Ya había pasado una semana desde esa trágica noche en la vida de L.Joe. Una oscura noche había caído en compañía de un ambiente lúgubre y triste por completo.

Vestimenta:

Todo se encontraba en absoluto silencio mientras L.Joe se encontraba arrodillado frente una tumba con un ramo de margaritas entre sus brazos. –Margaritas… Tus favoritas… Dijo L.Joe en un tono bajo de voz semironco mientras dejaba las flores frente a la tumba de su querida amiga de la infancia. Soltó un leve suspiro que contenía esos sentimientos de tristeza que intentaba suprimir, una lagrima empezar a recorre su mejilla mientras volvía aquedar en silencio absoluto en la oscuridad de ese cementerio.

Tomo una cuarto de hora a L.Joe para por fin despedirse de su querida hermana y tomar rumbo hacia la salida del cementerio en la oscura noche de esa primavera.

Ren caminaba por las calles de la ciudad, la noche caía lentamente dejando que las pocas luces de las calles comenzaran a alumbrar su camino. Ese día había decidido que era tiempo de visitar uno de los lugares que no había pisado aun, a encontrar de alguna manera paz entre el silencio común que allí solía haber, para poder así orar por aquellas almas que aun se encontrarán en pena.

Vestimenta:

Al llegar, comenzó a caminar por entre los pasillos de aquel lugar, observando las tumbas que allí se encontraban orando levemente para sus adentros para la paz de todas aquellas personas.

Así continuó un largo camino, hasta que a sus oídos llegó un leve sonido, alguien más se encontraba allí por lo que había comenzado a caminar para encontrarla y poder de alguna manera ayudarle con su penar. Fue así que al poco tiempo la divisó de lejos, acercándose lentamente sin hacer ruido alguno, quedándose a unos metros de distancia en el camino hacia la salida, junta sus manos y baja un poco su rostro intentando trasmitirle a aquella persona frente a él, el valor para poder despedirse de su persona allegada y así poder continuar su vida de alguna manera.

Al notar que el muchacho comenzaba a levantarse caminando hacía donde él, intentó ocultarse no queriendo interrumpirle, el cual termino siendo un intento fallido ya que por su torpeza natural cayó frente a él –D-disculpa… Espero no haberte molestado…– lo observa un poco avergonzado comenzando a levantarse.

Continuaba L.Joe con su camino, mientras más adelante el pudo observar aquella silueta borrosa que se acercaba lentamente hacia él. La niebla que se encontrando ambientando el cementerio hacia que visualizar algo a lo lejos fuera difícil. Pero igual había algo en el lugar que lo tranquilizaba y hacia que fuera caminando normal, si miedo y sin preocupación en su interior.

Ya después que iba a cruzar las dos personas, L.Joe observa como aquella persona desconocida cae al tropezar delante de él. L.Joe se preocupo al parecer y rápidamente intento ayudar a esa persona a levantarse. –Se encuentra bien... Dijo L.Joe mientras queda sorprendido al ver el bello rostro de la joven que había trapazado. –Señorita... Dijo para completar la oración.

Luego de que la joven estuviera de pie, L.Joe decidió tomar algo de distancia al dar un paso hacia atrás lentamente. –Señorita... Dígame, como se llama. Pregunto L.Joe mientras observaba que la vestimenta de la joven se había llenado de polvo del suelo del cementerio.

Observa al chico frente a él con un poco de sorpresa *¿Señorita? Acaso… ¿cree que soy mujer?* pensaba mientras parpadea varias veces aun sin creerlo riendo un poco divertido y de manera leve. Al encontrarse de pie observa su ropa comenzando a limpiarla un poco haciendo una leve mueca al ver que se había ensuciado bastante y sabiendo que no podría limpiarse por completo en ese momento –Eh… si me encuentro bien, muchas gracias por preocuparse– le mira sonriendo tiernamente –Mmm… me llamo Haz… Choi Minki pero me dicen Ren mucho gusto– extiende su mano hacia él para estrechar la ajena en modo de saludo sin dejar de lado en ningún momento su tierna sonrisa intentando que aquel chico no se asustará ni sospechara nada de él.

–Por cierto… – le mira un poco sonrojado rascando su nuca nervioso –etto…soy hombre... – ríe leve y ladea su rostro con suavidad, mirándole con ojos curiosos hacia los ajenos, sintiendo un poco la tranquilidad en ellos *Así que algo pude lograr… me alegra*.

–Ahhhhh!! Me olvidaba!! – Lo mira preocupado y se acerca observando su cuerpo buscando algún daño posible que le haya producido el golpe –¡¿Usted se encuentra bien?!...

Observa el rostro sorprendido del chico frente a él y como se separaba un poco, Ren no puede evitar reír de una manera divertida intentando que esta no saliera muy fuerte de su boca ya que esta interrumpiría la paz del lugar donde se encontraban.

