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Título de trama
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Espacio libre
[Privado|Caliel] The sweet Angel and the girl of the night Miér Ago 06, 2014 9:22 amJulia V.[Akasha]
Invitado
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Lanzó lejos una de las almohadas que descansaban a su lado a la vez que soltaba un leve gruñido, había tenido una de esas tantas pesadillas que le atormentaban noche tras noche reduciendo sus horas de sueño a lo que ahora consideraba ya normal. Siempre había sido así desde aquella noche en que su vida dio un giro totalmente radical y como era costumbre no podría volver a dormir hasta casi el amanecer o quizá no podría dormir por el resto del día. Suspiró resignada a aquella idea y bajó de la cama de un brinco acomodando como pudo su cabello alborotado. — Comida... — susurró en un tono algo grueso por la hora caminando a paso lento fuera de su habitación. Minutos después se encontraba en la cocina tratando de hacer el menor alboroto posible mientras preparaba un par de sandwiches como bocadillos de media noche, cocinaba, si, pero era muy tarde y terminaría en problemas si hacía aún más alboroto del que ya tenía, además por lo regular era una chica reservada a los demás, no buscaba problemas o tener que lidiar con otros por ello, no era de muchos conocidos ya que pasaba la mayor parte del tiempo encerrada en su habitación o lejos de la mansión paseando y ocupándose en ciertos asuntos. Se podría decir que durante las noches en las que era más que normal que no durmiera podía ser encontrada merodeando por la mansión sólo que procuraba dejar algo que le hiciera regresar por dónde había ido ya que poseía un orientación tan mala que el perderse era también parte de sus costumbres más marcadas.
Varios minutos después se encontraba con un plato con sandwiches en una mano y un vaso con jugo en la otra. Mientras terminaba los bocadillos había visto la luna brillante por la ventana y la idea de salir a comer al aire libre le pareció lo mejor del mundo en ese momento por lo que estaba ya a medio camino tarareando una canción llamada Shooting Star, esperaba poder ver alguna estrella fugaz esa noche, si no podía dormir tenía que al menos tratar de disfrutar una de sus noches en vela. Caminaba a paso lento, la flojera natural que emanaba nunca tomaba un descanso y menos a esas horas. Arrastrando levemente los pies llegó a dónde la casa del árbol, suspiro resignada, tendría que subir escaleras para llegar a dónde quería — Todo por un lindo rato — se dio ánimo ella misma y se dedico a subir aún tarareando la canción en voz baja olvidando el mal humor que le dejaban aquellas pesadillas y enfocándose en lo que haría para distraerse.
Finalmente estaba ya arriba abriendo la puerta como podía, camino hasta dejar las cosas que llevaba en algún lugar cercano a una ventana de la que pudiera tener una vista buena, estaba aún inmersa en sus cosas que no había notado nada más a su alrededor y al parecer la casa del árbol no estaba del todo vacía como ella pensaba. De un momento a otro había girado su cabeza y al ver una silueta dio un pequeño salto — ¡Santos Dioses! — abrió los ojos grande por el susto; había logrado retener un gritillo y ahora trataba de ver quien era la otra persona ahí puesto que si representaba peligro tendría que espabilar y golpear a quien quiera que fuese pero notó algo familiar en la persona, parpadeando varias veces logró musitar un nombre — ¿B-byungHun? —.
Varios minutos después se encontraba con un plato con sandwiches en una mano y un vaso con jugo en la otra. Mientras terminaba los bocadillos había visto la luna brillante por la ventana y la idea de salir a comer al aire libre le pareció lo mejor del mundo en ese momento por lo que estaba ya a medio camino tarareando una canción llamada Shooting Star, esperaba poder ver alguna estrella fugaz esa noche, si no podía dormir tenía que al menos tratar de disfrutar una de sus noches en vela. Caminaba a paso lento, la flojera natural que emanaba nunca tomaba un descanso y menos a esas horas. Arrastrando levemente los pies llegó a dónde la casa del árbol, suspiro resignada, tendría que subir escaleras para llegar a dónde quería — Todo por un lindo rato — se dio ánimo ella misma y se dedico a subir aún tarareando la canción en voz baja olvidando el mal humor que le dejaban aquellas pesadillas y enfocándose en lo que haría para distraerse.
Finalmente estaba ya arriba abriendo la puerta como podía, camino hasta dejar las cosas que llevaba en algún lugar cercano a una ventana de la que pudiera tener una vista buena, estaba aún inmersa en sus cosas que no había notado nada más a su alrededor y al parecer la casa del árbol no estaba del todo vacía como ella pensaba. De un momento a otro había girado su cabeza y al ver una silueta dio un pequeño salto — ¡Santos Dioses! — abrió los ojos grande por el susto; había logrado retener un gritillo y ahora trataba de ver quien era la otra persona ahí puesto que si representaba peligro tendría que espabilar y golpear a quien quiera que fuese pero notó algo familiar en la persona, parpadeando varias veces logró musitar un nombre — ¿B-byungHun? —.
Berrik [L.Joe]
Sarafan Magna Inmundus
P.B :
Lee Byung Hun
Sexo :
Localización :
Nirvana
Mensajes :
1399
Fecha de inscripción :
12/05/2013
Edad :
30
Humor :
Un Frio Invierno
Era una hermosa noche realmente, el cielo era oscuro y sin estrella a la vista a causa de la iluminación que provenía de la gran cuidad de Brujas. El joven mestizo Berrik no tenia sueño en lo absoluto ya que a horas de la tarde había tomado una leve siesta que termino en un sueño profundo, despertándose al final para observar de la noche que había llegado. Soltaba un leve bostezo que ocultaba tras el torso de su puño y finalmente se levanto, se dedico pocos menos de un minuto en acomodar su cama para luego salir de su habitación. –Que oscuro y silencioso… Dijo aunque sabía que nadie lo escucharía por el tono tan bajo en el que habla y aunque tal vez si sus paso ya que al caminar hacia sonido al pisar con sus botas.
