Era la noche de la víspera de año nuevo, bueno eso era lo que aparecía en el calendario que el joven mestizo Berrik quien lo tenía en la pared de su habitación. –Todavía no he votado esto. Dijo tranquilamente mientras observa de aquel calendario que olvidaba votar a la basura. Realmente podía llegar a ser algo olvidadizo a veces con tantas cosas que tenía en su cabeza. Así que tomaba del calendario y lo dejaba caer en un pequeño cesto para basura que tenía en su habitación. Luego saco de su morral un nuevo calendario el cual coloco en la pared y en este marcaba la fecha del catorce de febrero la cual era la actual, el día que todos en el mundo celebraban el amor y la amistad.

Berrik para esos días los celebraba regalando una rosa de origami, el cual era hecha con un papel especial que tenía un aroma similar a las rosas, ese ahora duraba mucho tiempo por eso todos los años Berrik compraba de ese papel y dos días antes hacia el mismo las flores para regalarlas. Aunque ya era de noche y le había dado una para todas aquellas personas con las que tenía una fuerte amistad o cariño, Berrik tenía algo más que hacer antes que terminara el día.

Berrik tomaba de su armario un pequeño paquete que estaba envuelto en papel de regalo con una cinta amarillas, además de una caja de tamaño medio, esta también está adornada y pero vacía. –Espero que nadie se los haya comido. Dijo algo preocupado mientras entraba a la cocina donde buscaba aquellos dulces tan rosados y esponjosos que había comprado para regalar. –Nunca he sido amante de los dulces, pero se ven deliciosos. Dijo relamiendo su labio superior lentamente con la punta de su lengua.

El joven rubio no era alguien que fuera a ser definido como romántico pero un día como ese sabía que no solo celebraría la amistad, también le gustaría hacer algo con respecto al amor. Así que tomo varios regalos, igual que las llaves de la mansión Bigeneri, al parecer no había nadie más él en la mansión, así que rápidamente empezó a caminar hacia una de las habitaciones vecinas.

Tomando sus llaves con algo de nervio, empezó a abrir la puerta de la habitación de Daenerys, Berrik llego a pensar muchas cosas mientras hacía eso, la primera que esperaba que no se enojaran por entrar sin permiso, la segunda que no fueran a creer que entro a robar algo de rompa intima como un pervertido, pensó el joven rubio que esperaba que le gustara, que le gustara el regalo que le había traído. Berrik abrió finalmente la puerta de la habitación joven y entrando en este empezaba a acercarse a la pequeña mesa de noche donde dejaba el pequeño paquete de regalo el cual era una fragancia la cual había comprado ya que había escuchado de boca de varias compañeras universitarias que era muy popular. Al lado del pequeño paquete que contenía la fragancia dejo un paquete mediano que tenia adentro unos dulces de rosados rellenos de coco los cual comprando en una pastelería muy popular. –Espero que le guste el coco. Soltó una leve carcajada algo nerviosa mientras se rascaba el brazo derecho con su mano izquierda.

Tomo el regalo que el mas consideraba especial, un hermoso ramo de flores de papel hechas por su propias manos e habilidades para el origami, aunque muchos regalaban flores de verdad, al joven mestizo le gustaba más las de papel, en especial ese porque el papel poseía un aroma especialmente similar al de las rosas, además que a diferencia de las originales, estas nunca morirían. Soltó un suspiro después de haber dado una última olida aquel ramo para luego dejarlo en la cama, junto a un muñeco de papel de Origami del personaje Tiger. –Espero que le guste. Dijo para luego salir de la habitación de la joven.