierto? No reconozco tu rostro, y mira que conozco a todos en la ciudad, desde los bebes hasta los ancianos del hospital.

Poco a poco la divinidad se canalizaba, sus ojos, antes castaños se tornaban en un azul intenso, producto de la bebida que había ingerido. Se sentía más libre y aunque no era lo típico, el había descubierto esa forma de lograrlo, desde hacía ya muchos años atrás. Cuando el hombre llego con un nuevo vaso, lo tomo entre sus dedos, volviéndose sobre su asiento, mirando hacia el resto del club y recargando los codos en la barra – he visto generaciones de los mejores hombres, de las ideas revolucionarias pasar como un parpadear de ojos, y sin embargo no deja de fascinarme todo lo que los humanos hacen - Ladeo la cabeza hacia un lado, para observarlo - ¿Cuál es tu nombre? Has visto ya al gran vampiro? Estoy seguro que querrá verte pronto, y deberías hacerlo, no tiene muy buen carácter, y todo nuevo inquilino, aunque sea de paso, debe presentarse con él, digo, si es que eres vampiro, yo cuido a los míos, el a los suyos y así para cada quien.

Un par de mujeres se levantaron para bailar, JaeJoong las miro fijamente, eran hermosas, sensuales y como sucedía siempre, trataban de seducirlo, pero no podían, y a él le gustaba verlas esforzarse, porque le parecían incluso más hermosas en ese estado, volvió a beber de su vaso y emitió un suave gruñido - ¿Qué te trae por Brujas?