Se dirigió sin preocuparse de hacer ruido o no ya que normalmente no se sentía cuando se movía de un lugar a otro, ya se había acostumbrado al lado siniestro y deprimente de esta mansión aunque no se dejaba influir de todas formas. Llego después de recorrer varios pasillos en completa oscuridad pudo llegar a la cocina donde apretó al entrar el interruptor para prender el foco y iluminar el lugar. Parpadeo varias veces ya que la luz lo había medio cejado, empezó a frotar de sus ojos mientras caminaba hacia los anaqueles, abriendo de este y tomando de una caja de galleta que había comprado. Se sirvió varias de esta en un plato y volvió a guarda la caja. –Chocolate. Dijo con una leve sonrisa en su rostro mientras se servía un vaso de leche fría y salía al jardín externo después de apagar la luz de la cocina.
Cruzo del jardín escuchando en paz de la naturaleza. Realmente era algo agradable, pero eso se acabo cuando empezó a subir por las escaleras de la casa del árbol, donde prendió el foco el cual parpadeaba algo. –Veamos. Dijo dejando la comida en la mesa que se encontraba en ese lugar. Luego se acerco para ajusta un poco más el foco y luego sentarse. Aunque no llego a morder la primera galleta cuando empezó a parpadeas de nuevo el foco hasta apagarse. El joven mestizo se volvió a levantar de su silla, solo que esta vez se sorprendió al ver una silueta que entraba y gritaba. –Baja la voz. Dijo al reconocer la silueta de esa persona, ajustando finalmente el foco para que volviera a iluminar la habitación.
Se dirigió sin preocuparse de hacer ruido o no ya que normalmente no se sentía cuando se movía de un lugar a otro, ya se había acostumbrado al lado siniestro y deprimente de esta mansión aunque no se dejaba influir de todas formas. Llego después de recorrer varios pasillos en completa oscuridad pudo llegar a la cocina donde apretó al entrar el interruptor para prender el foco y iluminar el lugar. Parpadeo varias veces ya que la luz lo había medio cejado, empezó a frotar de sus ojos mientras caminaba hacia los anaqueles, abriendo de este y tomando de una caja de galleta que había comprado. Se sirvió varias de esta en un plato y volvió a guarda la caja. –Chocolate. Dijo con una leve sonrisa en su rostro mientras se servía un vaso de leche fría y salía al jardín externo después de apagar la luz de la cocina.
Cruzo del jardín escuchando en paz de la naturaleza. Realmente era algo agradable, pero eso se acabo cuando empezó a subir por las escaleras de la casa del árbol, donde prendió el foco el cual parpadeaba algo. –Veamos. Dijo dejando la comida en la mesa que se encontraba en ese lugar. Luego se acerco para ajusta un poco más el foco y luego sentarse. Aunque no llego a morder la primera galleta cuando empezó a parpadeas de nuevo el foco hasta apagarse. El joven mestizo se volvió a levantar de su silla, solo que esta vez se sorprendió al ver una silueta que entraba y gritaba. –Baja la voz. Dijo al reconocer la silueta de esa persona, ajustando finalmente el foco para que volviera a iluminar la habitación.
Invitado
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La chica estaba tratando de reaccionar mejor, estaba muy distraída que había sido sorprendida fácilmente y la culpa era más que nada propia por andar ensimismada en un mar de pensamientos que la habían distraído lo suficiente de la realidad como para moverse casi como un robot programado hasta dónde se encontraba en ese momento, hacía unas cosas y pensaba otras simultáneamente; si bien, se decía de buena fuente al parecer que las mujeres eran un género que se llegaba a caracterizar por poder llegar a hacer eso precisamente, pero la joven no estaba segura de si lo que ella realizaba entraba dentro de esa categoría tan especial, más bien estaba ida u otra opción era la que encajaba ahí.
Por un breve lapso de tiempo sintió como su corazón latía fuerte y ruidoso contra su pecho llegando a percibirle con su propio oído; se había tensado tan de repente que la sensación cosquileante se le pasaría poco después que despejara mejor la mente. DaSom respiró hondo soltando un suspiro algo sonoro al sentir cómo se relajaba poco a poco después de haber escuchado la voz de la otra persona en el lugar, había acertado al musitar aquel nombre que podía decirse conocía bien, aquel que se encargaba de darle asilo y mucho más.
— Lo siento — susurró de igual manera ajustando su propio volumen a la vez que medio vio curiosa el movimiento que hacía el chico frente a ella que a penas notaba pues era más que nada una silueta delineada levemente por un poco de luz externa que lograba traspasar y escabullirse a través de ciertas ventanas de la casa del árbol. Lamentó poco después su personalidad naturalmente curiosa al ser momentáneamente algo encegada al recibir el brillo de la luz emitida por el foco que acababa de ser al parecer recién ajustado por el chico haciendo que pestañeara repetidas veces al mismo tiempo que bajaba la cabeza y llevaba las manos hacia su rostro tallando ligeramente hasta acostumbrarse por completo.
— Buenas... noches — mencionó mientras formaba una leve sonrisa apenada recordando que antes que un saludo, lo primero que había salido de sus labios fueron meras exclamaciones de sorpresa hacía un rato.
— ¿Qué haces despierto a esta hora ByungHun? — preguntó cuando finalmente pudo alzar la vista para encontrarse con la mirada de quien mantenía en estabilidad y daba una mano a los que vivían en aquel lugar como a ella olvidando momentáneamente la comida que llevaba y que había puesto en algún lugar.
Por un breve lapso de tiempo sintió como su corazón latía fuerte y ruidoso contra su pecho llegando a percibirle con su propio oído; se había tensado tan de repente que la sensación cosquileante se le pasaría poco después que despejara mejor la mente. DaSom respiró hondo soltando un suspiro algo sonoro al sentir cómo se relajaba poco a poco después de haber escuchado la voz de la otra persona en el lugar, había acertado al musitar aquel nombre que podía decirse conocía bien, aquel que se encargaba de darle asilo y mucho más.
