Bajo el lente de mi nueva cámara todo parecía superficial, definitivamente la belleza y la naturaleza de la humanidad era absorbente hasta el punto de hacerme creer más en mi firme decisión. No es que sea una persona típica que suele tomarse todos los atrevimientos y ser abierto, me caracterizo por la discreción y el respeto por eso me considero un poco insociable… Supongo que esos juicios debe hacerlos un profesional de la salud mental, pero que buscaría con un humano que cree comprender el cerebro… no encontraría nada en él.

Tomo en sus manos el ultimo accesorio que completaba su cámara, un lente de alto alcance a sabiendas de que no necesitaba de ese implemento para mirar a los lejos pues su perfecta visión jamás lo traicionaría, nada es igual que cuando se mira detrás del lente… El prefería la sencillez de aquel aparato y justo antes de salir dio una mirada a las plantas que se tomó el atrevimiento de cuidar, se encontraban verdes y vivas incluso pareciera que bailaban a los rayos del sol.

La increíble ciudad se erguía estoica y poco demostrativa, no faltaba el ruido de la bocina y el humo de los malos motores falta de carburación inundar las afuera de la torre de departamentos donde él vivía, no le hacía falta nada en su vida, por dos características únicas que sobresalían en su personalidad… Características deseadas por mucho y  sin contar con su naturaleza fuera de lo común, el poseía una voz extraordinaria  y un ojo artístico que lo colocaban en primera fila de cualquier contrato, él no los buscaba y las ofertas llegaban hasta su puerta libre de escoger la que quisiera.

Tomo las llaves de su camioneta y acelero el motor dejando atrás el contaminado bullicio de la ciudad, estaciono en una zona dedicada a eso y sin necesidad de decir más se adentró en el bosque en busca de paisajes rebosantes de vida, justo lo que necesitaba para no sentirse enfermo o devastado una dosis de lo que podía absorber en aquellos bellos lugares, revisando a través del lente de su cámara y con un esbozo de lo que parecía una sonrisa enigmática rara vez observada en su rostro, tomaba fotos de aquel bello cielo y que conocía a la perfección.

–Tranquilas– dijo a un grupo de ardillas en que se encontraban debajo de un árbol y mientras intentaba sacar las fotos noto su nulo don de comunicación con los animales. Era tonto quien le había dicho que ellos podían entenderle, suspiro con notable decepción mientras se adentraba en aquel terreno.