–No te preocupes Byung Hun sshi, es algo que me suele suceder… desde que estoy en este cuer… digo… desde que llegué aquí todos me han confundido por una chica así que es normal no debes de preocuparte no me has ofendido en ningún sentido– sonríe con una amplía y sincera sonrisa en su rostro, observando como el contrarío le extendía un trozo de tela la cual parecía ser un pañuelo. La toma gustoso haciendo una leve venia –Muchas gracias~ realmente me he ensuciado bastante… y me alegra no haberle hecho daño, suelo ser un poco despistado disculpe– ríe leve y comienza a quitar de forma suave el polvo que se encontraba en su chaqueta, intentando que esta no volara directamente hacia el chico.

Al terminar mira el pañuelo formando una leve mueca con sus labios –Disculpa pero te lo he ensuciado mucho…– extiende el pañuelo mostrando el polvo que se encontraba ensuciando ahora aquella tela la cual ya no mostraba su color original –Si quiere puedo lavárselo… debe haber algún lugar donde podría enjuagarlo un poco… pero no se si se secará… – se queda pensando un momento en eso intentando buscar alguna forma de solucionar el inconveniente intentando no molestar demasiado con su presencia al amable chico frente a él del cual aun le preocupaba el hecho de aquellos pensamientos de tristeza que podrían llegar a inundarle si seguía en aquel lugar.

Observaba al chico frente a él extendiendo el pañuelo que le había sido dado inclinando levemente su cabeza y apenas parte de su cuerpo en una leve venía hacia él – Oh entiendo muchas gracias nuevamente… – levanta su rostro observando cómo este comenzaba a caminar hacia la salida soltando un suave suspiro para luego volver a encaminarse hacia donde iba inicialmente, caminando así con leves y suaves pasos casi imperceptibles.

Escuchó en ese momento como algo… más bien alguien se caía a sus espaldas y un pequeño quejido luego de esto salía de los labios de aquella persona. Gira su cuerpo observando a L.Joe allí tendido en el suelo limpiando sus ropas, sin pensarlo se acerca a él, moviéndose para así poder colocarse rápidamente frente a él chico bajando hasta poder quedar a su altura mirándole con ojos llenos de preocupación, más aún al ver su mirada y escuchar aquellas palabras, aunque podía notar con facilidad como este intentaba ocultar aquel dolor – Eh? L.Joe… ¿Estás bien?... ¿Qué se ha roto? – observa el cuerpo del mayor buscando la causa de su dolor intentando no invadirle tampoco ya que lo que menos deseaba en aquel momento era incomodarle y que no dejara que observase su herida.

– ¿Su muñeca?... – acerca lentamente las manos hacia las del chico tomando con suma delicadeza el brazo ajeno sin tocar la zona la cual parecía ser la afectada. Lo mira y muerde levemente su labio ya que no sabía si realmente le estaba permitido lo que pensaba hacer en ese momento – ¿Te duele demasiado?... Mmm… Esto tardará un tiempo en recuperarse… – lo mira y suspira tomando el reloj ajeno comenzando a quitarlo suavemente para no hacerle daño alguno – Mmm… quédate quieto un momento ¿Sí? – sonríe con ternura y coloca dos de sus dedos sobre su muñeca, primero tocándole superficialmente para luego de unos minutos comenzar a masajear ciertos puntos de este depositando imperceptiblemente ante él ojo humano, un poco de su energía que le era transmitido hacia la herida para comenzar a curarla de manera interna, logrando solo que el mayor dolor se fuera pero sin curar por completo su muñeca, ya que eso podría llegar a delatar su verdadero ser y eso era algo de lo que aun no poseía conocimiento sobre si era o no correcto develar… – ¿M-mejor? –

Observo algo avergonzado como el contrario se acercaba, al parecer preocupado por él, pero a él no le gustaba eso, no era de su agrado hacer preocupar a los demás en lo absoluto, el siempre desde pequeño se lo había arreglado para buscar una solución para todo ya que es un individuo fuerte y lo mejor era que se las arreglaba para hacer parecer a los demás que todo esta bien, distrayendo con cosas simples chiste, risas y abrazos, fueran hombre o mujeres, le daba igual, aunque siempre y cuando fuera personas conocidas con confianza, ya que normalmente es un individuo penoso ante los desconocidos y mas si se tratan de mujeres.–No se preocupe... Creo que... Dijo tranquilamente sin poder terminar de responder por el dolor que sentía en ese momento.

Observo como era tomado del brazo con cuidado de parte del contrario, intentando no tocar la parte que creía que se habia lastimado L.Joe. L.Joe no pudo evitar sonrojarse ya que no estaba acostumbrado al contacto físico con gente desconocida, pero habia algo que hacia que este se calmara, sentía un alivio que envolvía su corazón. Al escuchar la pregunta, no pudo evitar decir la verdad esta vez y algo avergonzado observa al menor. –Si... Un poco... Dijo mientras el reloj se le era retirado por  parte del contrario con mucho cuidado. Observo las acciones de parte del contrario mientras poco a poco sentía un alivio en su interior, pero con el paso de los minutos empezó a sentir como se eliminaba el dolor, hasta un punto donde sintió que aquella cicatriz que se le habia quedado en la palma de su mano la noche que perdió a su amada, empezó a picar y al mismo tiempo hacerle cosquilla, mientras esta se reducía y desaparecía poco a poco. Miro la palma de su mano la cual se observaba normal y luego observo al menor y con un tono de voz bajo pregunto. –Quien eres. Oh, que eres.