— Lo siento — susurró de igual manera ajustando su propio volumen a la vez que medio vio curiosa el movimiento que hacía el chico frente a ella que a penas notaba pues era más que nada una silueta delineada levemente por un poco de luz externa que lograba traspasar y escabullirse a través de ciertas ventanas de la casa del árbol. Lamentó poco después su personalidad naturalmente curiosa al ser momentáneamente algo encegada al recibir el brillo de la luz emitida por el foco que acababa de ser al parecer recién ajustado por el chico haciendo que pestañeara repetidas veces al mismo tiempo que bajaba la cabeza y llevaba las manos hacia su rostro tallando ligeramente hasta acostumbrarse por completo.
— Buenas... noches — mencionó mientras formaba una leve sonrisa apenada recordando que antes que un saludo, lo primero que había salido de sus labios fueron meras exclamaciones de sorpresa hacía un rato.
— ¿Qué haces despierto a esta hora ByungHun? — preguntó cuando finalmente pudo alzar la vista para encontrarse con la mirada de quien mantenía en estabilidad y daba una mano a los que vivían en aquel lugar como a ella olvidando momentáneamente la comida que llevaba y que había puesto en algún lugar.
Berrik [L.Joe]
Sarafan Magna Inmundus
P.B :
Lee Byung Hun
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Nirvana
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Fecha de inscripción :
12/05/2013
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Un Frio Invierno
Parpadeo varias veces antes de decir una palabra, ya que realmente estaba algo sorprendido al ver a otra persona en ese lugar aunque en su rostro no se notara la sorpresa realmente. –Buenas noches DaSom. Dijo con tranquilidad mientras daba media vuelta y regresaba hacia la mesa donde había dejado anteriormente las galletas y el vaso con leche. –Pues realmente me voy levantando, ya que cuando regrese de la universidad me quede dormido. Dijo mientras tomaba el vaso con leche y se lo llevaba a la joven que tal vez le gustaría tomar algo de líquido después de un susto como ese. Se acerco un poco a la joven y extendió el brazo derecho para entregar del vaso, observo un momento los ojos ajenos haciendo que en su rostro se marcara una leve sonrisa mientras entre cerraba sus propios ojos.
Tomo uno minutos antes de que volviera a hablar de nuevo el joven mestizo ya que en realidad no sabía que decir, el estaba encargado de la gran mansión y cuidar a todos aquellos de su propia raza que necesitaran ayuda de cualquier forma, supieran lo que fueran o no. Suerte para él que tenía la capacidad de reconocer la energía que se formaba al nacer una mezcla de dos razas diferentes y por lo que sentía la joven que tenia frente él lo era, aunque su energía era inmadura y no estaba despierta del todo tampoco. –Dígame y usted que hace aquí, DaSom. Pregunto ya que realmente tenía algo de curiosidad ya que todas las personas de la mansión a esta hora de la noche estaban ya en un profundo sueño, bueno casi todas las personas al parecer.
Dio de nuevo otra media vuelta y se sentó en una de las sillas que estaban cerca de la mesa del lugar. Observo de nuevo a la joven, aunque no duro mucho ya que el foco volvía a apagarse quedando solamente la luz de la luna que entraba por la ventana, aunque realmente era suficiente para poder estar tranquilamente sentados en la mesa ya que se podía ver las siluetas ajenas en la habitación. –Deseas unas galletas. Dijo acercando el plato con las galletas a la joven Bigeneri.
Tomo uno minutos antes de que volviera a hablar de nuevo el joven mestizo ya que en realidad no sabía que decir, el estaba encargado de la gran mansión y cuidar a todos aquellos de su propia raza que necesitaran ayuda de cualquier forma, supieran lo que fueran o no. Suerte para él que tenía la capacidad de reconocer la energía que se formaba al nacer una mezcla de dos razas diferentes y por lo que sentía la joven que tenia frente él lo era, aunque su energía era inmadura y no estaba despierta del todo tampoco. –Dígame y usted que hace aquí, DaSom. Pregunto ya que realmente tenía algo de curiosidad ya que todas las personas de la mansión a esta hora de la noche estaban ya en un profundo sueño, bueno casi todas las personas al parecer.
Dio de nuevo otra media vuelta y se sentó en una de las sillas que estaban cerca de la mesa del lugar. Observo de nuevo a la joven, aunque no duro mucho ya que el foco volvía a apagarse quedando solamente la luz de la luna que entraba por la ventana, aunque realmente era suficiente para poder estar tranquilamente sentados en la mesa ya que se podía ver las siluetas ajenas en la habitación. –Deseas unas galletas. Dijo acercando el plato con las galletas a la joven Bigeneri.
Invitado
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Terminó por destensarse después del saludo relajando más comodamente su cuerpo acomodando sus ideas poco a poco pues se había hecho un manojos de enredos en nada por la pequeña sorpresa, siempre había sido muy atenta pero a la vez despistada, tanto que era catalogada como esas personas que podrían llegar a caer tropezando con sus propios pies, de pequeña solía jugar mucho y por ello a lastimarse,con el tiempo había aprendido a ser ágil, no para estar atenta y no caer o golpearse, si no para reaccionar en el momento y evitar hacerse demasiado daño, la chica la verdad poseía una que otra cualidad poco común.
Quedó viendo la espalda del chico y el cómo caminaba a su paso con tranquilidad, ladeó el rostro mostrando curiosidad, un gesto que siempre terminaba haciendo cuando le veía, le parecía alguien muy peculiar y DaSom por su naturaleza curiosa gustaba de observar y meditar sobre las personas y sus pensamientos, dos buenas combinaciones al parecer aprovechaba esos momentos en que podía tenerle cerca puesto que al ser una mansión en verdad enorme con demasiada gente y cada quien en lo suyo, no era raro dejar de ver ciertas caras a ratos. Pestañeó notando que le tenía ya en frente y que éste le extendía algo, bajó la mirada viendo el vaso y luego a el para después extender la mano y tomar la leche
— Gracias — menciono bajo llevándose el vaso a los labios para poder tomar despacio un sorbo de aquel líquido.
