6 de la tarde, el momento perfecto para salir y dar.. un pequeño paseo. JaeWook se había sentido con ganas de salir y de... bueno, alimentarse, desde el día que conoció a una humana que con su música le hizo desear salir al mundo y disfrutar de las maravillas que ofrecía. No estaba muy enterado de la moda en la "aldea" en la que habitaba, solamente sabía que le gustaría probar algo nuevo.

Conducía como siemrpe su deportivo negro, uno de los tres autos que tenía en su casa, ser el heredero de una familia antigua y rica no estaba nada mal para el vampiro. Aunque, en los últimos 200 años no había hecho muchos gastos. Pasó y miró un lugar que parecía interesante, algo movido y lleno de personas, justo lo que necesitaba, tenía hambre y quería probar una copa antes de que acabara la noche.

El vampiro se detuvo frente a una discoteca muy conocida, aparentemente, pues había una gran cantidad de gente en la fila. Todos ellos seres llenos de preguntas y viviendo vidas sin sentido. Se detuvo frente a la puerta y observo... ¿quería realmente entrar ahí? No estaba del todo seguro, pues de pronto, comenzaron a decaer sus deseos de hacerlo... las personas, hombres y mujeres que pasaban a su lado lo miraban y no estaba de más. Era un hombre alto, de cuerpo atractivo, con ojos cafés profundos, el cabello castaño hasta el cuello, un tanto alborotado, rosco con rasgos finos pero masculinos. Si, el vampiro era sin duda una hombre atractivo que sabía incluso que usar, pues el traje a medida color negro y con una camisa de seda roja, hacía el juego perfecto. Chasqueó los labios y retrocedió, topando con alguien, giró y miró a un pequeño chico, delgado y que apretaba una cámara entre sus manos, el vampiro supuso que era para que no se cayera- Lo lamento pequeño... ¿estas bien? -preguntó curioso.

Había topado con un pequeño muy curioso. Era un niño muy bello y realmente portaba un aire de inocencia y ternura que parecía deslumbrar. Un ser como JaeWook, oculto en las sombras en la noche y oscuridad, pocas veces podía tener contacto con una persona tan hermosa y calidad como la que tenía frente a él. Lo observó y detallo sus lindas facciones, era muy encantador y sin duda se convertiría en un hombre muy atractivo, por que ahora, era como un niño. El vampiro no podía saber su edad, pero al tener 300 años... bueno, era obvio que todos le parecían unos niños.

Lo observó y se sonrió cuando comenzó hablar de esa forma tan particular. Nadie antes se expresaba de si mismo como si fuera otra persona, realmente era curioso y le hacía ser aun más adorable. Se dio cuenta que no le prestó atención y miraba como encantado a la fila y al lugar que estaba frente a ellos. Sus ojos se tornaron divertidos y se fijó finalmente en su ropa. Lucia muy casual, como alguien que va por ahí y luego la cámara. La imagen completa era tierna y dulce, sin duda un ser angelical.

- Nada importante... ¿Quieres entrar? yo aun no decido si hacerlo o no...-comentó sonriendo, atreviéndose alevantar la mano y acariciar el gorro del pequeño, acomodándolo un poco. Sus ojos se fijaron en él y sonrió- Es un gusto Die... yo me llamo JaeWook Dragoi... es un placer... -con cuidado el joven vampiro se inclinó y picó con suavidad una de las mejillas del contrario, la cual parecía adorable y era cálida y suave- ¿Entraras?... ¿Qué edad tienes?... los menores de edad no puede ingresar... -comentó divertido.

Lo escuchó sorprendido por la revelación de su edad y formó una sonrisa al mirar la identificación. Muchos mortales podrían pensar que era verdadera, pero a los ojos del vampiro, los detalles que la hacían falsa quedaban develados sin mayor problema. Sin embargo, no era algo de que preocuparse, puesto que muchos lograban entrar a esos lugares mediante esa vía. Los lugares como las discotecas, no eran precisamente las favoritas del vampiro, pero por un momento, se sintió tentado a entrar ahí con el pequeño y ser su guardia esa noche.

Le parecía curioso como hablaba el menor en tercera persona, era poco común y adorable al mismo tiempo. En conjunto con su menuda figura, su inocencia era simplemente lo que coronaba al hermosa joven a su lado. JaeWook no pudo evitar formar una gran sonrisa al escuchar sus palabras... era lo que necesitaba para tomar la decisión de entrar a ese lugar- Anda Die... vamos, yo iré contigo y podremos divertirnos los dos... ¿Te parece? -preguntó contento, con una sonrisa amplia y masculina, que incluso podría ser descrita como coqueta.

El flash de la cámara lo hizo apretar los ojos un poco y volver abrirlos- Me alegra que te parezca guapo... pero no debes sorprenderme así... -comentó divertido, sonriendo un poco más para la segunda fotografía que tomó- Anda, entremos y ahí encontrarás miles de rostros para fotografiar... -dijo sonriendo, tomando la mano del pequeño para dirigirse dentro del lugar, donde JaeWook tenia acceso directo, al ser uno de los herederos más conocidos de esa ciudad- No debes apartarte de mi... -comentó mirándolo, picando con suavidad su nariz-