Miraba al chico frente a él mientras su mano continuaba proporcionándole de su energía curándole lentamente, no había notado que esta además de curar el daño en su muñeca había estado curando otra marca que el chico poseía en su mano, solo logró notar que algo había pasado al momento de escuchar sus palabras. Su rostro no podía notarse más confundido y sorprendido, nunca hubiera esperado que le preguntara “Que era” era algo que realmente lo había descolocado.

Ahora ¿Qué diría? Que era un céfiro, alguien enviado del cielo para cumplir un propósito en esa ciudad que concernía tanto a Jaejoong su superior como a otras razas que se encontraban allí? No, no podía decir nada de eso. Al menos no todo en su totalidad. Al parecer, esa persona sabía algo de las razas, tal vez no era un simple humano.

Ren no conocía realmente a nadie allí, tal vez, podría ser simplemente un humano con amplios conocimientos sobre ellos, o podría también ser uno de ellos. Concentró en escasos segundos sus energías para observar el aura que emitía, al menos podía decir que no era nadie con intensiones malignas por lo que podía estar tranquilo de ello. Mordió su labio inferior mientras un leve suspiro salió de entre sus labios, si seguía pensando en aquel silencio podría sospechar cosas que podrían o no ser ciertas así que lo mejor era responder a su pregunta intentando evitar los detalles más profundos, y tal vez así podría también descubrir quién era él.

–Soy un céfiro, baje del cielo mi hogar, para cumplir una misión…– observa al chico frente a él mirando sus ojos fijamente –¿Y tú? ¿Qué eres o como sabías… de que era diferente?

Las miradas se cruzaron por leves segundos, aunque para el joven mestizo parecieron más al sentir el lento pasó del tiempo, las palabras que el joven MinKi comentaban hacían parecer que todo era un película, los Zéphiros, seres que provienen del cielo, su hogar según dijo el joven MinKi. Eso sería lo mismo que en la religión judío-cristiana se conoce como un ángel, los mensajeros celestiales de la deidad de esa religión.  –Que soy… Dijo con un tono de voz bajo y una mirada baja, mientras se colocaba de pies ante el joven. Volviendo a levantar la mirada soltó un leve suspiro.

Volvió a mirar al joven MinKi a los ojos. –Cualquiera sabría que un humano no puede curar con sus manos. No humano común o corriente. Dijo mientras se rascaba por detrás de la cabeza mientras desviaba su mirada para no observar al contrario mientras le diría la palabra. –Yo también puedo hacer cosas, no muchas al parecer y no se comparan con el curar, pero igual no te sabría responder el que soy. Dijo sinceramente mientras volvía a posar su mirada hacia el contrario y escuchaba de sus palabras, aunque realmente no tenía interés de seguir con esa conversación, todavía tenía ese vacío y dolor en su pecho y lo que el joven mestizo deseaba hacer era dormir algo.

Hizo una leve vaina con la cabeza y le comento el joven mestizo al contrario. –Lo siento, pero debo seguir mi camino y retirarme. Dijo en un tono de voz normal. –Nos vemos, Choi MinKi, chico Zéphiro. Dijo mientras daba la vuelta y se retiraba del lugar, continuando un largo hasta llegar a la entrada y salida principal del cementerio de la cuidad de las brujas. Solto un leve suspiro mientras continua caminando fuera del cementerio.

Continuaba con su mirada fija en el contrario mientras escuchaba sus palabras, en cierto modo era verdad, cualquiera hubiera sabido de que no era normal, estúpido movimiento de su parte al dejar notar sus poderes de curación, solamente esperaba nada malo sucediera porque alguien había descubierto lo que era. Debería hablar de eso luego con Jaejoong, tal vez y nada malo sucediera pero igualmente sería más cuidadoso desde ese momento en adelante no quería que algo así nuevamente pudiera suceder, aunque su necesidad por ayudar era mayor.

*¿Puede hacer cosas? ¿Qué clase de cosas? Porque…* Muchas dudas tenía en su interior, que otro tipos de personas había allí, como podría saber quienes eran? Más y más preguntas se formaban en su interior, pero sus pensamientos fueron dejados de lado al escuchar cómo el chico le avisaba de su retirada. Sus ojos se fijan en su muñeca, esta ya se encontraba curada, aunque aún podía sentir el pesar de su corazón. Le hubiera gustado poder aliviar un poco más aquel dolor, pero al verlo podía notar que lo único que quería el chico en ese momento era irse. –Oh, claro entiendo. –asentía levemente mientras lo observaba girarse para comenzar su camino.

–Nos veremos alguna otra vez Byung Hun sshi –dice en un leve susurro que apenas podía ser oído pero aún así sabía que el mayor había podido escucharlo, estaba seguro que en algún momento volverían a reencontrarse, tenía ese presentimiento sin saber porque. Observa el cementerio nuevamente y comienza así nuevamente su camino en buscando nuevamente la paz de aquellas almas sumergiéndose nuevamente en sus oraciones silenciosas.