Se dedico a juguetear con el vaso que mantenía sujeto con ambas manos mientras un breve silencio se abría paso hasta que el cuestionamiento de su líder llego a sus oídos — Yo.. tuve una pesadilla así que preferí salir de la cama a despejarme — contestó dejando salir un leve suspiro al recordar el porque no estaba durmiendo en ese momento. Dio un primer paso cuando se vio de nuevo en oscuridad terminando por dar pasos cuidadosos para no tropezar hasta llegar dónde L.Joe y tomar asiento como él — ¿Puedo? — cuestionó de regreso mientras sonreía ante el ofrecimiento dejando el vaso que sostenía sobre la mesa para después tomar una de las galletas mordiéndola.
Quedó viendo la espalda del chico y el cómo caminaba a su paso con tranquilidad, ladeó el rostro mostrando curiosidad, un gesto que siempre terminaba haciendo cuando le veía, le parecía alguien muy peculiar y DaSom por su naturaleza curiosa gustaba de observar y meditar sobre las personas y sus pensamientos, dos buenas combinaciones al parecer aprovechaba esos momentos en que podía tenerle cerca puesto que al ser una mansión en verdad enorme con demasiada gente y cada quien en lo suyo, no era raro dejar de ver ciertas caras a ratos. Pestañeó notando que le tenía ya en frente y que éste le extendía algo, bajó la mirada viendo el vaso y luego a el para después extender la mano y tomar la leche
— Gracias — menciono bajo llevándose el vaso a los labios para poder tomar despacio un sorbo de aquel líquido.
Se dedico a juguetear con el vaso que mantenía sujeto con ambas manos mientras un breve silencio se abría paso hasta que el cuestionamiento de su líder llego a sus oídos — Yo.. tuve una pesadilla así que preferí salir de la cama a despejarme — contestó dejando salir un leve suspiro al recordar el porque no estaba durmiendo en ese momento. Dio un primer paso cuando se vio de nuevo en oscuridad terminando por dar pasos cuidadosos para no tropezar hasta llegar dónde L.Joe y tomar asiento como él — ¿Puedo? — cuestionó de regreso mientras sonreía ante el ofrecimiento dejando el vaso que sostenía sobre la mesa para después tomar una de las galletas mordiéndola.
Berrik [L.Joe]
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El joven mestizo escuchaba atento con una expresión tranquila en su rostro, las palabras de la joven DaSom. –Por favor. Le respondió amablemente para que tomara de las galletas pena alguna. –Desde hace mucho tiempo no suelo tener pesadillas. Comento levemente aunque en realidad no solía recordar mucho de lo que el soñaba, era casi como si no soñara y no sabía en realidad porque era eso, acaso no soñaba en las noches porque no tenía nada con que soñar – (?)–.
Pensó en tomar una de las galletas, así que movía su mano por la mesa lentamente intentando ubicar el plato en la mesa, aunque finalmente termino cogiendo con su mano sobre la mano de DaSom o eso era lo que sintió, ya realmente la soltó y la aparto algo apenado. –Esto, lo siento. La oscuridad no ayuda, solo quiera tomar una galleta. Dijo algo apenado soltando una leve risa al final.
–Le puedo hacer una pregunta. Le comento el mestizo a la joven ya que realmente tenía una duda. –Usted sabe que aquí se alojan varias personas, con la única cosa en común es que han pasado duros momentos y quieren un lugar donde empezar de nuevo. Expreso antes de realizar la pregunta que debe hacerle a la joven. –Por eso entre otras razones, no pregunto sobre su pasado. Pero. Dijo colocándose de pie al final, empezando a caminar hacia el foco y luego girarlo poco a poco hasta que encendiera. –Pero me gustaría que me hablara de usted. Lo dijo al final, volviendo a la mesa sentándose de nuevo.
Pensó en tomar una de las galletas, así que movía su mano por la mesa lentamente intentando ubicar el plato en la mesa, aunque finalmente termino cogiendo con su mano sobre la mano de DaSom o eso era lo que sintió, ya realmente la soltó y la aparto algo apenado. –Esto, lo siento. La oscuridad no ayuda, solo quiera tomar una galleta. Dijo algo apenado soltando una leve risa al final.
–Le puedo hacer una pregunta. Le comento el mestizo a la joven ya que realmente tenía una duda. –Usted sabe que aquí se alojan varias personas, con la única cosa en común es que han pasado duros momentos y quieren un lugar donde empezar de nuevo. Expreso antes de realizar la pregunta que debe hacerle a la joven. –Por eso entre otras razones, no pregunto sobre su pasado. Pero. Dijo colocándose de pie al final, empezando a caminar hacia el foco y luego girarlo poco a poco hasta que encendiera. –Pero me gustaría que me hablara de usted. Lo dijo al final, volviendo a la mesa sentándose de nuevo.
Invitado
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Saboreó la galleta mientras le escuchaba viendo técnicamente a la nada y más con la poca luz que llegaba a rodearles con sutil tenuidad lo que le permitía de cierto modo mantener la mente tranquila hasta cierto punto. — Solía pasarme eso cuando era más pequeña pero luego, luego empecé a soñar — susurró casi lo último puesto que se refería más que nada a "tener pesadillas" antes de soñar, si se ponía a recordar, no había ningún recuerdo lindo de algún sueño, ninguno.
Le dio un mal sabor de boca aquello y prefirió tomar otra galleta como una forma de escape, pero al tener el postre entre sus dedo sintió luego una mano sobre la de ella haciendo que dejara salir un leve suspiro ahogado a la vez que soltaba la galleta y contraía su mano hacia ella dejando ambas palmas posadas en los muslos propios frotándose como un acto de nerviosismo repentino. Al llegar su leve risa a ella, DaSom giró la cabeza hacia él aunque no pudiese verle realmente, sonriendo para sí con amplitud por alguna razón. — Descuida, no hay problema —.
Asintió con un ligero movimiento de cabeza pero recordó que no se veía — Sí, dime — musitó tomando ahora si, la galleta dándole diminutos mordiscos cual roedor (?). Su atención nunca se alejó de lo que estaba diciendo haciendo que la mente de la chica lo fuera procesando de a poco esperando pacientemente a que llegara a la pregunta que empezaba a darle una gran curiosidad, la verdad la joven era a veces peor que los gatos y su personalidad curiosa podría llegar a meterla en líos cosa que nunca ha hecho que lo deje, le siguió -o al menos eso ella creí que hacía- con la mirada guiándose por su voz y el sonido de sus pasos.
La luz del foco le dio de una en la cara haciendo que bajara algo la cabeza, «en serio su curiosidad era peligrosa» se decía a ella misma y entonces una ligera tos le apareció al escuchar lo último. ¿Le pedía que le hablara de ella?, sí. Por un momento no supo que decir así que tomo un leve sorbo de leche dejando la galleta de lado.
— De mi, pues... — trataba de organizar sus ideas decidiendo al fin decir cosas al azar de sí misma pues no sabía que le gustaría a él saber de ella — Tengo veinte años; amo la comida, el verde, los felinos, leer. Soy de agresividad nata, no del todo "delicadamente femenina", algo desconfiada y me gusta analizar a la gente, jugar con su mente — hizo una pausa sintiendo como se sonrojaba con suavidad al preguntarse mentalmente: exactamente, ¿qué había dicho?.
Le dio un mal sabor de boca aquello y prefirió tomar otra galleta como una forma de escape, pero al tener el postre entre sus dedo sintió luego una mano sobre la de ella haciendo que dejara salir un leve suspiro ahogado a la vez que soltaba la galleta y contraía su mano hacia ella dejando ambas palmas posadas en los muslos propios frotándose como un acto de nerviosismo repentino. Al llegar su leve risa a ella, DaSom giró la cabeza hacia él aunque no pudiese verle realmente, sonriendo para sí con amplitud por alguna razón. — Descuida, no hay problema —.
Asintió con un ligero movimiento de cabeza pero recordó que no se veía — Sí, dime — musitó tomando ahora si, la galleta dándole diminutos mordiscos cual roedor (?). Su atención nunca se alejó de lo que estaba diciendo haciendo que la mente de la chica lo fuera procesando de a poco esperando pacientemente a que llegara a la pregunta que empezaba a darle una gran curiosidad, la verdad la joven era a veces peor que los gatos y su personalidad curiosa podría llegar a meterla en líos cosa que nunca ha hecho que lo deje, le siguió -o al menos eso ella creí que hacía- con la mirada guiándose por su voz y el sonido de sus pasos.
La luz del foco le dio de una en la cara haciendo que bajara algo la cabeza, «en serio su curiosidad era peligrosa» se decía a ella misma y entonces una ligera tos le apareció al escuchar lo último. ¿Le pedía que le hablara de ella?, sí. Por un momento no supo que decir así que tomo un leve sorbo de leche dejando la galleta de lado.
— De mi, pues... — trataba de organizar sus ideas decidiendo al fin decir cosas al azar de sí misma pues no sabía que le gustaría a él saber de ella — Tengo veinte años; amo la comida, el verde, los felinos, leer. Soy de agresividad nata, no del todo "delicadamente femenina", algo desconfiada y me gusta analizar a la gente, jugar con su mente — hizo una pausa sintiendo como se sonrojaba con suavidad al preguntarse mentalmente: exactamente, ¿qué había dicho?.
Berrik [L.Joe]
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Berrik volvía a acercarse a DaSom mientras escuchaba la rápido respuesta que ella le proporcionaba. Se detuvo a medio camino mientras cerraba los ojos y llevaba su puño semi cerrado hasta sus labios intentando aguantar, para que no se le escapara alguna carcajada inseriría. Realmente fue algo gracioso para el joven mestizo la forma en que fue respondía la respuesta que le había realizado a la joven.
Tomo algo de aire intentado tranquilizarse, realmente no era su intensión ofender a DaSom. –Lo siento, fue algo gracioso. Continúo caminando hasta su silla, sentándose finalmente. –Nunca le enseñaron a presentarse y contar sobre usted. Pregunto con una leve sonrisa en su rostro ya que aunque él nunca ha tenido padres que le enseñen cosas, tuvo muchas monjas que le enseñaron modales y cosas relacionadas, crecer en ese tipo de ambiente rígido y serio donde todos se tenían que comportar a la perfección era algo que influía mucho realmente.
Rasco de su mejilla con su dedo índice derecho mientras cerraba sus ojos y ladea muy poco su cabeza de lado, pensado algo. –Creo que me toca. Dijo en un tono de voz bajo mientras se volvía a componer y abría sus ojos. -Aunque todos me conocen como Joe o Berrik.El nombre que considero mio, propio de mi nacimiento, es Lee Byung Hun. Dijo con algo de orgullo ya que las monjas habían puesto ese nombre al mestizo cuando era un recién nacido por sus facciones asiáticas. –Aunque por tener nombre en coreano, naci y crecí en Estados unidos en un orfanato dirigido por monjas. Soy huérfano desde nacimiento y nunca he tenido el interés en saber de mis padres biológicos. Dijo tranquilamente, aunque sintió un leve dolor en el pecho no tan fuerte como cuando era niño y decía esas palabras. –Siempre he estudiado a través de becas y trabajo desde los quince años con trabajos de medio tiempo para comprar comida y cosas que necesite. Se expreso con orgullo por ser alguien que se esforzaba desde joven para sobrevivir sin necesitada de pedir ayuda. –Me mude a las Brujas a la edad de dieciocho años, vivía en un departamento de mala muerte, hasta que el destino me trajo a este lugar. Ahora tengo diecinueve años y.Dijo deteniendo mientras observaba a DaSom, haciéndole pensar que tal vez ya habia hablado demasiado, habia contado cosas que no le habia contado a nadie realmente.
Tomo algo de aire intentado tranquilizarse, realmente no era su intensión ofender a DaSom. –Lo siento, fue algo gracioso. Continúo caminando hasta su silla, sentándose finalmente. –Nunca le enseñaron a presentarse y contar sobre usted. Pregunto con una leve sonrisa en su rostro ya que aunque él nunca ha tenido padres que le enseñen cosas, tuvo muchas monjas que le enseñaron modales y cosas relacionadas, crecer en ese tipo de ambiente rígido y serio donde todos se tenían que comportar a la perfección era algo que influía mucho realmente.
Rasco de su mejilla con su dedo índice derecho mientras cerraba sus ojos y ladea muy poco su cabeza de lado, pensado algo. –Creo que me toca. Dijo en un tono de voz bajo mientras se volvía a componer y abría sus ojos. -Aunque todos me conocen como Joe o Berrik.El nombre que considero mio, propio de mi nacimiento, es Lee Byung Hun. Dijo con algo de orgullo ya que las monjas habían puesto ese nombre al mestizo cuando era un recién nacido por sus facciones asiáticas. –Aunque por tener nombre en coreano, naci y crecí en Estados unidos en un orfanato dirigido por monjas. Soy huérfano desde nacimiento y nunca he tenido el interés en saber de mis padres biológicos. Dijo tranquilamente, aunque sintió un leve dolor en el pecho no tan fuerte como cuando era niño y decía esas palabras. –Siempre he estudiado a través de becas y trabajo desde los quince años con trabajos de medio tiempo para comprar comida y cosas que necesite. Se expreso con orgullo por ser alguien que se esforzaba desde joven para sobrevivir sin necesitada de pedir ayuda. –Me mude a las Brujas a la edad de dieciocho años, vivía en un departamento de mala muerte, hasta que el destino me trajo a este lugar. Ahora tengo diecinueve años y.Dijo deteniendo mientras observaba a DaSom, haciéndole pensar que tal vez ya habia hablado demasiado, habia contado cosas que no le habia contado a nadie realmente.
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Sentía como la sangre subía a sus mejillas y le calentaba los pómulos haciendo que se formara un pequeño sonrojo en medio de su rostro, había hablado prácticamente sin pensarlo del todo y ahora se avergonzaba al recapacitar en lo que había dejado salir tan repentinamente. No le tranquilizó del todo ver la acción del líder Bigeneri en un intento por ocultar su risa, DaSom vio al piso jugueteando con sus dedos, entrelazándolos entre sí en un esto de un leve nerviosismo, cosa muy rara en ella la verdad. — Descuida — susurró a penas negando ahora con la vista clavada en sus juguetones dedos como si fuesen la cosa más interesante del mundo, no recordaba la última vez que alguien le había dicho que había mencionado o hecho algo gracioso, tal vez nunca había pasado antes incluso. Estaba comportándose de un forma muy poco común en ella y lo tenía bien presenta, era solo que no podía evitarlo, quizá era la hora, el hecho de que no había sacado un tema así con nadie en más de tres años o podría ser otra cosa. De una u otra forma ya había dejado dicho aquello a forma de respuesta, algo torpe y apresurado sin mucho protocolo.
— Si — alzó finalmente la vista casi como protesta. No era que no tuviese modales o que no supiera como hacerlo, lo sabía, en serio que lo sabía, le había enseñado su padre desde muy pequeña, era sólo que no tuvo el tiempo de organizar sus ideas, aunque no veía muy necesario el extenuar aquello al chico por lo que prefirió no decir más luego de afirmar que si le habían enseñado. La sonrisa que él llevaba le tranquilizó un poco y se acomodó nuevamente en su lugar dejando las manos ya tranquilas con las palmas sobre sus propias rodillas esperando casi ansiosa el anunciado turno de L.Joe. Pestañeaba cada tanto escuchando atenta lo primero, sus labios se movieron deletreando "Lee ByungHun". Por sobre todas las formas en que era llamado, a ella le gustaba más ese, no sabía la razón, sólo que prefería decirle ByungHun a líder, L.Joe u otra forma, quizá era porque lo encontraba menos común entre los demás habitantes de la mansión, cosa que le hacía pensar que era algo especial el que no le dijera de una forma tan usada por otros, o sería también que equivalía a su nombre real, de cualquier forma no dejaría de decirle de esa forma la mayor parte del tiempo, ya se había acostumbrado un buen tiempo.
Se mantenía en silencio y se encontró viéndole a los ojos, una costumbre tenía siempre que hablaba con alguien, verle a los ojo, las reacciones que provocaba al hacerlo le divertían dependiendo de como era, pero L.Joe más que diversión le hacía nacer una curiosidad, era un líder muy joven con una vida muy honrosa por lo que había estado escuchando, estudiaba y trabajaba, era lo único que sabía además de su nombre, ahora conocía al menos un poquito más y le agradaba — ¿Qué estudias? — soltó de la nada al momento que él dejaba de hablar, no pudo evitarlo, era muy curiosa y quería, pensaba retomar sus estudios porque no hacía nada en esos momentos, eso le tenía frustrada en serio.
— Si — alzó finalmente la vista casi como protesta. No era que no tuviese modales o que no supiera como hacerlo, lo sabía, en serio que lo sabía, le había enseñado su padre desde muy pequeña, era sólo que no tuvo el tiempo de organizar sus ideas, aunque no veía muy necesario el extenuar aquello al chico por lo que prefirió no decir más luego de afirmar que si le habían enseñado. La sonrisa que él llevaba le tranquilizó un poco y se acomodó nuevamente en su lugar dejando las manos ya tranquilas con las palmas sobre sus propias rodillas esperando casi ansiosa el anunciado turno de L.Joe. Pestañeaba cada tanto escuchando atenta lo primero, sus labios se movieron deletreando "Lee ByungHun". Por sobre todas las formas en que era llamado, a ella le gustaba más ese, no sabía la razón, sólo que prefería decirle ByungHun a líder, L.Joe u otra forma, quizá era porque lo encontraba menos común entre los demás habitantes de la mansión, cosa que le hacía pensar que era algo especial el que no le dijera de una forma tan usada por otros, o sería también que equivalía a su nombre real, de cualquier forma no dejaría de decirle de esa forma la mayor parte del tiempo, ya se había acostumbrado un buen tiempo.
Se mantenía en silencio y se encontró viéndole a los ojos, una costumbre tenía siempre que hablaba con alguien, verle a los ojo, las reacciones que provocaba al hacerlo le divertían dependiendo de como era, pero L.Joe más que diversión le hacía nacer una curiosidad, era un líder muy joven con una vida muy honrosa por lo que había estado escuchando, estudiaba y trabajaba, era lo único que sabía además de su nombre, ahora conocía al menos un poquito más y le agradaba — ¿Qué estudias? — soltó de la nada al momento que él dejaba de hablar, no pudo evitarlo, era muy curiosa y quería, pensaba retomar sus estudios porque no hacía nada en esos momentos, eso le tenía frustrada en serio.
Berrik [L.Joe]
Sarafan Magna Inmundus
P.B :
Lee Byung Hun
Sexo :
Localización :
Nirvana
Mensajes :
1399
Fecha de inscripción :
12/05/2013
Edad :
30
Humor :
Un Frio Invierno
El joven mestizo solto una leve carcajada al escuchar la pegunta de la DaSom, entonces al finalizar él observo por unos pocos segundos a la joven a los ojos mientras levanta su mano levemente para luego con su dedo índice dar una señal de negación o simplemente decir no, al mover su dedo índice de un lado a otro. –Ya yo he comentado mucho sobre mi persona. Dijo para luego sonreír levemente bajando un poco el rostro mientras su mano le alcanzaba una de las galletas del plato. –Ahora… Me gustaría escuchar más de usted, antes de seguir hablando. Dijo para luego proporcionarle una pequeña mordida aquella galleta que tenía en su mano.
–Aunque discúlpame, pero me retirare a buscar un poco más de leche. Dijo al levantarse de su asiento y alcanzar el vaso de vidrio vacio, para luego empezar a dar marcha hacia la puerta, realmente le gustaba comer las galletas después de haberlas humedecida con la leche, eso le daba un gusto especial. Abrio la puerta y se retiro finalmente, aunque no llego nada lejos cuando volvió a abrir la puerta y asomo su cabeza observando a DaSom. –Por cierto, le traigo un vaso también. Ah, bueno, igual se lo traeré. Pregunto y exclamo tranquilamente para finalmente retirarse y dirigirse a la cocina.
Aunque ya al poco tiempo volvía llevando con algo de dificultad dos vasos, él cartón de leche y el paquete de las galletas. Abrió la puerta, aunque era una a saña imposible para el momento porque tenía las manos llenas, al entrar observo todo oscuro, acaso se había ido DaSom, fue lo primero que le llego a la mente. –Esto, hola? Llamaba en la oscuridad, observando la mesa vacía que era iluminada por la luz de la luna que entraba por la pequeña ventada, tal vez un dia Berrik debía agrandar esa ventana y colocar unas cuantas mas, además de colocar les seguro, porque se abrían y cerraban solas con el viento.
–Aunque discúlpame, pero me retirare a buscar un poco más de leche. Dijo al levantarse de su asiento y alcanzar el vaso de vidrio vacio, para luego empezar a dar marcha hacia la puerta, realmente le gustaba comer las galletas después de haberlas humedecida con la leche, eso le daba un gusto especial. Abrio la puerta y se retiro finalmente, aunque no llego nada lejos cuando volvió a abrir la puerta y asomo su cabeza observando a DaSom. –Por cierto, le traigo un vaso también. Ah, bueno, igual se lo traeré. Pregunto y exclamo tranquilamente para finalmente retirarse y dirigirse a la cocina.
Aunque ya al poco tiempo volvía llevando con algo de dificultad dos vasos, él cartón de leche y el paquete de las galletas. Abrió la puerta, aunque era una a saña imposible para el momento porque tenía las manos llenas, al entrar observo todo oscuro, acaso se había ido DaSom, fue lo primero que le llego a la mente. –Esto, hola? Llamaba en la oscuridad, observando la mesa vacía que era iluminada por la luz de la luna que entraba por la pequeña ventada, tal vez un dia Berrik debía agrandar esa ventana y colocar unas cuantas mas, además de colocar les seguro, porque se abrían y cerraban solas con el viento.
Invitado
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Estaba en uno de sus momentos curiosos y le había detenido en seco, no solo eso; había reído una vez más. DaSom sonríe por aquello tan peculiar, por lo regular solía verle serio la mayor parte del tiempo, aún más cuando hablaba de cosas sobre la mansión y temas de ese tipo. Esa había sido la primera preguntas de muchas, la chica disfrutaba de cuestionarle a la gente sobre ellos y por lo regular era muy buena escuchando aunque no lo aparentara a primera vista puesto que era difícil ser cercano a ella, no solía dar su total confianza a nadie en verdad siendo esas personas las que sí, muy pocas, casi nulas. Infló las mejillas en un pequeño acto de reproche infantil; un puchero ligero, casi imperceptible siendo éste muy a su gusto. Sabía entonces que tendría que guardar aquella pregunta y las demás para después.
Asintió en silencio viéndole salir pero en poco se encontraba alzando la vista hacia la puerta sin tener tiempo de contestar al desaparecer nuevamente tras aquel umbral. Fue entonces que repaso lo dicho y soltó un pequeño suspiro avergonzado, había tomado de su leche y ahora le iba a traer un vaso para ella también. Trató entonces de pensar en que al parecer era su turno de seguir y hablar un poco más sobre su persona, no sabía exactamente que debía mencionar. Que luego de nacer había terminado en una familia de una pareja que no podía concebir, que al llegar poco después murió la mujer y quedó a cargo de un hombre que le crío espléndidamente pero que al no ser "normal" fue atacada sufriendo su padre una trágica muerte, por ella. Que todo aquello le llenaba con oscuras y traumáticas pesadillas que le perseguían día tras día sin disipar su impacto haciéndole dormir casi nada y vagar oscuridad, un ejemplo rápido esa noche en es específico. ¿Qué hacer?, tan metida estaba en todo aquello que no se había dado cuenta que cambio de lugar a un lado de la ventana, estaba ahora sentada con la espalda recargada en la pared, su cabeza justamente a un lado del marco logrando que la luz que escapaba juguetona no pudiese alcanzarla escondiéndola entre las sombras. Ladeó el rostro haciendo que éste recibiera algo de luz dejándose ver al percatarse de su regreso y río bajo — ¿Necesitas ayuda? — preguntó poniéndose en pie y yendo dónde él para tomar uno de los vasos y el cartón posándolos con cuidado en la mesa, no sin antes dar un pequeño trago de leche.
Asintió en silencio viéndole salir pero en poco se encontraba alzando la vista hacia la puerta sin tener tiempo de contestar al desaparecer nuevamente tras aquel umbral. Fue entonces que repaso lo dicho y soltó un pequeño suspiro avergonzado, había tomado de su leche y ahora le iba a traer un vaso para ella también. Trató entonces de pensar en que al parecer era su turno de seguir y hablar un poco más sobre su persona, no sabía exactamente que debía mencionar. Que luego de nacer había terminado en una familia de una pareja que no podía concebir, que al llegar poco después murió la mujer y quedó a cargo de un hombre que le crío espléndidamente pero que al no ser "normal" fue atacada sufriendo su padre una trágica muerte, por ella. Que todo aquello le llenaba con oscuras y traumáticas pesadillas que le perseguían día tras día sin disipar su impacto haciéndole dormir casi nada y vagar oscuridad, un ejemplo rápido esa noche en es específico. ¿Qué hacer?, tan metida estaba en todo aquello que no se había dado cuenta que cambio de lugar a un lado de la ventana, estaba ahora sentada con la espalda recargada en la pared, su cabeza justamente a un lado del marco logrando que la luz que escapaba juguetona no pudiese alcanzarla escondiéndola entre las sombras. Ladeó el rostro haciendo que éste recibiera algo de luz dejándose ver al percatarse de su regreso y río bajo — ¿Necesitas ayuda? — preguntó poniéndose en pie y yendo dónde él para tomar uno de los vasos y el cartón posándolos con cuidado en la mesa, no sin antes dar un pequeño trago de leche.
Berrik [L.Joe]
Sarafan Magna Inmundus
P.B :
Lee Byung Hun
Sexo :
Localización :
Nirvana
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Fecha de inscripción :
12/05/2013
Edad :
30
Humor :
Un Frio Invierno
Se sentía algo torpe realmente el joven mestizo, realmente había tomado o acomodado mal todo por lo que estaba costándole algo le moverse con todo lo que llevaba consigo. –Por favor. Fue la respuesta que le dio a DaSom antes de recibir la ayuda que le cayó muy bien, pudiendo así moverse como lo hacía normalmente. –Realmente no la vi. Pensé que había marchado. Comento sus pensamientos mientras dejaba tranquilamente lo que tenía con él sobre aquella pequeña mesa de madera. En ese segundo antes de haber escuchado la voz de la joven, el mestizo sin darse cuenta se había sentido algo mal por haberse quedado solo, o era acaso el sentimiento por ser abandonado. Aquel que tenía tan reprimido en su interior.
Tomo la caja con cuidado de no hacerla chocar con algo y la agito levemente en el aire, haciendo sonar las crujientes galletas en su interior. En estos momentos en la mente de Berrik se formaba una cómica hipótesis por el sonido de las galletas. –Posiblemente el azúcar no nos deje dormir. Comento tranquilamente ya que realmente tenía el recuerdo que las monjas del orfanatorio le decían que la azúcar en la noche no le dejaría dormir, pero… –Pero no tengo nada que hacer mañana por la mañana. Comento que no tenía remordimiento alguno, ya que mañana no tendría clase alguna y trabajaría después del medio día.
Berrik volvió a dejar la caja de galletas en su lugar para luego sentarse en la silla que estaba del lado opuesto a la ventana. –DaSom, tu trabajas o estudias. Eres alguien que esta mucho tiempo en la calle por lo que he visto. Comento a la ligera sus pensamientos porque tenía algo de curiosidad de saber, luego tomo la caja, empezando a dejar caer las galletas sobre el plato que habia traido anteriormente, para luego asi tomar una y moderla.
Tomo la caja con cuidado de no hacerla chocar con algo y la agito levemente en el aire, haciendo sonar las crujientes galletas en su interior. En estos momentos en la mente de Berrik se formaba una cómica hipótesis por el sonido de las galletas. –Posiblemente el azúcar no nos deje dormir. Comento tranquilamente ya que realmente tenía el recuerdo que las monjas del orfanatorio le decían que la azúcar en la noche no le dejaría dormir, pero… –Pero no tengo nada que hacer mañana por la mañana. Comento que no tenía remordimiento alguno, ya que mañana no tendría clase alguna y trabajaría después del medio día.
Berrik volvió a dejar la caja de galletas en su lugar para luego sentarse en la silla que estaba del lado opuesto a la ventana. –DaSom, tu trabajas o estudias. Eres alguien que esta mucho tiempo en la calle por lo que he visto. Comento a la ligera sus pensamientos porque tenía algo de curiosidad de saber, luego tomo la caja, empezando a dejar caer las galletas sobre el plato que habia traido anteriormente, para luego asi tomar una y moderla.
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